Los linchamientos públicos no son acontecimientos desconocidos en el catalogo violento de México.
Después de que en las redes sociales se hizo viral el video del linchamiento de un sujeto a bordo de una combi luego de que intentó asaltar a los pasajeros en compañía de otro cómplice que logró darse a la fuga, se han desencadenado diversas publicaciones de otros linchamientos en diferentes partes de la República.
En medio del hartazgo de la sociedad por la creciente ola delictiva, al considerar que en México no existe un verdadero Estado de derecho, muchos han optado por hacer justicia por su propia mano, sin tomar en cuenta que también están incurriendo en un delito.
Al buscar ejercer justicia por su propia mano durante un linchamiento las víctimas pasarían a ser agresores, pues estarían cometiendo el delito de lesiones en grado dolosas e inclusive podrían llegar a incurrir en el de delito homicidio en grado de tentativa.
A pesar de que en México es legal detener al responsable de un delito en flagrancia, el Código Nacional de Procedimientos Penales en su artículo 147 indica que se debe entregar inmediatamente al detenido a la autoridad más próxima para que a su vez sea canalizada con la mayor prontitud al Ministerio Público, quien deberá integrar la carpeta de investigación para determinar su legal detención y al mismo verificar que no se haya vulnerado los derechos a los que tiene el señalado.
Es decir que el acusado no haya sido torturado, golpeado o señalado de manera injusta, pues en el caso de que hubiese sido golpeado, independiente del proceso al que se encuentra por las acusaciones de robo, el agresor podría pasar a ser victima en otro hecho delictivo investigado de manera independiente al primero señalado.
Este tipo de situaciones ha generado que en el afán de buscar hacer justicia quienes detienen a un sujeto en flagrancia lo linchan o agreden sin presentar alguna denuncia, por ello cuando la autoridad interviene son dejados en libertad o presentados ante alguna autoridad, donde quedan libres al no existir un señalamientos y estos en su calidad de victima tampoco presentan ningún tipo de querella para no ser sometidos a investigación.
Los linchamientos han tenido una tendencia constante al alza en años recientes con un aumento de 190% en 2018 hasta los 174 casos y 271 víctimas, y pese al hartazgo de la sociedad, las cosas no parecen mejorar.
El “Informe Especial sobre los Linchamientos en el Territorio Nacional” fue presentado por el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González, quien declaró que estos actos “constituyen una de las expresiones más graves de la crisis que en materia de inseguridad, violencia e impunidad enfrenta nuestro país”.
La CNDH realizó su investigación con base en reportes periodísticos y, conforme la información recabada, resaltó que los linchamientos -tanto consumados como en tentativa- han presentado una tendencia constante de crecimiento en el país desde 2015.
El titular de la Comisión refirió que en 2016 el incremento de casos respecto a 2015 fue de 37 %, mientras que 2018 presentó un claro repunte, con un aumento de 190 % interanual al pasar de 60 a 174 casos de justicia por mano propia, con víctimas mortales o heridos. En cuanto a las víctimas de linchamiento, tanto fallecidos como lesionados, el incremento en 2018 fue de 146 %, al llegar a 271 de los 110 registrados el año precedente.
Sobre el año en curso, González señaló que la tendencia se mantiene ya que en los poco menos de cinco meses transcurridos se han registrado 67 casos con 107 personas involucradas. Uno de los casos más recientes tuvo lugar el 29 de abril en el pueblo de Los Choapas, en Veracruz, cuando una turba de 600 personas detuvo y asesinó a seis personas acusadas de formar parte de una banda de secuestradores.
El ombudsman resaltó este miércoles la falta de homologación de protocolos de prevención y atención en casos de linchamiento. Por su parte, el segundo visitador general de la CNDH, Enrique Guadarrama, precisó que de los 336 casos revisados en periodo 2015-2018, 43 corresponden a 2015, 59 a 2016, 60 a 2017 y 174 a 2018, lo que ilustra la tendencia al alza.
Los actos revisados dieron como resultado 561 víctimas, de las cuales 22 % (121) murieron y 78 % (440) fueron liberadas o rescatadas, es decir quedaron en tentativa. Entre las víctimas de linchamiento 523 fueron hombres y 38 mujeres.
De los 174 casos de justicia por mano propia, consumados o en tentativa, revisados de 2018, 76 % (132) ocurrieron en cinco entidades federativas: Puebla (48), Estado de México (40), Tabasco (22), Ciudad de México (13) e Hidalgo (9), teniendo como resultado 246 víctimas, de las cuales 232 fueron hombres y 14 mujeres.
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