La economía deberá adaptarse para convivir con el COVID-19: Arturo Herrera

El secretario de Hacienda describe en una columna de opinión la manera en que las distintas economías globales se han ido adaptando tras la llegada de la pandemia

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(Foto: EFE/ Sáshenka Gutiérrez/Archivo)
(Foto: EFE/ Sáshenka Gutiérrez/Archivo)

El secretario de Hacienda mexicano, Arturo Herrera, explicó detalladamente la forma en que la economía –a nivel nacional y global– ha ido adaptando su desenvolvimiento al de la pandemia, detallando las medidas que se han ido implementando para “dar forma a la economía en tiempos del COVID-19″.

En el artículo titulado “La economía en tiempos del COVID-19″, publicado en el sitio en español del diario estadounidense The Washington Post, el funcionario hizo hincapié en el carácter inusual del avance de la epidemia y de como diversas potencias, enseguida llegó, optaron por cerrar sus economías como medida de protección ante lo desconocido.

“Es por ello que desde el inicio el tono de la respuesta pública en el terreno económico ha estado condicionado a la trayectoria de la pandemia y a lo que aprendemos sobre ella; en este sentido, la respuesta se ha ido adaptando a la enfermedad”, indicó.

Así, explica que la primera respuesta que se dio estuvo basada en un supuesto y una peculiaridad en la ruta de propagación del virus:

“El supuesto —tal vez influido por la experiencia de la influenza AH1N1 en 2009— es que se podía hacer un cierre duro por unas semanas y después volver a la normalidad. La peculiaridad es que, después de China, el virus siguió una ruta a través de economías avanzadas: Italia, España, Alemania, Reino Unido, y después Canadá y Estados Unidos como primeras etapas en América”.

Asimismo, señalo que debido a que los ámbitos económicos y políticos en todo el mundo están en estos momentos condicionados totalmente a la pandemia, es de vital importancia comprender las soluciones que, hasta ahora, se tienen fijadas para acabar con el problema que representa el nuevo coronavirus: “lograr la inmunidad de rebaño, encontrar una vacuna o encontrar una cura”.

Arturo Herrera se enfocó, sin embargo, solo en las primeras dos opciones que mencionó, desestimando la prontitud de la tercera, ya que consideró que hay “muy pocos avances” para dar con la cura a esta enfermedad.

“Empecemos por la llamada inmunidad de rebaño, a la que algunos países parecen haber apostado al inicio de la pandemia. La inmunidad de rebaño consiste en que un conjunto muy alto de una población se infecte y por lo tanto la velocidad de transmisión de la enfermedad se vuelve muy baja. Se estima que la inmunidad de rebaño requiere que, cuando menos, el 70% de la población se contagie. Para un país como México esto requeriría que casi 90 millones de personas fueran contagiadas, e implicaría probablemente un numero altísimo de pérdida de vidas humanas. Por lo tanto, no podemos apostar a la inmunidad de rebaño como solución”, refirió.

Mientras que de la segunda opción, la vacuna, destacó el optimismo que se tiene en ella, por las últimas novedades de que varias pruebas ya están en las etapas más cercanas a el proceso de aprobación. No obstante, no perdió el toque realista, ya que apuntó que llevará algún tiempo que sea accesible para todo el mundo.

Vista de una dosis de la vacuna de Sinovac contra el coronavirus, en fase tres de prueba, el 5 de agosto de 2020, en el Hospital Universitario de Brasilia (Brasil). (Foto: EFE/Andre Borges)
Vista de una dosis de la vacuna de Sinovac contra el coronavirus, en fase tres de prueba, el 5 de agosto de 2020, en el Hospital Universitario de Brasilia (Brasil). (Foto: EFE/Andre Borges)

“Asumamos que el despliegue se puede hacer relativamente rápido y tomará algunos meses, eso quiere decir que podríamos esperar tener una solución definitiva en la segunda mitad de 2021. Aun este escenario razonablemente optimista implica que tendremos que vivir con el COVID-19 alrededor de un año más”.

Derivado de lo anterior, el secretario de Hacienda destacó: “Por lo tanto, el comportamiento individual, la economía y las políticas públicas tendrán que adaptarse para aprender a convivir con la enfermedad; no se trata ya —en el corto plazo— de eliminar el COVID-19, sino de aprender a lidiar con él, y relanzar la economía y la vida social cambiando la forma de operar para minimizar los riesgos de contagio”.

Entonces, continúa, ya hay ejemplos de cómo ciertas actividades económicas ya están funcionando de manera adaptada a la pandemia. Por ejemplo, los sectores de construcción, minería y autopartes, cuyos protocolos de sana distancia en el trabajo o de salud, destacó, han permitido el reinicio de actividades. Apuntó el caso específico de la construcción donde, celebró, se han recuperado ya casi 140,000 empleos.

El uso obligatorio de cubrebocas en el transporte público; barreras de acrílico en lugares de trabajo; códigos QR en lugar de menú físico en restaurantes; partidos de fútbol sin espectadores, son otros ejemplos que mencionó para ilustrar la adaptación a la pandemia a la que hace referencia.

(Foto: REUTERS/Carlos Jasso)
(Foto: REUTERS/Carlos Jasso)

“Las finanzas públicas y la política económica también requieren adaptarse: necesitamos operar por meses en un entorno de menores ingresos y tensiones en el aparato productivo. En esto se manifiestan de manera muy cruda algunas de las diferencias entre las economías avanzadas y las de ingresos medios, no es lo mismo lanzar un programa de impulso fiscal cuando la tasa de interés es cero (y por lo tanto no cuesta endeudarse) que cuando la tasa es del 6%. La conducción de las finanzas públicas en los próximos meses requerirá no solo de claridad, sino también de generar consensos con todos los actores relevantes”, advirtió.

Entonces subrayó de manera especial lo que considera una coyuntura muy inusual para la política económica: “el COVID-19 y sus efectos en la salud y en la economía han traído de nueva cuenta a la discusión el bienestar común y la responsabilidad colectiva”. El funcionario agregó que ante este escenario “es el momento de empezar a retomar temas muy importantes que dominaban la agenda internacional antes de la misma, como la desigualdad, el cambio climático y los conflictos comerciales internacionales”.

Y entonces finalizó con una medida específica que está tomando forma en México, y que consideró, es uno de los elementos que dan forma a la economía en tiempos del COVID-19.

“Es en esta lógica de abordar lo importante y colectivo que en México planteamos una reforma al sistema de pensiones que, de ser aprobada, aumentará de manera importante los recursos de los trabajadores mexicanos al momento de su retiro.

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