El pasado 13 de agosto se tachó el último nombre pendiente en la fotografía de una familia que de “celestial” sólo tenía el sobrenombre. Julio César Carrillo Leyva, hijo del legendario y fantasmagórico Amado Carrillo Fuentes, fue asesinado en el municipio de Navolato, Sinaloa.
Amado, el “Señor de los Cielos” y su hermano Vicente Carrillo Fuentes lideraron el Cártel de Juárez, una organización criminal pionera en el tráfico de drogas en México. Fueron los primeros en establecer contactos con las mafias colombianas para transportar cocaína a EEUU y consolidaron al corredor entre Ciudad Juárez (Chihuahua) y El Paso (Texas) como el principal punto de entrada de droga al mayor consumidor de cocaína en el mundo.
Pero el “Señor de los Cielos”, un narcotraficante temido pero cuya macabra leyenda ha inspirado una serie de televisión, murió sobre una mesa de operaciones en 1997 en la Ciudad de México. Sufrió un paro cardiaco en medio de una cirugía estética. Le sucedió su hermano, Vicente, detenido en el 9 de octubre de 2014 en Torreón (Coahuila), a más de 800 kilómetros al sur de Juárez, el sitio que puso nombre a la mafia de los Carrillo Fuentes y que ha pagado con sangre el coste de ser la mayor entrada de droga a la Unión Americana.
A Vicente le apodan el “Viceroy”, un mote que mezcla su nombre con una marca de cigarrilos. La herencia de su hermano era la principal organización criminal de México en los noventa. Lejos de las avionetas bimotor sudamericanas, los Carrillo Fuentes conseguían grandes aviones para ingresar toneladas de droga destinadas al mercado estadounidense.
Los Carrillo Fuentes también eran conocidos por sus sangrientos métodos para amedrentar rivales y dejar claro que Juárez era su territorio. Fundaron mafias que operan hoy en día: La Línea y Los Aztecas.
El origen
Los Carrillo Fuentes son algo más que una saga familiar: son historia viva de la violencia en México. El retrato del clan comenzó con la participación de Amado Carrillo Fuentes en el Cártel de Guadalajara, fundado por su tío, Ernesto Fonseca Carrillo, alias “Don Neto”, para hacerse del control de las rutas fronterizas.
Carrillo Fuentes quiso conquistar el cielo. Se hizo de una flota de aviones para ingresar las más importantes e históricas toneladas de cocaína colombiana a Estados Unidos. Fue un ave cruzando pantanos con el visto bueno de varias autoridades mexicanas, particularmente bajo la protección del famoso General, Jesús Gutiérrez Robollo (1934-2013).
La muerte del “Señor de los Cielos” en 1997 no significó el final de su dinastía. Cuando el narcotraficante murió en medio de una intervención quirúrgica para modificar su rostro, su esposa Candelaria Leyva le pidió a su hijo Vicente que peleara por la herencia de su padre. El primogénito del “Señor de los Cielos” emprendió la tarea de recuperar una decena de casas a nombres de testaferros y el dinero que había quedado escondido en diversas cajas de seguridad. La primera visita la realizó a una casa en Hermosillo, capital de Sonora, donde encontró USD 400,000 resguardados en una caja fuerte.
Al cabo de unos meses, Vicente Carrillo Leyva, el “Ingeniero”, logró juntarse USD 7 millones que estaban escondidos en diversas casas y departamentos. El dinero lo repartió con su madre y sus hermanos, Julio César y Juan. La parte que le tocó a él la guardó, y luego la cambió a pesos mexicanos. Por esta razón, el 1 de abril de 2009 el heredero fue capturado no volando, sino corriendo, no en los cielos, sino en los Bosques de las Lomas, en plena Ciudad de México.
Fiel a la tradición familiar, el “Ingeniero”, se había sometido a evidentes cirugías que modificaban su apariencia.
Vicente Carrillo Fuentes, el “Vicereoy”, —hermano del Señor de los Cielos— quedaba al mando del que alguna vez fue el cártel más famoso y poderoso del país.
El “Viceroy”, según un perfil de la extinta Procuraduría General de la República, es un hombre de carácter fuerte. Su guerra declarada contra el Cártel de Sinaloa, liderado entonces por Joaquín, el “Chapo” Guzmán, disparó la violencia en la región fronteriza entre México y Estados Unidos.
Fue capturado el 9 de octubre de 2014, en Torreón, Coahuila, durante un operativo de la Policía Federal. Está acusado de delincuencia organizada, delitos contra la salud, acopio de armas de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Las imputaciones contra Vicente Carrillo forman parte del Maxiproceso, expediente donde se involucró a militares de primer nivel y en el cual se reporta que junto con su extinto hermano, Amado Carrillo, pretendieron llegar a un acuerdo con el ex presidente de México, Ernesto Zedillo (1994-2000) y no ser perseguidos. Además, propusieron aliarse al cártel de los Arellano Félix, vender droga sólo en Estados Unidos y otorgar la mitad de las ganancias.
La corte federal de Brooklyn, misma que enjuició al mafioso Joaquín “El Chapo” Guzmán, ahora intenta sentar en el banquillo de los acusados a Vicente Carrillo Fuentes quien, según las autoridades estadounidenses, desde enero de 1990 hasta su detención en 2014 tuvo las riendas del Cártel de Juárez.
Durante ese período traficó cientos de toneladas de coca y otras drogas, generando decenas de millones de dólares en ganancias ilícitas.
El éxito de su liderazgo se debió a que el “Viceroy” tenía a su mando diferentes personas que manejaban rutas de transporte, almacenes para narcóticos y sicarios que llevaban a cabo secuestros y asesinatos en México para vengarse de los rivales que amenazaban a la célula criminal.
El año pasado, durante el juicio contra el “Chapo” se relató que el fundador del Cártel de Sinaloa pidió que mataran a Rodolfo Carrillo Fuentes, el “Niño de Oro”, hermano del el “Viceroy”, sólo porque no le quiso dar la mano al final de una reunión. Lo ejecutaron afuera de un cine en Sinaloa.
Los jefes del Cártel de Juárez se vengaron asesinando al hermano del Chapo, Arturo Guzmán.
Una historia trágica
La muerte y la tragedia son los episodios que más se repiten en la historia familiar de los Carrillo Fuentes.
En la pequeña comunidad de Guamuchilito, municipio de Navolato, Sinaloa, había una finca de 24.000 metros cuadrados, de la que se levantaban pinos y palmeras, y donde corrían cabras, borregos y avestruces. Allí vivió hasta su muerte, en 2014, doña Aurora Fuentes López, madre de ocho hijos: Angélica, Amado, Cipriano, Vicente, Guadalupe, Alberto, Rodolfo y José Cruz.
Su padre era primo hermano de Ernesto Fonseca Carillo, “Don Neto”, preso desde 1985 por el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena. En la década de los ochenta su tío los inicia en el negocio. De los seis hermanos varones están muertos cuatro: Amado, Cipriano, Rodolfo y José Cruz, y dos arrestados Vicente y Alberto.
Este último conocido como “Bety la Fea”, asumió el liderazgo del Cártel después de que su hermano, Vicente fuera capturado.
Alberto y su organización criminal se encontraban en una lucha directa con el Cártel de Sinaloa por las plazas de Chihuahua, Sonora y Durango. La violencia desatada lo puso en el radar de las autoridades, quienes en 2013 lo aprehendieron en Nayarit. Cinco años después fue condenado a 13 años de prisión.
Para entonces, Juan y Julio César Carrillo Leyva, hijos del “Señor de los cielos” tomaron las riendas de la organización criminal y emprendieron una nueva estrategia.
Sus nombres salieron a la luz en narcomantas firmadas por el Nuevo Cártel de Juárez, que fueron colocadas en varias zonas del estado de Chihuahua, y en las que se mencionaba que ambos jóvenes habían asumido el control de la organización.
A diferencia de otros cabecillas del grupo criminal, — como su tío, Rodolfo Carrillo Fuentes, el “Niño de Oro”, asesinado por el Cártel de Sinaloa en una plaza de Culiacán en 2005, y su hermano Vicente Carrillo Leyva, el “Ingeniero”, quien fue detenido en la Ciudad de México en 2009 y liberado en 2018 tras cumplir 9 años en prisión—, los jóvenes se manejaba con perfil bajo.
Hasta el pasado 13 de agosto, que Julio César Carrillo Leyva, de 37 años, fue asesinado por un comando en Navolato, Sinaloa. Con su muerte, y la de otros líderes, la estirpe parece haber recibido su golpe de gracia.
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