Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores (SRE), informó que a principios de octubre, México podrá participar en la Fase III de la vacuna rusa Sputnik V desarrollada para tratar la COVID-19.
El canciller explicó que esto, primero implicará conocer los resultados que arrojaron las vacunas aplicadas en las fases I y II; información que precisó, será dispuesta a la Secretaría de Salud (Ssa), así como a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
“Entonces, decía yo que se van a entregar los resultados de la fase I y II y se nos propuso participar en la fase III. ¿Eso qué significa? Bueno, significa que en los primeros días de octubre, si la autoridad regulatoria así lo considera, que esperemos que así sea, se pueda traer a México esa vacuna, enrolar voluntarios en México, desarrollar un protocolo de varios miles y, en pocas palabras, probar esa vacuna en nuestro país en un plazo tan cercano como el mes que viene”, dijo en conferencia a medios al participar en el informe semanal de la iniciativa Juntos por la Salud.
Si los resultados de esta tercera fase de la vacuna rusa son positivos, el tratamiento contra coronavirus podría estar disponible en los próximos meses en México; previo a que Cofepris lo avale.
El pasado 25 de agosto, Ebrard Casaubon dijo que serían 2,000 los voluntarios mexicanos para la Fase III de la Sputnik V. Ese día igual reportó sobre la posibilidad de que el país participará, para este mes de septiembre, en los ensayos clínicos del tratamiento desarrollado por el laboratorio Johnson & Johnson.
Tagir Sitdekov, vicedirector general del Fondo de Inversión Directa de Rusia, estuvo presente en la conferencia vía remota desde Moscú. Este funcionario se comprometió a enviar los resultados de las fases I y II, así como las muestras del proyecto de la vacuna desarrollada por el instituto Gamaleya.
A su vez, Marcelo Ebrard Casaubon detalló que el anuncio fue hecho desde la Fundación Mexicana para la Salud, porque buscan acompañamiento de este sector para la producción de la Sputnik V, tal como ocurrió en la asociación de AstraZeneca con la fundación Slim, para el otro tratamiento contra la pandemia en que México participa junto con Argentina.
“Entonces, yo quisiera simplemente señalar que tiene todo el sentido del mundo que sigamos trabajando así juntos y, en el caso de la vacuna rusa, también encontremos la manera de organizar la producción en México y, entre más vacunas y más pronto las tengamos, mejor”, abundó el canciller.
También reportó que a finales de septiembre finalizará el convenio firmado entre la Asociación Nacional de Hospitales Privados y el gobierno mexicano, para que los primeros recibieran a pacientes y así descargar la saturación de centros hospitalarios públicos, cuyas atenciones están centradas en casos de COVID-19.
Destacó que, en la conversación realizada más temprano por videoconferencia con cancilleres del G20, la posición de México fue apostar a la cooperación entre naciones, puesto que hay un riesgo común. En consecuencia, informó sobre la iniciativa Covax, colaboración global que busca el desarrollo, acceso justo y equitativo de las vacunas contra COVID-19.
Esta iniciativa está codirigida por Gavi, la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias (CEPI) y la Organización Mundial de la Ssalud.
Andrés Manuel López Obrador, presidente de la república, ha referido que para la vacuna contra coronavirus, el país mantiene un contacto con diferentes naciones como Estados Unidos, China y la recién mencionada Rusia; pues a decir del mandatario, en este asunto no importan la ideologías.
Hace más de una semana, el canciller también dijo que el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas Lázaro Lazzaro Spallanzani había mantenido contacto con México para que el país participe en los estudios clínicos de la vacuna GRAd-COV2, desarrollada en Italia.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: