En Reynosa, Tamaulipas, una de las ciudades más importantes de la frontera de México con Estados Unidos, presuntos sicarios del Cártel del Golfo desmantelaron en distintos puntos las cámaras de videovigilancia instaladas por las autoridades estatales.
Los criminales utilizaron camionetas tipo SUV y vehículos de carga secuestrados, para derribar varios postes de luz que se usaban para sostener las cámaras.
Los incidentes comenzaron el martes por la mañana y continuaron hasta el miércoles por la noche cuando los sicarios derribaron cerca de una docena de aparatos de vigilancia en varias partes de la ciudad.
Fuentes policiales consultadas por el medio Breitbart Texas aseguraron que los ataques se produjeron como respuesta a una serie de redadas de una unidad policial de las fuerzas especiales. Las supervisiones desencadenaron varias incautaciones importantes y obligaron a las huestes de Cártel del Golfo a huir.
Como se ha documentado, el Cartel del Golfo instaló su propia red clandestina de cámaras de vigilancia, que permiten a la organización criminal saber sobre los movimientos de las fuerzas policiales y militares en la región. Cuando las autoridades descubren tales cámaras, las retiran, de manera similar, los operadores de carteles en el pasado han derribado las cámaras de vigilancia de la policía.
El desmantelamiento de cámaras llega poco tiempo antes de que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, visite Reynosa, este viernes 28 de agosto.
La ciudad fronteriza se considera un punto de disputa entre el Cártel del Golfo y Los Zetas, por lo que los combates a gran escala se perciben de manera regular.
Cárteles, el ojo que todo lo ve
Las narco-antenas se han convertido en un dolor de cabeza para las autoridades, pues a través de ellas, los cárteles de la droga han instalado un sistema oculto de telecomunicaciones que le permiten coordinar la entrega de drogas, efectuar secuestros, extorsiones y otro delitos con la inmediatez de una moderna agencia policial.
Las también conocidas como “antenas parásito” son una herramienta indispensable para las organizaciones criminales, pues a menudo están encriptadas y, a diferencia de las redes celulares comunes, la ubicación no se puede identificar fácilmente.
Según la agencia de noticias de Reino Unido, Reuters, para este sistema, los narcos utilizan las torres de celulares de compañías importantes en México, muchas de ellas instaladas en zonas rurales. Al pie de la torre, los cárteles colocan una estación base, que genera ondas de radio, por lo regular escondidas en una maleta o en un refrigerados para la protección del sol. Más arriba instalan antenas parásitas para proyectar la señal.
Los Zetas, un sanguinario cártel mexicano que se hizo con el control de los estados mexicanos en 2005, han utilizado equipos de radio para difundir amenazas en las frecuencias de los saldos, como también lo ha hecho el Cártel de Sinaloa, el pasado 17 de octubre, durante la liberación de Ovidio Guzmán.
Al menos hasta fecha reciente, los cárteles controlan a su gente por computadoras que permiten ejercer un complejo control de las señales de radio, permitiéndoles dirigir sus telecomunicaciones a radios específicos sin que otros escuchen.
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