A inicios de agosto el gobierno mexicano anunció la captura del presunto líder del Cártel Santa Rosa de Lima, José Antonio Yépez Ortíz, alias El “Marro”, como una victoria sobre el narcotráfico y una baja en los niveles de violencia que vive el estado de Guanajuato. Sin embargo, este estado no ha dejado de ser el primer lugar en homicidios del país, ni dejó de estar ocupado por el narco.
Al poco tiempo de haber sido capturado, su rival, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) emitió supuestos mensajes donde anunciaba que habían liberado el estado y que se mantendría tranquilo. Pero, a unas semanas de la detención de su rival, sustituyeron al capo con 15 nuevos jefes de plaza, de acuerdo con información obtenida por el periodista Héctor de Mauleón.
Entre ellos habría dos mujeres, una encargada de León y la otra de Irapuato, que estarían apoyadas por el Grupo de Élite que aparecía en el video mostrado su arsenal de armamento y expresando su fidelidad a Nemesio Oseguera Cervantes, alias El “Mencho”, líder del grupo delictivo.
Pero, el CJNG habría ido más allá al asentar alianzas con dos poderosos grupos locales: la Unión León y Los Durango, con el objetivo de mantener un corredor en los antiguos dominios del Cártel Santa Rosa de Lima, los cuales comprendías los municipios de León, Silao, Guanajuato, Irapuato, Salamanca, Cortázar, Celaya, Apaseo el Grande y Apaseo el Alto.
En su columna “El Marro ya tiene sustituto” publicada en El Universal, el periodista destaca que ambos grupos locales tienen una gran cantidad de sicarios y narcomenudistas bajo su filas.
La Unión León, por su lado, estaría formada de distintas células locales. De algunas, se presume, están formadas por viejos Zetas y operarían en delitos como robo de carga, venta de droga en centros nocturnos y colonias y clonación de tarjetas.
Esta organización había estado relacionada con el “Marro” y hasta declaró la guerra al CJNG, la cual derivó en ejecuciones y narcomantas que intercambiaban entre ambos grupos anunciando “limpias” en los años 2017 y 2018.
De acuerdo con De Mauleón, hace una década era el Cártel de Sinaloa, cuyo jefe era Joaquín El “Chapo” Guzmán, quién le surtía la droga a La Unión por Ignacio Coronel. Actualmente, su brazo armado, Los Ántrax, aún operan en el estado de Guanajuato.
Por su parte, Los Durango llevan 15 años operando en la entidad y se encuentran bajo el liderazgo de Antonio Javier Pérez García. Esta organización se encargan de controlar otra parte de la venta de drogas en el estado y al robo de autos, que parece ser su especialidad.
A pesar de que el Cártel Santa Rosa de Lima dio a conocer que seguía en el estado, tanto el CJNG como otros grupos delictivos no pretenden volver a dar cabo suelto al “Marro” y, de acuerdo con el periodista, “la pesadilla sigue con vida en Guanajuato”, pues el estado sigue siendo el primero a nivel nacional en homicidios.
Concentró el 12% de estos delitos entre el 2 de agosto, día de la detención, y el 16 de este mes, de acuerdo con las cifras oficiales. Esto independientemente, de que ahora las autoridades mexicanas han logrado ingresar a los territorios que el Cártel Santa Rosa de Lima mantenía a su resguardo.
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