La empresa mexicana Med Evolution desarrolló un prototipo de ventilador mecánico para atender a pacientes críticos de COVID-19 que costaría entre 20,000 y 30,000 pesos mexicanos.
Sin embargo, el proceso para materializar su creación está estancado en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que desde hace dos meses y medio recibió el prototipo para su evaluación y no ha dado una respuesta, ni favorable ni negativa.
El 22 de junio Med Evolution tuvo resultados positivos en las pruebas de funcionamiento que hizo en un pulmón artificial y en porcinos. Pero la Dirección de Desarrollo Tecnológico explicó que “toma un poco de tiempo la evaluación considerando la carga de trabajo”. Sin esa evaluación no se puede concretar su producción y comercialización.
De acuerdo con Kurt Nyssen, director de Med Evolution, durante el primer mes y medio ni siquiera respondieron sus correos, por lo que tuvieron que empezar a presionar directamente en las oficinas del organismo.
La validación de Conacyt es apenas la primera de tres necesarias, de acuerdo con el “Diagrama de flujo para aprobación de ventiladores invasivos en México durante la contingencia COVID-19”. El mismo documento aclara que los flujos pueden correr en paralelo para acelerar el resultado ante la emergencia sanitaria.
Llegaron a México más ventiladores procedentes de EEUU
El pasado martes 28 de julio llegó al aeropuerto de Toluca, Estado de México, el octavo vuelo procedente de Nevada, Estados Unidos, con 31 ventiladores para la atención de pacientes de COVID-19.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) explicó que la llegada de los ventiladores fue el resultado de la cooperación entre los gobiernos de México y Estados Unidos y de la conversación entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump el pasado 17 de abril, donde se acordó la adquisición de equipo desde dicho país.
El pasado 14 de julio, el gobierno federal anunció que ingenieros del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) crearon dos ventiladores de alta especialidad para atender la pandemia del COVID-19 en el país.
El nombre de ambos aparatos, vitales para la atención hospitalaria de la enfermedad, son Gätsi (suspiro, en otomí) y Ehécatl (dios del viento en náhuatl).
La inversión para el desarrollo de ambos aparatos fue de casi 260 millones de pesos, con lo que “se da inicio a una industria mexicana para salvar vidas”, aseguró María Elena Álvarez-Buylla Roces, directora general del Conacyt.
Aunque el anuncio de estos ventiladores hechos en México son una excelente noticia, existe una problemática: no hay especialistas suficientes para operarlos. Solo los especialistas en neumología, inhaloterapia, anestesiología, terapia intensiva y urgencias cuentan con la capacitación para operar estos aparatos.
Asimismo, los ventiladores para atender la emergencia de enfermos de COVID-19 se han comprado hasta en 1.5 millones de pesos a la empresa de León Manuel Bartlett Álvarez, hijo del director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, y en otros casos costaron alrededor de 800,000 pesos.
Nyssen aseguró a Animal Político que los precios reales incluso son más bajos, pero la industria se ha aprovechado de la urgencia, y el modelo que su empresa desarrolla sería mucho más barato y podrían fabricarse hasta 300 en una semana.
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