Una narcomanta que apareció este jueves en el municipio de Pénjamo, Guanajuato, ha levantado duda y temor sobre el avance del crimen organizado en la entidad. El mensaje, escrito en una lona negra y hallado en un puente de la cabecera municipal anuncia una supuesta limpia del grupo criminal Gente Nueva, brazo armado del Cártel de Sinaloa.
El aviso está firmado por el “Cholo” y gente del “JR-60″. Su aparición ocurre cuatro días después de la captura de José Antonio Yépez Ortiz, el “Marro”, cabecilla del Cártel de Santa Rosa de Lima, que mantenía una lucha con la organización Jalisco Nueva Generación.
Guanajuato, que afronta un repunte de la criminalidad desde hace cuatro años, se convirtió en una “plaza caliente” tras dicha aprehensión. Los cárteles aprovecharan el vacío para imponer el terror a cambio de controlar el territorio, codiciado por el robo de combustible, la extorsión y la venta de droga.
El Cártel de Sinaloa lleva mucho tiempo operando en Guanajuato. Informes de la DEA de hace cuando menos diez años reportaban que dicha organización criminal tenía presencia en varios municipios del estado. De manera más reciente, en la Panorámica general de las organizaciones criminales en Guanajuato, elaborado por Lantia Consultores, se establece que las tropas de Ismael “El Mayo” Zambada están en la entidad del Bajío, aunque únicamente mantienen presencia mediante alianzas locales. La célula más importante del Cártel de Sinaloa, asentada en el estado, estaría encabezada por Javier Ramírez Morales, alias “El Pelón”. Los principales dominios de este grupo son los municipios de Salamanca e Irapuato.
En mayo de 2016, Jorge Humberto Pérez Cázares, señalado como presunto operador financiero del Cártel de Sinaloa, fue capturado en San Miguel de Allende, Guanajuato. A mediados del 2017, en Celaya, Salamanca y Apaseo El Grande aparecieron narcomantas aparentemente firmadas por integrantes del Cártel de Sinaloa, en las cuales afirmaban no tener participación alguna en actos cometidos en contra de la población civil, como el secuestro y la extorsión.
En Guanajuato, el Cártel de Sinaloa nunca ha emprendido una “colonización”, sentado plaza, ni eliminado a los narcomenudistas de la competencia. Al contrario, se ha manejado con muy bajo perfil. Aunque se ha extendido en ciudades del cinturón industrial, siempre lo ha hecho realizando alianzas con las mafias locales.
La presencia de la organización criminal del Mayo Zamba está circunscrita a la apertura de rutas de comercialización de droga. Durante muchos años lo único que les interesó a los capos sinaloenses fue vender su producto en León, Irapuato, Celaya y Salamanca.
También establecieron una “ciudad santuario” en el municipio de León, donde las familias y segundos matrimonios de muchos capos de Sinaloa pudieron establecer sus vidas en barrios residenciales como Gran Jardín. Entre ellos se encuentran Juan José Quintero Payán, alias “El Juanjo”, la llamada “Reina del Pacífico”, Sandra Ávila Beltrán y Luis Rodríguez Olivera, “El Güero”.
Pero la tranquilidad mudó en guerra con la invasión del CJNG en Guanajuato. Las tropas del Cártel de Sinaloa que aún controlaban las ciudades del estado conservador, fueron exterminadas por los sicarios de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”.
Entonces, las mafias locales como La Unión de León trataron de frenar el avance del cártel de las cuatro letras, pero no pudieron. Desde hace un par de años llevan a cabo una guerra para desgastar a un enemigo que los supera en número, poder económico y poder de fuego.
De acuerdo con el politólogo y experto en seguridad, David Saucedo, en las primeras fases de expansión del CJNG, el Cártel de Sinaloa mantuvo una postura positiva, en parte porque la organización criminal del Mencho no amenazaba directamente sus territorios; no obstante, con audacia, sentido de oportunidad y alianzas con las autoridades, el CJNG se expandió y vino el contraataque del Cártel de Sinaloa.
En varios estados del país, Ismael “El Mayo” Zambada empezó a financiar a los enemigos del Cártel Jalisco Nueva Generación y Guanajuato no fue la excepción. Este nuevo plan de batalla representó una excelente oportunidad para José Antonio Yépez, “El Marro”, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima.
Sabedor de que el Cártel de Sinaloa estaba apoyando y financiando a varios enemigos del CJNG, “El Marro”, estableció contacto con los sinaloenses para explorar la posibilidad de pactar una alianza con el mítico “Mayo”.
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