Con la difusión de un video donde aparecen dos ex funcionarios del Senado de la República recibiendo sobornos del entonces presidente Enrique Peña Nieto para aprobar las reformas estructurales de su gobierno, el Partido Acción Nacional (PAN) se ha visto acorralado una vez más contra la polémica y faltando cada vez menos para las elecciones del 2021.
Francisco Domínguez, gobernador de Querétaro, y Jorge Luis Lavalle, ex senador del PAN, son culpables ante la opinión pública y podrían ser citados a declarar ante las autoridades por el video que se difundió hace un par de días en las redes sociales.
Esto porque uno de los hombres que revisa los paquetes con fajos de billetes es Rafael Jesús Caraveo, secretario técnico del entonces senador Lavalle. El otro es Guillermo Gutiérrez Badillo, quien guarda el dinero en una maleta negra.
Gutiérrez Badillo trabajaba con el entonces senador, Francisco Domínguez Servién. Hasta hace dos días Badillo era su secretario particular en el gobierno de Querétaro.
De acuerdo con el periodista Ciro Gómez Leyva, un supuesto funcionario de Petróleos Mexicanos (Pemex) es quien entrega las bolsas con el dinero a dos empleados del Senado. Ambos estarían vinculados a políticos del Partido Acción Nacional (PAN).
El PAN es el partido que está mejor posicionado para enfrentar a Morena y al presidente en las elecciones intermedias de 2021, pero con las últimas evidencias eso podría cambiar.
A continuación, un recuento de los escándalos que en el último par de años han manchado al partido que iba “cambiar a México”.
El cártel de Genaro García Luna
Ramón Enrique Pequeño García, Luis Cárdenas Palomino e Iván Reyes Arzate, fueron los protagonistas del sindicato criminal que dirigía el ex secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón Hinojosa, Genaro García Luna.
García Luna está preso en Nueva York. Pequeño y Cárdenas son considerados “fugitivos” y extraoficialmente se sabe que Estados Unidos pidió su arresto con fines de extradición. Los tres son cómplices de traficar cocaína a cambio de sobornos multimillonarios del Cártel de Sinaloa.
A lo largo de sus carreras policiacas, los tres traicionaron a sus subalternos, permitiendo que fueran torturados, asesinados y violados por conveniencia propia y del grupo delincuencial al que servían.
De acuerdo con la periodista Anabel Hernández, Vicente Zambada Niebla, alias “El Vicentillo” (hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, considerado como el actual líder del Cártel de Sinaloa), le reveló la forma en la que operaba la Policía Federal, que dependía de la Secretaría de Seguridad Pública, cuyo titular era García Luna.
Según lo relatado por “El Vicentillo” y que quedó plasmado en el libro “El Traidor”, Genaro García Luna convirtió a muchos de los policías federales en gatilleros al servicio de “El Mayo” y “El Chapo”. Pero también comenzaron a comprarle droga, por lo que los uniformados se convirtieron en traficantes e incluso secuestradores.
El presidente López Obrador, por su parte, aseguró que con las investigaciones contra Genaro García Luna se puede hablar de que existía un “narcoestado” en administraciones pasadas.
Felipe Calderón y el escándalo “Etileno XXI”
En el gobierno del ex panista Felipe Calderón Hinojosa, funcionarios y empresarios urdieron un plan transexenal para privilegiar a una compañía privada en detrimento de la industria petroquímica nacional, lo cual ocasionó pérdidas acumuladas a Petróleos Mexicanos (Pemex), sólo entre 2016 y 2018, últimos tres años de Enrique Peña Nieto, por alrededor de 6 mil 500 millones de pesos, según documentó la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
El proyecto Etileno XXI, consorcio conformado por Brasken, filial de la brasileña Odebrecht, y la mexicana Idesa, se benefició de un contrato a largo plazo para obtener de la petrolera mexicana el suministro de gas etano a precios con descuento hasta de 30 por ciento respecto de las cotizaciones del mercado internacional. Ello, además, sin pagar los costos de importación, transporte y separación de dicho hidrocarburo.
Etileno XXI, que comenzó operaciones en enero de 2016, es un clúster industrial que construyeron Brasken e Idesa en Nanchital, Veracruz, y la justificación de la obra era que se iba a relanzar la industria petroquímica nacional, objetivo desde la administración de Vicente Fox con el proyecto “El Fénix”.
El 19 de febrero de 2010, durante la gestión del presidente Felipe Calderón, se celebró el contrato de suministro por medio del cual PGPB, ahora Pemex Transformación Industrial (Ptri), se obligaba a vender 2 millones 980 mil 220 metros cúbicos de etano por día, equivalentes a 66 mil barriles diarios, durante al menos 20 años, con un precio de descuento hasta de 30 por ciento respecto de las cotizaciones internacionales.
El ex presidente Felipe Calderó, por su parte, estimó que es víctima de una “persecución sin fundamento ni derecho” por parte del actual mandatario Andrés Manuel López Obrador y su administración debido al partido político que quiere fundar para contender en las próximas jornadas electorales.
Esta aseveración va en referencia a México Libre, el partido político que, junto con su esposa Margarita Zavala, tiene amplias posibilidades de participar en las contiendas electorales del 2021.
Vicente Fox
En el último año, el ex presidente panista Vicente Fox ha dado mucho de qué hablar, luego de que en una entrevista se quejó por la situación de austeridad en la que vive, y en la que aseguró que “difícilmente” tiene para comer y que vive al día, pues el dinero que gana de sus conferencias, en las que cobra 200,000 pesos, lo deposita en sus fundaciones.
“Yo trabajo en el rancho, hemos logrado salir adelante. No hay riqueza, ni dinero escondido. Vivo al día. Todo el dinero lo he metido a las fundaciones Vamos México, Centro Fox (…) Ahorita difícilmente tengo para comer, yo no le he robado un centavo a nadie. Yo he hecho mi patrimonio con trabajo, sí, con una herencia que nos dejó mi padre a mis nueve hermanos”, dijo.
La declaración fue motivo de debate en Twitter, pues los usuarios dudaron de lo que decía Fox, luego de ser un importante empresario en Guanajuato,ser dueño de un rancho, ser político y haber dirigido una nación entera durante todo un sexenio.
Fox llegó a la Presidencia de México tras 71 años de Gobiernos priístas, marcando una importante etapa de transición histórica, que no estuvo exenta de sospechas por corrupción y señalamientos, especialmente a su esposa, Marta Sahagún y sus hijos, Manuel, Fernando y Jorge Alberto Bribiesca.
Además, al terminar su sexenio, el crecimiento del patrimonio de Fox y Sahagún no quedaba en duda, y menos tras la construcción del lujoso Centro Fox, localizado en su finca de San Cristóbal, en Guanajuato.
Entonces, agentes de la Procuraduría General de la República (PGR), hoy Fiscalía, comenzaron una investigación de las cuentas bancarias y las propiedades del ex Presidente y su familia más cercana.
Por ello, Fox negoció con el Gobierno de Enrique Peña Nieto, quien mantuvo la averiguación previa vigente durante todo el sexenio, según revelaron los periodistas Raúl Olmos y Valeria Durán, de Mexicanos Contra la Corrupción, en el libro “Fox: negocios a la sombra del poder”.
En el libro, los periodistas dan cuenta de cómo durante el Gobierno de Fox, no faltaron las transferencias poco claras, de origen desconocido, a cinco cuentas bancarias de Marta Sahagún.
“La señora recibía por distintas vías el doble de dinero que el sueldo de su marido. Por cada peso que Fox ganó como Presidente, Marta cobró al menos otros dos pesos por conceptos tan variados como donativos, herencias, rentas, préstamos, utilidades y transferencias. Ese dinero jamás fue declarado por auditores cuando se metieron a revisar con lupa los bienes de Vicente Fox y de su esposa”, aseguraron.
Los periodistas agregaron que “al compulsar las declaraciones patrimoniales con información aportada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), descubrieron irregularidades por 27 millones 881 mil 694 pesos, equivalentes a 2.5 millones de dólares al promedio cambiaron de aquella época.
Noventa por ciento de ese dinero fue depositado o transferido a favor de Sahagún en sucursales de Banorte, Inbursa, BBVA Bancomer y Banamex, mientras que el 10 por ciento restante se depositó a nombre de Vicente Fox.
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