En los últimos casi tres lustros, México ha visto cómo las cifras de violencia e inseguridad han ido en aumento casi sin descanso, rompiendo nuevos récords históricos con cada años que pasa, sobre todo a partir de 2006, cuando Felipe Calderón comenzó con la llamada “Guerra contra el narcotráfico”.
Desde entonces, el país no ha podido detener el ascenso de los homicidios ni del cada vez más violento enfrentamiento entre el crimen organizado en busca de plazas y territorios para dominar, así como la participación de las Fuerzas Armadas como tercer frente.
Este 2019 fue oficialmente el año más violento en la historia de México con 34,582 homicidios dolosos registrados en 12 meses. Sin embargo, debido a que las cifras de este año han mostrado que el aumento sigue imparable, se espera que 2020 vuelva a romper dicha estadística en diciembre.
Ninguno de los sucesores de Calderón, ni Enrique Peña Nieto (2012-2018) ni Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), han podido cambiar la dinámica, a pesar de que éste último prometió un cambio radical en los esfuerzos para disminuir la violencia en la que la sociedad mexicana se sumerge cada vez con mayor rapidez.
Hablando específicamente de las Fuerzas Armadas y su estrategia para intentar detener el crecimiento, poder y dominio del narcotráfico, hay una cifra reveladora del poder de fuego de las organizaciones criminales que han poblado el país y que se han diseminado con rapidez sobre todo en este siglo.
En los últimos 14 años, entre 2006 y mayo de 2020, 102 aeronaves de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) han caído en el ejercicio de sus facultades. Además, hasta 49 de ellas han caído cuando realizaban trabajos contra el narcotráfico, es decir, un 48 por ciento del total.
Así lo reveló la Sedena, de acuerdo con la solicitud de información 0000700036020 realizada por el medio de noticias Expansión. La mayoría del total de estos desplomes ocurrió en el gobierno de Peña Nieto, con 59 en total. Le sigue la administración de Calderón, con 41 aeronaves.
En los primeros 18 meses del gobierno de López Obrador han caído tres aeronaves. En caso de que se mantenga la misma tendencia, la actual administración sufrirá unas 12 caídas de aeronaves de la Sedena, todavía lejos del total alcanzado en los dos sexenios anteriores.
Entre aquellas aeronaves del Ejército que cayeron entre 2006 y los primeros cinco meses del 2020, 31 se desplomaron durante labores de adiestramiento; 18 de ellas fueron durante traslados; dos durante mantenimiento; una en prueba en tierra y otra en un vuelo de prueba, de acuerdo con la Sedena.
Por otra parte, aquellas que cayeron en labores del narcotráfico fueron 49 en total, pero no se dieron más detalles sobre el tema, salvo un dato: nueve de las que laboraban mientras actuaban contra el crimen organizado cayeron por agresiones directas por armas de fuego, casi el 20% en este apartado.
Es decir, una de cada cinco aeronaves que actuaba en labores contra el narcotráfico fue derribada por agresiones por parte de grupos armados. En los últimos 14 años, la agresión más recordada, y una de las demostraciones de poder más importantes por parte del narco en México, ocurrió de esta manera.
El 1 de mayo de 2015, el gobierno federal, entonces encabezado por Peña Nieto, lanzó la llamada Operación Jalisco en dicho estado del occidente mexicano, donde participaron elementos de la Sedena, la Secretaría de Marina, el CISEN (Centro de Inteligencia y Espionaje Federal) y la entonces activa Policía Federal.
El principal objetivo era claro: atrapar o eliminar al líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, y desarticular a su organización, una de las más importantes del país en el trasiego de drogas, entre otras actividades ilícitas.
Aquella mañana de mayo, durante un reconocimiento aéreo realizado por las fuerzas federales, se localizó un presunto convoy donde viajaban presuntos integrantes de la organización.
Pero todo estaba perfectamente planeado. “Fue una emboscada perfectamente diseñada, sabían quiénes, a qué hora, iban a pasar”, explicó el entonces comisionado nacional de seguridad, Monte Alejandro Rubido. Cuando los sicarios se sabían ubicados, abrieron fuego contra el helicóptero de la Marina.
Sin embargo, no estaban preparados para el lanzacohetes con el que acabaron derribando la aeronave y provocando seis muertes. A lo largo de aquel día, tras el derribo del helicóptero, Jalisco se convirtió en el infierno: el grupo delincuencial realizó 39 bloqueos en 25 municipios del estado, incluida Guadalajara, la capital.
Desde entonces, el Cártel Jalisco consolidó su poderío en el país y se convirtió en una de las organizaciones más poderosas del continente. Su líder, El Mencho, es uno de los más buscados del mundo, como otrora fuera otro capo, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, fundador y líder del Cártel de Sinaloa.
Con El Chapo cumpliendo cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos, El Mencho se convirtió en el principal objetivo de la Agencia Antidrogas de aquel país, la DEA, que desde marzo de este año ofrece USD 10 millones, la cifra más alta en su historia, por el líder del CJNG.
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