Ismael “El Mayo” Zambada encabeza la lista de protagonistas del nuevo documental de Netflix, World’s Most Wanted, que trata sobre los fugitivos más buscados por el gobierno estadounidense. Entre terroristas y genocidas, narcotraficantes mexicanos y mafiosos de la Cosa Nostra, Zambada destaca por ser el enemigo público número 1 de la Unión Americana.
El primer capítulo de la docuserie examina la personalidad de “El Señor” -cómo se le conoce en el submundo sinaloense- y menciona un curioso episodio que involucró al mayor de los hijos de Zamabada, “El Vicentillo”, y que posteriormente devino en la detención del compadre del “Mayo”, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El 19 de marzo de 2009 la detención de un joven narcotraficante sorprendió a los medios de comunicación. La imagen del narco con botas vaqueras y sombrero había quedado atrás. La persona que tenían enfrente era un hombre con porte y bien vestido, con un saco terciopelo negro que según se señaló era de marca Armani.
Zambada Niebla, además de ser uno de los integrantes más importantes de la primera generación de narco juniors, fue una pieza importante del Cártel de Sinaloa como coordinador de logística para introducir a Estados Unidos la droga que llegaba a México vía Centroamérica.
“El Vicentillo”, de 45 años de edad y nacido en Culicán, fue detenido el 18 de marzo de 2009 en la Ciudad de México, luego de sostener un encuentro con agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) en el hotel Sheraton de Paseo de la Reforma, ubicado a un costado de la Embajada estadounidense en México.
Zambada Niebla fue extraditado a Estados Unidos en febrero de 2010, y trasladado a una prisión de máxima seguridad en Michigan, acusado de ser un alto miembro del Cártel de Sinaloa, de conspirar para poseer y traficar drogas desde Centro y Sudamérica, así como de conseguir armas para atacar oficinas públicas.
Los primeros dos años los pasó en una celda sin contacto con otros reclusos. Estas condiciones estrictas de aislamiento vulneraron al mayor de los Zambada, y tras algunas resistencias, accedió finalmente a dar información sobre la organización que lidera su padre.
El sinaloense se declaró culpable el 3 de abril de 2013, en su papel de coordinador logístico del Cártel de Sinaloa, y aceptó ser responsable de la distribución de toneladas de cocaína entre los años 2005 y 2008, procedente de Centro y Sudamérica, que luego fue trasladada a Estados Unidos por barco, aviones, submarinos, tren, camiones y automóviles.
Supuestamente, durante una llamada que sostuvo con su padre desde la cárcel-curiosamente lo más cerca que han estado las autoridades estadounidenses del gran capo-, éste le dijo que “hiciera lo que tenía que hacer”.
Desde entonces el hijo de “El Mayo” colaboró con la Fiscalía Federal del Distrito Norte de Illinois, en la preparación del caso contra “El Chapo”, quien fue extraditado a Estados Unidos el pasado 19 de enero del 2017, para ser juzgado en Nueva York.
Por su colaboración, se prevé que el juez federal estadounidense Rubén Castillo, a cargo del juicio del hijo de “El Mayo”, deje de lado la cadena perpetua que le correspondería a “El Vicentillo” por sus delitos, y le imponga una pena menor de 10 años, así como una multa de 4 millones de dólares.
El pasado 8 de julio, Zambada Niebla, pidió a un Juez federal de Estados Unidos que lo deje en libertad debido a que tiene temor de contagiarse de COVID-19.
De acuerdo con los documentos de la corte, dados a conocer por el periodista del diario The New York Times, Alan Feuer, Zambada Niebla dijo al Juez Sharon Johnson Coleman que teme a la nueva enfermedad respiratoria que afecta a los Estados Unidos y al mundo. Sin embargo, la Fiscalía negó otorgarle la libertad.
Según la periodista Anabel Hernández, “Vicentillo” negoció su sentencia con las autoridades estadounidenses, luego de aceptar proporcionar información para la captura de capos del narcotráfico mexicano y de ser testigo clave en el juicio en contra de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
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