Blanca Alicia Mendoza Vera, titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), ordenó que sea investigada la razón que motivó a castrar un oso negro en Monterrey, Nuevo León, previo a que el animal fuera enviado a la sierra de Chihuhua, como parte de su liberación en un hábitat natural.
No obstante que Elva Griselda Garza Morado, encargada de la Profepa en Nuevo León, manifestó en su momento que la decisión de castrar al oso fue tomada desde las oficinas centrales en la Ciudad de México; Mendoza Vera ha solicitado los estudios que den sustento a tal intervención quirúrgica.
“La Procuradora Federal de Protección al Ambiente ha ordenado se investigue el porqué de la decisión de castrar al ejemplar, para lo cual se ha solicitado la remisión de las constancias documentales que la sustenten”, publicó la Profepa en un comunicado emitido este domingo 9 de agosto.
Cabe destacar que la especie es considerada en peligro de extinción por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010. De ahí que sea protegida por diversas regulaciones como el Artículo 127 de la Ley General de Vida Silvestre de la Profepa. El Artículo 182 de la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente. Así como el Artículo 420 del Código Penal Federal en materia de delitos ambientales.
El pasado jueves 6 de agosto, la Profepa comunicó que había rescatado al oso negro en el Parque Chipinque, animal que socializó con visitantes, en aquella zona de San Pedro Garza García. Autoridades locales de Nuevo León llevaron a cabo la captura y contención del ejemplar, un macho juvenil con peso de 96 kilogramos, marcado con el arete 34.
Posteriormente, el oso “sociable” fue trasladado a la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Nuevo León, ahí le fueron practicados estudios rutinarios pertinentes, tales como biometría hemática y ectoparásitos.
Griselda Garza Morado informó a la Profepa que Rogelio Carrera Treviño, Médico Veterinario Zootecnista y coordinador del Laboratorio de Fauna Silvestre de la FVUANL, evaluó que era necesaria una orquiectomía bilateral (castración).
“Debido al comportamiento errático del oso que había vuelto en varias ocasiones a alimentarse con basura en la zona urbanizada de San Pedro Garza García, por su seguridad y la de la población, era necesario que se le practicara una orquiectomía bilateral (castración), antes de su traslado y liberación en la Sierra de Nido, en Chihuahua, lo que se consultó y fue autorizado por el Director General de Inspección y Vigilancia de Vida Silvestre, Recursos Marinos y Ecosistemas Costeros de la Profepa, Médico Veterinario Zootecnista, Martín Vargas Prieto”, detalló la dependencia encabezada por Mendoza Vera.
Para el sábado 8 de agosto, Garza Morado había indicado que el animal fue castrado para evitar su reproducción y la “contaminación genética” de la subespecie con aquella existente en Chihuahua.
“Debido a que en la Sierra de Chihuahua hay otra especie de oso negro, se debe evitar contaminación genética, o sea, la cruza de especies diferentes, mezclas genéticas, evitando así el desplazamiento en búsqueda de hembras”, dijo en entrevista con medios locales.
La delegada de la Profepa en Nuevo León también señaló, en un mensaje enviado al Lindolfo Gutiérrez Olvera, que Vargas Prieto determinó la castración para evitar el movimiento artificial y reproducción del amblyceps y eremicus, especie a la cual pertenece el oso, así como para reducir el comportamiento de desplazamiento y la probabilidad de que se enfrentara con otros osos en la sierra chihuahuense.
Previo a que fuera liberado, al ejemplar le fue colocado un collar de telemetría, proporcionado por el dr. Carlos López González, investigador de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro. Esto, con el fin de realizar un monitoreo constante de la ubicación y desplazamiento del oso “sociable”.
La afectación al oso negro puede sancionarse en penas que van de 20 días hasta los 50,000 días de salario mínimo; denuncia penal; pena de 1 a 9 años de prisión y por el equivalente de 300 a 3,000 días de multa y una pena adicional de hasta 2 años de prisión y hasta 1, 000 días de multa adicional; respectivamente.
En caso de avistar un oso, el gobierno de Nuevo León recomienda que: “No te acerques; No pierdas la calma; No lo alimentes; No le arrojes piedras ni objetos; No intentes fotografiarlo; No tomes selfies: No le dejes basura al alcance; No lo molestes y aléjate de él”; así como reportarlo al 911 con Protección civil.
“No pongas en riesgo tu vida ni la de los osos negros que habitan en Nuevo León. Nuestro estado es tierra de osos y hay que aprender a coexistir con ellos”, refiere el gobierno del estado norteño en su portal web.
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