Rusia anunció este martes la aprobación de la primera vacuna contra el coronavirus, que ha sido llamada Sputnik V, y al parecer México y Brasil están considerados entre los primeros países interesados en comprarla.
“Más de 20 países han expresado su interés en adquirir Sputnik V, incluidos los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Indonesia, Filipinas, Brasil, México e India”, señala el sitio oficial de la vacuna.
México ya ha tenido relación con el Fondo de Inversión Directa Ruso (RDIF, por sus siglas en inglés) que financia la producción de la vacuna Sputnik V, pues se entablaron negociaciones en busca de adquirir un fármaco antiviral para tratar el COVID-19.
A mediados del mes de julio, el director del RDIF, Kirill Dmitriev, detalló que México ya habría presentado una solicitud de compra para un lote de este medicamento, conocido como Avifavir.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador dijo después que recibía con gusto el anuncio del gobierno ruso. “Nosotros estamos abiertos a participar con cualquier país en este tema, en todos, pero más en algo que tiene que ver con la salud de nuestro pueblo”, señaló el mandatario en su conferencia matutina del lunes 13 de julio.
El sorpresivo registro de la vacuna rusa contra el Covid-19, fue revelado este martes por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, durante una videoconferencia con miembros del gobierno retransmitida por la televisión.
En reacción al anuncio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que la fórmula, como todas las demás, deberán seguir adecuadamente todos los trámites de precalificación y revisión que marca el organismo.
“Acelerar los progresos no debe significar poner en compromiso la seguridad”, dijo en rueda de prensa el portavoz de la OMS Tarik Jasarevic, y llamó a recibir con cautela la noticia.
Es probable que el proyecto reciba un importante escrutinio por parte de la comunidad científica, dado que el sistema regulador ruso ha demostrado ser mucho más opaco que los de otros países.
Cabe señalar que la vacuna rusa no figuraba entre las seis que la OMS consideró como las más avanzadas la semana pasada, aunque la organización está en contacto constante con las autoridades rusas y de otros países para analizar los progresos de las distintas investigaciones.
La OMS solamente mencionó a tres candidatas a vacunas desarrolladas por laboratorios chinos, dos estadounidenses (de las farmacéuticas Pfizer y Moderna) y la británica desarrollada por AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford.
La vacuna es desarrollado por el Instituto de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, en Moscú, Rusia, pero no se han publicado datos científicos que prueben la seguridad o eficacia de las fórmula de su vacuna. Las primeras pruebas con seres humanos comenzaron apenas a mediados de junio, hace menos de dos meses.
Además, muchos científicos dentro y fuera de Rusia se han mostrado escépticos, cuestionando la decisión de registrar la vacuna antes de que supere los ensayos de Fase 3, que suelen durar meses e implicar a miles de personas.
A pesar de que aún no ha cumplido con todos los trámites de precalificación y revisión, sus desarrolladores prevén que la vacuna se empiece a producir de forma masiva en septiembre. Se espera también que sea producida en algunos países de América Latina a partir de noviembre.
Sin embargo, la vacuna no será distribuida sino hasta enero de 2021, según el registro nacional de medicamentos del ministerio de Salud, consultado por las agencias de prensa rusas.
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