El jefe de la policía de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, recibió una nueva amenaza. Después de sufrir uno de los atentados más atrevidos en la historia de la capital, supuestos grupos criminales no dejan de ponerlo en el centro de sus intimidaciones.
“Aquí seguimos detrás de ti, no quitaremos el dedo del renglón hasta que te matemos”, reza una manta colocada en el enrejado que protege el Hospital Juárez, ubicado en el norte de la capital mexicana, en la delegación Gustavo A. Madero.
“De nada te va a servir esconderte en las faldas de Claudia Sheinbaum”, agrega el texto en la manta, en referencia a la jefa de gobierno de la Ciudad de México. “Es lo único que sabes hacer, utilizar a la gente a tu beneficio, pinche narco con charola”, completaron.
En las imágenes, que usuarios de redes sociales publicaron para denunciar que la supuesta “narcomanta”, había sido colgada en la reja del hospital. Además, el texto está acompañado con una fotografía de García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) capitalina.
No falta mucho para que te reúnas con tu medio hermano Javier García Morales, que era igual de lacra y ratero que tú
Hace casi 9 años, el 6 de septiembre de 2011, García Morales fue ejecutado. El hermanastro del actual jefe de la policía de la CDMX fue asesinado en una cafetería de Guadalajara, la capital del estado de Jalisco.
García Morales, de 58 años, también hijo de Javier García Paniagua, fue atacado a balazos cuando esperaba que el valet parking le entregara su vehículo Hummer, luego de retirarse del establecimiento comercial ubicado sobre la avenida Providencia y Bogotá, de la colonia Providencia, en la capital jalisciense.
El ataque fue perpetrado por dos sujetos quienes ya esperaban a “Javiercillo”, como se le conocía en el mundo de la política. Recibió disparos en tórax, piernas y cabeza. En la escena del crimen se localizaron cuatro casquillos calibre .9 milímetros.
Javier García Morales fue un eslabón de una cadena política de gran influencia en el PRI, tanto en el gobierno del estado, como en las estructuras nacionales. Su abuelo, el general Marcelino García Barragán, fue uno de los hombres de poder más polémicos de la historia estatal y nacional del priismo.
Por su parte, García Harfuch fue el protagonista de el atentado más agresivo contra un funcionario en la Ciudad de México a finales de junio. El secretario resultó herido pero, tras ser operado, salió de peligro y volvió a sus actividades unas semanas después.
García Harfuch acusó desde la escena del ataque al poderoso Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) de haber sido el responsable del atentado fallido, donde murieron dos elementos policiacos y una mujer que fue alcanzada por el fuego y que no estaba relacionada con la escena, ocurrida en el corazón de la capital.
El funcionario era uno de los políticos de alto nivel que los autoridades de seguridad locales y federales habían apuntado como uno de los posibles blancos de la delincuencia organizada, pero el CJNG nunca se adjudicó directamente el ataque en el que participaron poco más de dos docenas de personas y un armamento de muy alto calibre.
Esta no es la única amenaza contra García Harfuch desde que consiguió salvarse aquel viernes 26 de junio. Un grupo de encapuchados armados grabaron y publicaron un video donde lo intentaron intimidar a finales de julio.
“Esto es personal contigo, no con el gobierno, y tú ya sabes con quién traes la bronca”, señalaron los hombres, quienes también se refirieron a los supuestos nexos del funcionario con Genaro García Luna y también recordaron la muerte de su medio hermano.
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