Un grupo de científicos de la Universidad de Cardiff en Gales aprobó la teoría de Dany Page Rollinet, investigador del Instituto de Astronomía (IA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La teoría de Dany Page es acerca de la presencia de una estrella de neutrones en el remanente del denso polvo de la supernova 1987A, una explosión estelar que ocurre cuando una estrella está en agonía.
Dany Page es licenciado en matemáticas por la Universidad de Lausane en Suiza, obtuvo la maestría en física en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), mientras que, el doctorado en física lo cursó en la Universidad Estatal de Nueva York de Stony Brook y estuvo tres años como investigador posdoctoral en el Departamento de Astronomía de la Universidad de Columbia, antes de incorporarse al Instituto de Astronomía de la UNAM en 1993.
Desde 1987, Page en conjunto con sus colegas de Stony Brook, el Instituto Max Plancx de Astrofísica de Alemania y de la Universidad de Ohio, predijeron teóricamente con modelos numéricos, la existencia y apariencia de la estrella de neutrones, y hasta ahora, más de 30 años después, se pudo constatar a través del telescopio Atacama Large Millimiter/Submillimiter Array (ALMA) en Chile.
Los resultados del hallazgo observacional a partir de los estudios teóricos del investigador de la UNAM fueron llevados a cabo por el grupo de Phil Cigan y Matsuura Mikako y publicados en la revista científica The Astrophysical Journal.
Gracias al ALMA fue posible ver un exceso de brillo en un burbuja de polvo presente en los escombros centrales del remanente, “en estas explosiones de supernova se produce un hoyo negro o una estrella de neutrones que generalmente se espera que sea un pulsar, pero mi predicción teórica señaló que podría tratarse de una estrella de neutrones que no emitía pulsos, las observaciones actuales indican que esto es correcto”, comentó Page.
Y es que para que una estrella de neutrones emita pulsos debe tener un campo magnético muy fuerte, “en este caso hubo muchísima materia que volvió a caer sobre la estrella unas horas después de la explosión, y según mis cálculos esta materia debió haber tapado el campo magnético y ya no pudo emitir pulsos”, detalló el investigador.
Las supernovas son estrellas con un final explosivo y con más de ocho veces la masa del Sol, y el residuo de la explosión puede ser una estrella de neutrones o un agujero negro dependiendo de la cantidad de masa que quede después del estallido.
En el caso de la remanente de la supernova 1987A, se estima que la cantidad de polvo en los escombros es equivalente a 200,000 veces la masa de la Tierra. Los nuevos estudios observacionales no han detectado las pulsaciones porque la estrella no tiene campo magnético, especificó el doctor en física.
Desde que se registró el fenómeno en 1987 han habido esfuerzos internacionales para detectar el residuo, sin embargo, “ahora se tiene un argumento sólido para afirmar que el residuo es una estrella de neutrones”, afirmó Page Rollinet.
“Lo que se mira a esta distancia es una burbuja súper pequeñita, solamente ALMA tiene la capacidad de verla, aunque en realidad es como mil veces más grande que la órbita terrestre. Es una gran burbuja de gas, pero a esta distancia de 175,000 años luz es un puntito que apenas se detecta”, explicó.
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