Un colectivo de distintas instituciones públicas, educativas y privadas logró desarrollar un ventilador automático para el tratamiento de pacientes con Covid-19. El ventilador es un dispositivo completamente automatizado para que el personal médico pueda operarlo de forma intuitiva y está diseñado para una fácil limpieza y mantenimiento.
El proyecto es una iniciativa del Instituto de Especialidades Médicas Salvador Zubirán, que publicó el 29 de marzo una convocatoria para el desarrollo de un ventilador mexicano útil para el tratamiento de pacientes enfermos por coronavirus. La empresa GSE Biomedical comenzó a desarrollar el primer prototipo con apoyo financiero de Grupo Coppel.
Las empresas Metalsa, de Grupo Proeza, y Torrey, de FEMSA, se incorporaron al proyecto para desarrollar la ingeniería del aparato. Además, ALFA, Bocar Group, Lodi Automotriz y Ternium Salud apoyaron con elementos técnicos del diseño y producción.
El ventilador mecánico invasivo VSZ-20-2 recibió una garantía de calidad por parte del Instituto Salvador Zubirán y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), institución que además supervisó el desarrollo y producción de las partes especializadas que requirió el prototipo.
La Secretaría de Relaciones Exteriores es responsable del programa “Juntos por la salud”, que gestó este proyecto. La iniciativa es un esfuerzo entre gobierno e iniciativa privada para brindar apoyo material al personal médico que se dedica a cuidar a los pacientes afectados por el SARS-CoV-2. Los apoyos van desde equipo de protección personal hasta innovaciones como el ventilador mexicano.
Las instituciones educativas que participaron son el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, a través de su escuela de ingeniería del campus Monterrey y de TecSalud.
Fundación Carlos Slim compró los primeros 20 ventiladores para donarlos en hospitales de San Luis Potosí, Yucatán, Coahuila y Guerrero. La empresa Metalsa ensamblará los ventiladores en su planta de Apodaca Nuevo León, con base en las solicitudes de las instituciones médicas que necesiten ventiladores para atender a sus pacientes en estado crítico.
Algunas de las ventajas del ventilador mexicano son el menor costo, en comparación con los ventiladores industriales de empresas extranjeras, bajo consumo de oxígeno y adaptabilidad, no requiere toma de aire de pared y puede conectarse a un tanque de oxígeno en cualquier lugar, la batería permite una hora de uso continuo y su diseño facilita que el personal médico pueda usarlo sin necesidad de capacitación especial.
A mediados de julio, la directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla Roces, presentó los primeros dos ventiladores mexicanos que la cooperación público-privada desarrolló en el marco de la pandemia de coronavirus. Los ventiladores Gätsi, que significa suspiro en otomí y Ehécatl, el dios mexica del viento, resultaron del diseño del Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial (Cidesi) y la inversión de 260 millones de pesos entre la Secretaría de Salud y Conacyt.
El Conacyt informó que comenzó la distribución de 275 ventiladores Gätsi a partir del lunes 3 de agosto. Los ventiladores, fabricados en colaboración con la empresa mexicana Dydetec, fueron repartidos a lo largo de la República Mexicana, 10 se distribuyeron en la Ciudad de México a la SEMAR; 120 en Veracruz; 100 en Nuevo León; 25 en Querétaro y 20 en Chiapas.
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