Son un grupo de ex policías de élite de Tamaulipas. Se dedican a combatir a los grupos criminales que buscan controlar la zona y suelen grabarse a sí mismos cuando están fuertemente armados y se enfrentan a sus rivales del narcotráfico: le conocen como La Furia Negra.
También son llamados “fabricantes de viudas” y, de acuerdo con medios locales, sus actuaciones a veces se encuentran en el margen de la ley. Sobre ellos se han escrito canciones locales que se han popularizado entre los habitantes de la entidad.
Uno de esos temas los llama “guerreros”, que defienden Tamaulipas de los integrantes del narcotráfico. “Patrullando las calles de negro su vestimenta/ para ellos no hay cansancio pues siempre hay que andar alerta/ la Fuerza Tamaulipas cumpliendo su deber/ ejecutan la orden de aprehender al delincuente”, se escucha.
Sus métodos están al margen de la ley. Tiran del gatillo como si se aferraran a la vida, y escupen balas como si fueran infinitas, y a veces, sí, rematan a los sicarios que traen la encomienda de matarlos.
Un miembro de Furia Negra explicó al periodista Óscar Balderas que el Cártel del Noreste, uno de los grupos criminales que opera en la región, usa a los civiles como escudos humanos.
Los narcos en Tamaulipas se pasean en vehículos con víctimas inocentes, amarradas en las bateas de las camionetas, por lo que las fuerzas armadas piensan dos veces antes de disparar.
Incluso, a veces, la organización criminal lleva a hombres y mujeres de sus propias filas en las camionetas: amarrados, amordazados, como si fueran secuestrados.
Las autoridades han identificado esta estrategia como una forma de evitar que los militares disparen. Los maniatados suelen ser personas del crimen organizado, señuelos o simplemente civiles atrapados en medio de un fuego cruzado.
La cada vez mayor influencia de las Fuerzas armadas en el combate a la delincuencia ha hecho saltar algunas alarmas en el país. Esta misma semana, el diario El Universal reveló un video sobre una persecución entre las fuerzas de seguridad y supuestos sicarios del Cártel del Noreste, en Nuevo Laredo Tamaulipas.
La grabación, que corresponde a hechos del pasado 3 de julio, exhibe una camioneta blindada, doce cadáveres y armas de alto calibre como trofeos de guerra. Los hombres abatidos eran el saldo del cruce en el que ningún elemento resultó herido.
En la entidad, acostumbrada a ver y leer muertes de sicarios del crimen organizado, la noticia pasó desapercibida. Sin embargo, dos meses después de la ejecución, las imágenes del momento impactaron por un militar que ordena matar a un civil.
Durante el enfrentamiento se encontraban también tres civiles secuestrados por integrantes del crimen organizado, uno migrante de Chiapas, otro, estudiante universitario, y del tercero no fue confirmada su identidad.
Los tres fueron incluidos entre los 12 delincuentes que la Secretaría de la Defensa Nacional aseguró haber abatido.Las imágenes sugirieron que los militares siguen resolviendo de la misma forma que en el pasado los conflictos criminales. Paralelamente, algunos los elementos de las Fuerzas armadas aseguraron que los enfrentamientos entre sicarios y autoridades se trata de una guerra en la única regla es matar o morir.
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