Este miércoles, en su conferencia de prensa matutina desde Torreón, Coahuila, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que su gobierno no ocultará la información relacionada con el caso Odebrecht. Específicamente, se refirió al contrato millonario entre Nacional Financiera (NAFIN) y el consorcio de la filial de Odebrecht, Braskem, con la empresa mexicana Idesa.
En diciembre de 2012, Braskem publicó un comunicado donde anunció la aprobación de un fondo de crédito de USD 3,200 millones para la construcción de la planta Etileno XXI en Veracruz. Uno de los préstamos que formaban parte del fondo fue aprobado por NAFIN y consistió en un monto de USD 280 millones.
Este miércoles, el diario Milenio publicó una nota firmada por Francisco Mejía donde asegura que los detalles del contrato entre la Banca de Desarrollo y Braskem-Idesa están restringidos al público mediante el argumento de “secreto bancario”, que significa que sólo es accesible para los participantes del contrato. En el documento enviado, el Comité de transparencia de la empresa de créditos asegura que el contrato está terminado, pero no informa si es por liquidación o condonación.
Etileno XXI es una empresa instituida en 2010 para resolver la supuesta sobreproducción de etano por Petróleos Mexicanos. De acuerdo con la justificación aquel momento, sostenida por el ex presidente Felipe Calderón y el secretario de Energía de ese año, José Antonio Meade, Etileno XXI era un negocio sólido que permitiría a la paraestatal percibir un ingreso por la venta de un subproducto de la extracción y la refinación que, de otra forma, estaría desperdiciado.
Pero, la realidad fue que, desde la entrada en vigor del contrato y el inicio de operaciones de Etileno XXI, Pemex fue incapaz de surtir los 66 mil barriles del químico que exigía el acuerdo. Para evitar sanciones, la petrolera comenzó a importar el etano que luego vendería a la empresa de Braskem-Idesa.
El problema con ese negocio fue que el contrato para la compraventa del etano quedó firmado con un descuento del 25 por ciento sobre precio de mercado. Los costos de importación y manejo del combustible eran mayores a las ganancias generadas en el intercambio. Al final, el negocio con Etileno XXI le ha costado 15 mil millones de pesos al erario público.
Aun sin los pormenores del préstamo que NAFIN autorizó para que Braskem-Idesa pudiera construir la planta de Etileno XXI, el hecho de que el crédito fuera aprobado confirma la participación del gobierno federal en el negocio estéril no sólo como vendedor, sino como inversor.
La información del caso, particularmente la confirmación del descuento en la venta de los barriles y la descripción del proceso de negociación en Los Pinos de Calderón, fue hecha pública en la denuncia de hechos que Emilio Lozoya presentó ante la Fiscalía General de la República. Esa denuncia fue objeto de controversia la semana de su filtración por la cantidad de personas señaladas por el ex director de Pemex.
Los detalles del préstamo solicitados por Milenio y exigidos por López Obrador pueden revelar si, además de las pérdidas por el negocio, Braskem-Idesa significó una pérdida para el gobierno por falta de pagos en la inversión recibida.
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