Agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), en colaboración con el Buró Federal de Investigaciones (FBI), arrestaron en Atlantla, Georgia, Estados Unidos, a un sujeto que supuestamente resguardaba 170 kilogramos de droga, 41 armas de fuego y un millón de dólares en efectivo.
El supuesto traficante, identificado por las autoridades como Antonio DaShawn Daniels, enfrentará cargos relacionados con la posesión e intensiones de distribuir heroína, cocaína y mariguana, además de la posesión de armas de fuego con el objetivo de promover el tráfico de drogas.
Esta historia comienza en octubre de 2019, cuando agentes del FBI relacionados con la investigación del narcotráfico descubrieron libros de contabilidad de una organización de tráfico de drogas con sede en México, de acuerdo con el fiscal federal Byung J. Pak, basado en los cargos imputados a Daniels y la información aportada por las agencias de segudidad.
Aunque no se especifica el grupo del crimen organizado conectado con los presuntos crímenes de Antonio, el diario Milenio de México reveló que se trata del Cártel Jalisco Nueva Generación, liderado actualmente por Nemesio Oseguera Cervantes, alias el “Mencho”.
Los datos en dichos libros demostraron que Antonio DaShawn Daniels recibió poco más de 1,000 kilogramos de cocaína entre agosto de 2018 y octubre de 2019. Además, quedó constancia de que el ahora arrestado devolvió a la organización más de 31 millones de dólares en ingresos provenientes del tráfico, “mismos que finalmente fueron transportados a México”, aseguró el Departamento de Justicia.
Además, durante la investigación se identificaron varios apartamentos y casas en el área metropolitana de Atlanta que supuestamente pertenecían DaShawn, mismos que habría utilizado para la preparación y distribución de las drogas.
Con esta información, los agentes ejecutaron órdenes de registro federales el 27 de julio de 2020, lo que resultó en el arresto de Daniels y la incautación de aproximadamente 170 kilogramos de heroína, 10 kilogramos de cocaína, así como ocho kilogramos de mariguana.
Además, se le confiscó un millón de dólares en efectivo, así como un contador de dinero y 41 armas de fuego no identificadas, escondidas por todo el departamento. También había prensas, balanzas y filtros con residuos de “polvo blanco”.
“La cantidad de drogas, dinero y armas de fuego presuntamente controladas por Daniels nos demuestra la escala de tráfico de heroína o cocaína que manejan los traficantes locales en contubernios con las organizaciones criminales internacionales de más algo nivel dedicadas a la distribución de drogas. No toleraremos la destrucción de vidas por el flagelo del narcotráfico”, aseguró el fiscal federal Byung J. Pak.
Mejor conocido en el mundo de las organizaciones criminales como “Freckleface Shawn” (Pecoso Shawn), de 46 años, fue acusado formalmente el 11 de agosto de 2020; sin embargo, indicaron las autoridades, “se presume su inocencia y será responsabilidad del gobierno probar la culpabilidad del acusado más allá de toda duda razonable en el juicio.”
Robert J. Murphy, agente especial a cargo de la División de campo de la DEA en Atlanta, aseguró en el comunicado del Departamento de Justicia que DaShawn ya había cumplido una condena en la prisión federal por la distribución de drogas y sin embargo, “continuó descaradamente con sus actividades”
“Su arresto saca a otro criminal peligroso de nuestras calles y envía un mensaje claro a otros que quisieran optar por seguir el mismo camino. La DEA y sus socios perseguirán sin descanso y en última instancia enjuiciarán a criminales como Daniels“, dijo Murphy.
Este caso es actualmente investigado por la Administración de Control de Drogas, la Oficina Federal de Investigaciones y el Departamento de Policía de Doraville. El fiscal federal adjunto Nicholas Hartigan está procesando el caso.
Además, se presentó como parte de la Operación SCOPE, iniciativa lanzada por la Fiscalía de los Estados Unidos para asociarse con las fuerzas del orden federales y locales para combatir los efectos devastadores de los analgésicos recetados ilegalmente, la heroína y los opioides sintéticos, como el fentanilo.
“Este caso ilustra el devastador impacto que puede tener la violencia alimentada por el narcotráfico dentro de nuestras comunidades. Los traficantes de drogas y las organizaciones que trabajan de la mano con ellos, suelen usar el miedo y la violencia para enriquecerse a sí mismos, sin la mínima consideración por las comunidades que destruyen a su paso. La DEA, en colaboración con las autoridades, se compromete a proteger la salud, resguardo y seguridad de los norteamericanos”, sentenció el administrador interino Timothy J. Shea
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