Genaro García Luna, ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) durante la administración de Felipe Calderón, fue acusado formalmente en la fiscalía federal de Brooklyn, Estados Unidos, de liderar una “Empresa Criminal Continua” (Continuing Criminal Enterprise), el mismo delito por el que se procesó a Joaquín Archivaldo Guzmán Loera “El Chapo”, fundador del Cártel de Sinaloa.
En el documento oficial, donde se señalan los delitos por los que se investiga a García Luna, Ramón Pequeño García y Luis Cárdenas Palomino, identifica que la operación del Cártel de Sinaloa tenía éxito, en parte, por la colusión de funcionarios públicos corruptos.
“El Cártel de Sinaloa tenía una estructura que incluía a miles de miembros, entre ellos: (a) el liderazgo del Cártel de Sinaloa, quienes fueron los que tomaron las decisiones finales en la organización con respecto a sus actividades de tráfico de drogas y lavado de dinero, así como sus actividades de corrupción y aplicación de la ley emprendidas para preservar y proteger sus actividades ilegales; (b) personal de seguridad, que protegió el liderazgo del Cártel de Sinaloa y participó en actos violentos para promover los objetivos de la organización; (c) jefes de plaza, que controlaban ciertos territorios para el Cártel de Sinaloa y que eran responsables del transporte de drogas a través de esos territorios; (d) transportistas, como tripulaciones de barcos y submarinos, pilotos y camioneros, que transportaban drogas desde Colombia a través de México y hacia los Estados Unidos; (e) blanqueadores de dinero, que canalizaron las ganancias de las drogas de los Estados Unidos a México; y (f) funcionarios públicos corruptores, que brindaron protección al Cártel de Sinaloa a cambio de sobornos”, se lee en los cargos del Gran Jurado contra los ex servidores mexicanos.
Las autoridades estadounidenses abundaron en los beneficios otorgados a la asociación criminal dirigida por Guzmán Loera por los sobornos recibidos y acusaron cuatro conductas ilícitas en detrimento de la seguridad y salud pública.
1.- Aceptar no interferir con el los envíos de drogas del Cártel de Sinaloa en México, que generalmente consistían en cantidades de narcóticos de varias toneladas, y la gran mayoría de los cuales estaban destinados a los Estados Unidos.
2.- Proporcionar acceso a información confidencial de las fuerzas del orden sobre las operaciones de aplicación de la ley contra el Cártel de Sinaloa.
3.- Dirigirse a los miembros de cárteles rivales para su arresto, en lugar de los miembros del Cártel de Sinaloa, y proporcionar información confidencial sobre el cumplimiento de la ley sobre los miembros de cárteles rivales.
4.- Colocar a otros funcionarios corruptos en posiciones de poder en ciertas áreas de México controladas por el Cártel de Sinaloa.
En la misma acta lo señalan como responsable de distribuir miles de kilos de cocaína en territorio estadounidense en seis distintas ocasiones:
1.- 1,923 Kilogramos en mayo del 2002
2.- 1,925 kilogramos en agosto del 2002
3.- 1,997 kilogramos en enero del 2003
4.- 19,000 kilogramos en marzo del 2007
5.- 23,000 kilogramos en octubre del 2007
6.- 5,000 kilogramos en septiembre del 2008
Es decir, en el transcurso de seis años, el ingeniero egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) es el presunto responsable de llevar 52,845 kilogramos de cocaína con intención de distribución y comercio en EEUU.
Así mismo, la fiscalía estadounidense señala que las ganancias obtenidas por dicha actividad ilícita se blanqueó en México para integrarse al patrimonio de los acusados.
“Las ventas de drogas del Cártel de Sinaloa en los Estados Unidos generaron miles de millones de dólares en ganancias que se lavaron de regreso a México y, a menudo, el dinero de la droga se transportó físicamente de los Estados Unidos a México en vehículos que contenían compartimentos ocultos y por otros medios clandestinos”, abunda el documento.
Finalmente, también fueron señalados de contribuir a un emporio internacional de trasiego de drogas, pues la producción de la materia prima que se vendía en EEUU provenía del cono sur del continente americano.
“El Cartel de Sinaloa funcionó a través de acuerdos de cooperación y una estrecha coordinación con las fuentes de suministro de cocaína de América del Sur. El Cártel de Sinaloa dirigió una red de transporte de narcóticos a gran escala que implica el uso de activos de transporte terrestre, aéreo y marítimo, enviando cantidades de toneladas de cocaína desde América del Sur, a través de América Central y México, y finalmente a los Estados Unidos. La gran mayoría de las drogas traficadas por el Cártel de Sinaloa fueron importadas a los Estados Unidos, donde fueron consumidas”, señaló el Gran Jurado.
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