En tan sólo un poco más de cinco meses, México superó las 50,000 defunciones por coronavirus, al registrar 50,517; sin embargo, pueden llegar a ser mucho más por las 2,434 muertes sospechosas que aún permanecen a la espera de una confirmación.
Desde que organismos internacionales declararon el coronavirus oficialmente pandemia global, las autoridades mexicanas se encontraban a la espera de que la enfermedad pisara territorio nacional. No obstante, fue hasta el 28 de febrero cuando se registró el primer caso y el 18 de marzo el primer fallecimiento por el nuevo virus SARS-CoV-2 en México.
El primer deceso de una persona enferma de COVID-19 se trató de un hombre de 41 años que estaba internado en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), y que además padecía diabetes. En esos días las autoridades federales activaron un plan para mitigar los contagios y a su vez los fallecimientos.
Dos días después, la Secretaria de Salud, por medio del Dr. Epidemiólogo José Luis Alomía, confirmó la segunda muerte por COVID-19 en México, la cual regresó de California y padecía problemas de hipertensión, lo cual pudo haber complicado la enfermedad.
Y así, poco a poco el coronavirus avanzó a lo largo de la República Mexicana, ganando múltiples batallas dentro de los hospitales. Al 31 de marzo, casi la mitad de las entidades federativas habían perdido al menos una vida por la enfermedad.
El saldo mortal de la pandemia puede resumirse así: 353.2 muertes cada 24 horas; sin embargo, esta cantidad deriva día con día, de manera que marzo cerró con 29 fallecimientos; abril con 1,830; en mayo se duplicó la cifra llegando a 8,071; en junio se registró el día con más decesos en lo que va de la pandemia con 1,092, cerrando con un total de 17,839; en julio aumentaron a 18,919; y en los primeros siete días de agosto se han reportado 3,829.
Cabe señalar que la distribución territorial de las víctimas no es pareja, es decir, en ciertas entidades del país tanto los contagios como los decesos son más intensos que en otras.
En ese sentido, desde la llegada de la pandemia al país, la Ciudad de México ha mantenido el primer lugar en la lista de defunciones por COVID-19; por sí sola, acumula cerca de una quinta parte (18.3%) de todas defunciones a nivel nacional.
No obstante, el Estado de México, Veracruz, Baja California y Puebla se sitúan también como las entidades con mayor registro de defunciones; en conjunto con la CDMX representan casi la mitad (48.2%) de todas las del país.
Por otro lado, Baja California Sur, Colima, Aguascalientes y Zacatecas son los estados que presentan el menor número de fatalidades derivadas del coronavirus.
Comorbilidades, la debilidad principal de los mexicanos ante COVID
Una de las principales debilidades de México para enfrentar el COVID-19, son las altas tasas de Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT) que se registran en los mexicanos.
De acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la hipertensión afecta a uno de cada tres mexicanos y provoca más de 50,000 muertes al año.
Aunado a esto, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2018) realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), reveló que 96 millones de mexicanos padecen sobrepeso u obesidad, 8.6 millones sufren diabetes y 15.2 millones presentan hipertensión.
Ante ello, desde antes que se presentara el primer caso de COVID-19 en México, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió a las autoridades mexicanas que la población del país podría ser especialmente vulnerable al nuevo virus.
No obstante, el pasado 24 de julio, el Dr. Ruy López Ridaura, Director General del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), informó que de las entonces 41,908 personas que fallecieron por coronavirus hasta esa fecha, el 73% padecían al menos una comorbilidad.
De entre ellas, el 67% tenía alguna de estas enfermedades: diabetes, hipertensión, obesidad o problemas cardiovasculares. El 6% tenía algún otro tipo de comorbilidad como VIH.
A pesar de todas las estrategias que el gobierno federal ha implementado en el país para mitigar los casos, la curva de fallecimientos se mantiene en ascenso sin freno, ya que desde el viernes pasado, México se colocó como el tercer país con más defunciones por esta enfermedad en el mundo, rebasando a Reino Unido, (46,413 muertes) y posicionándose por debajo de Estados Unidos (717,754) y Brasil (98,644), según el portal Our World in Data, de la Universidad de Oxford.
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