Desde que la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por su sigla en inglés) dio a conocer que la compañía de préstamos World Acceptance Corporation (WAC) repartió USD 4 millones (89.44 millones de pesos mexicanos) a líderes sindicales y funcionarios públicos durante los sexenios de Felipe Calderón (PAN) y Enrrique Peña Nieto (PRI), parte de la óptica mediática se volcó a observar el enriquecimiento de los representantes sindicales más acaudalados en México.
De acuerdo con la investigación de la SEC, el reparto del dinero ocurrió en 30 entidades federativas a través de pagos bajo conceptos de regalías, becas o apoyos entre 2010 y 2017, con la finalidad de “obtener y retener acuerdos relacionados con su línea de negocios”, lo cual viola la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA, por su sigla en inglés), por sobornar a funcionarios mexicanos y representantes sindicales a través de sus filiales.
“Este esquema de sobornos de larga duración no sucedió en el vacío. A través de la falta de controles contables internos adecuados y una cultura que socavó sus funciones de auditoría interna y cumplimiento, World Acceptance Corporation creó el entorno perfecto para que ocurrieran actividades ilícitas durante casi una década”, dijo Charles E. Cain, jefe de la división de cumplimiento de la SEC a Milenio.
La investigación sigue abierta, pero concreta. Las pesquisas que devengan de los hallazgos de la SEC, se espera, que abunden en los contratos específicos que den con los involucrados responsables de establecer este tipo de acuerdos.
Mientras tanto, en México, ni la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) ni la Fiscalía General de la República (FGR) han brindado información que revele avances que apunten a alguna figura destacada del sindicalismo mexicano; sin embargo, Andrés Manuel López Obrador adelantó que el Estado tomará cartas en el asunto y seguirá el caso por soborno.
“Habla ahora de otro fraude, de sobornos también de las dos administraciones pasadas, que lo mismo, hubo mordidas, moches, entonces nosotros tenemos que actuar”, declaró el jefe del ejecutivo federal.
Sin embargo, existen nombres que resultan familiares en el tema del “charrismo” (término utilizado en México para los líderes sindicales que actúan con propósitos ajenos a la lucha obrera y normalmente están ligados a un partido político) que estaban vigentes en ese lapso de tiempo.
Personajes como Carlos Romero Deschamps, líder sindical de Petróleos Mexicanos, Víctor Félix Flores Morales líder ferrocarrilero, Armando Neyra Chávez del sector de embotelladoras, Gilberto Muñoz Mosqueda de la industria química o Francisco Hernández Juárez de los telefonistas son algunos de los grandes representantes que han estado en sus puestos durante décadas.
Carlos Romero Deschamps
Fue Senador de la República, postulado vía plurinominal por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana desde el 22 de junio de 1993 hasta el 16 de octubre de 2019.
Él y su familia se caracterizaron por rodearse de lujos que no corresponden con la ideología de un líder obrero. En septiembre de 2012, se dieron a conocer fotografías de su hija, Paulina Romero Deschamps, en las que exhibe y presume una “vida multimillonaria”. En febrero del siguiente año, se hizo del conocimiento público que su hijo, José Carlos Romero Durán, recibió un automóvil Ferrari Enzo, con valor de 2 millones de dólares. Para obtener dicho modelo, de edición limitada, el comprador debe ser propietario de por lo menos otros dos vehículos Ferrari.
Víctor Flores Morales
Es el actual líder del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República mexicana (STFRM), puesto que tiene desde hace más de 20 años.
En febrero del 2018, Televisa reveló que el gobierno federal mexicano pagó 1.5 millones de pesos mensuales a Flores Morales y cada fin de año también recibe un bono de 17 millones de pesos, únicamente por representar a los jubilados de su sindicato.
Armando Neyra Chávez
Es secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria Embotelladora, afiliada a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) desde 1987 y también fue legislador plurinominal por el PRI.
Gilberto Muñoz Mosqueda
Otro que encaja con el perfil de líder sindical vinculado con la vida política del PRI es el ex líder del Sindicato Nacional de la Industria Química, Petroquímica, Carboquímica, Gases, Similares y Conexos de la República Mexicana, quien estuvo como representante máximo de dicha organización por 43 años hasta que fue asesinado en Salamanca, Guanajuato, en mayo del 2019.
Francisco Hernández Juárez
El ingeniero electrónico en comunicaciones por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) también es un líder sindical militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Él entró a trabajar a los 16 años a Teléfonos de México (Telmex) y poco a poco fue creciendo hasta ser el líder sindical de ese gremio.
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