“Hacen politiquería en vez de pedagogía pública”: Denise Dresser tunde a López Obrador por negativa de usar cubrebocas

La escritora aseguró que se trata de una estrategia ideológica con un costo sanitario alto

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Foto: Presidencia de México.
Foto: Presidencia de México.

La escritora Denise Dresser presentó su más reciente hipótesis para explicar por qué las autoridades federales se resisten a usar cubrebocas en público y por qué no exigen su uso generalizado en la población. De acuerdo con la politóloga, la resistencia a la mascarilla es una postura política del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

De acuerdo con lo escrito en Reforma, hay una estrategia ideológica que busca exponer una imagen de control y bienestar en la que la cubierta facial está fuera de lugar porque demostraría fracaso en el control de la pandemia por coronavirus.

Dresser argumenta que el presidente impuso esta política sobre los miembros de su gabinete. Esto sería una explicación de por qué el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, suele rodear de matices sus comentarios sobre los cubrebocas.

“Hay un artículo muy importante donde concluyen que si prácticamente toda la población usara consistentemente, podría reducir el riesgo de propagación en 30 % [...] tiene un área de imprecisión o ausencia de evidencia, entre otras cosas porque resulta complicado generar evidencia útil, y es el uso correcto contra el uso no correcto,” explicó el subsecretario a finales de julio.

Además, como eco de un comentario hecho el 22 de julio por el periodista Ciro Gómez Leyva, Dresser escribió que la resistencia gubernamental a la mascarilla demuestra que los gobernantes son “ejemplos de hombres que se sienten emasculados por el cubrebocas. Que lo perciben como un condón para la cara. Que anteponen su masculinidad al combate a la enfermedad. Pensándose privilegiados e indestructibles, los petulantes machos de “izquierda” nos están matando”.

REUTERS/Henry Romero
REUTERS/Henry Romero

En julio, López Obrador respondió que no usa cubrebocas porque cuida la sana distancia y que “es el coraje en que lo lleva a ofuscarse y hacer esas afirmaciones sin sentido. No soy machista, aunque no me ponga el cubrebocas.”

Dresser y Gómez Leyva no son los únicos comunicadores que han objetado sobre la obstinación del gobierno federal sobre este punto tan específico. Este lunes, en entrevista con el noticiero de W Radio, Así las cosas, López Gatell cedió a regañadientes y pidió a la audiencia que usaran la mascarilla en todo momento.

El debate alrededor de esta medida en las filas del gobierno federal parece ser una muestra de dos perspectivas sobre el manejo de la pandemia. La primera, la oficial, sostiene que la pandemia está “bajo control” y, aunque no lo dice de forma explícita, quiere dar a entender que los 50 mil decesos ocurridos hasta ahora eran inevitables. Los atribuye a la letalidad del virus y no a las políticas públicas durante la crisis.

Entre los argumentos para apoyar este razonamiento, los funcionarios han hablado de muertes proporcionales a la densidad de población, en contraste con los fallecimientos totales. En la estadística de decesos por millón de habitantes, México ocupa el lugar número 11. También mencionan la recesión de contagios confirmados en el último mes.

Por otra parte, la percepción alternativa responde que la estrategia de control de la crisis fue un fracaso y que insistir en lo contrario es una terquedad de la presidencia. Esta facción argumenta que hay estudios científicos que respaldan la efectividad del cubrebocas y que, por eso, las autoridades políticas y sanitarias deberían dar el ejemplo. Como es el caso de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinmbaum, que “parece ser la única autoridad que comprende su importancia, y en cada mensaje que da lo demuestra”, escribió la columnista.

Dresser cita al analista de seguridad Alejandro Hope, quien explicó que en la tabla fallecimientos por millón de habitantes, México es el país con mayor incremento en la última semana y que, si conserva ese ritmo, en los próximos días pasará del número 11 al 8.

Independientemente de cuales sean las razones del gobierno federal para oponerse a esa imagen de prevención, 9 de cada 10 mexicanos confían en el uso del cubrebocas como medida de prevención comunitaria.

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