Zona de baja presión pone en alerta al Pacífico frente a costas de Guerrero y Michoacán

El día de ayer por la noche SEMARNAT y CONAGUA registraron una zona de baja presión con alto potencial ciclónico

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Localización de zonas de baja
Localización de zonas de baja presión según CONAGUA

El día de ayer por la noche la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) registraron una zona de baja presión que, junto a la Onda Tropical Número 26, pusieron bajo alerta a las costas de Michoacán y Guerrero por un alto potencial ciclónico para los siguientes días.

Ambos fenómenos meteorológicos provocarán lluvias intensas (de 75 a 150 milímetros por metro cuadrado), descargas eléctricas y posibles granizadas en Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit y Oaxaca.

Por otra parte, para los estados de Chiapas, Guanajuato, Puebla, y Veracruz pronostican lluvias muy fuertes (de 50 a 75 mm) mientras que en la Ciudad de México, Estado de México, Durango, Hidalgo, Querétaro, Sinaloa y Zacatecas podrán haber lluvias fuertes (de 25 a 50 mm). El pronóstico incluye la posibilidad de granizo relámpagos y vientos mayores a los 50 km/h.

Precipitaciones por estados: CONAGUA
Precipitaciones por estados: CONAGUA

Según la página de la CONAGUA, en caso de que se llegue a emitir la alerta por un ciclón que afectará al territorio, algunas de las recomendaciones son:

-Conservar la calma.

-Mantener encendido un radio con pilas para poder estar al pendiente de las instrucciones de las autoridades correspondientes.

-Desconectar los aparatos y el interruptor de la energía eléctrica.

-Cerrar las llaves de gas y agua.

-No prender velas, sino usar lámparas de baterías.

-Mantenerse lejos de puertas y ventanas.

-Si el viento lograra abrir alguna de las puertas o ventanas, no avanzar hacia ellas de frente.

-Dejar en el suelo los objetos que puedan llegar a caer y subir aquellos que sean de valor.

-No salir del domicilio o albergues a menos hasta que las autoridades informen que sea seguro hacerlo.

Por otro lado, para la población que se ve en la necesidad de salir de sus casas, la CONAGUA recomienda:

-Llevar sólo lo indispensable.

-Alejarse de las zonas de desastre.

-Alejarse de cables eléctricos así como de postes, árboles y casas en peligro de caer.

-Reportar a protección civil los cables de luz que puedan poner en peligro a la población.

-Cerrar con llave sus domicilios.

-Evitar cruzar cauces pues, aunque aparenten tener un volumen de agua bajo, este puede aumentar de manera muy rápida.

¿Qué es una zona de baja presión o borrasca? Según Germán Portillo, meteorólogo por la universidad de Málaga, las zonas de baja presión son fenómenos meteorológicos que ocurren cuando una masa de aire frío se encuentra con una de aire caliente. Las borrascas se detectan por una diferencia en la presión atmosférica al interior del fenómeno con respecto al aire que le rodea. Además, este tipo de sucesos comienzan a presentar vientos que, en el hemisferio norte, giran en el sentido contrario a las manecillas del reloj, mientras que por debajo del ecuador los vientos giran hacia el lado derecho.

Otras características de las zonas de baja presión son una alta nubosidad que provoca precipitaciones fuertes y descargas eléctricas. Es por esto que cuando se detecta una borrasca lo suficientemente fuerte, las autoridades procuran vigilarla atentamente, pues tiene el potencial de convertirse en un ciclón.

Según la organización Greenpeace, aunque no hay un consenso científico acerca de si el cambio climático ha contribuido a que los ciclones ocurran de manera más frecuente, Cecilia Carballo afirma que sí hay una relación entre el calentamiento global con la intensidad y el comportamiento de dichos fenómenos meteorológicos.

Siendo que los ciclones se generan típicamente en océanos de agua templada, un incremento en la temperatura de las aguas oceánicas sí pueden influir en la duración y fuerza con la que estos afectan los territorios que tengan cercanos. Todo ésto puede llegar a provocar más destrozos y afectaciones a la población.

De tal forma que reducir las emanaciones de gases invernaderos no necesariamente van a disminuir la frecuencia con que aparezcan las zonas de baja presión, pero sí puede contribuir a reducir los costos humanos que estas provoquen.

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