El impacto a la economía en escuelas privadas podría ser otra causa del no regreso a clases presenciales, ya que no hay solvencia para mantener su apertura, según destacó la Asociación Nacional de Escuelas Particulares Asociación Nacional para el Fomento Educativo (ANFE-ANEP).
La asociación destacó que, al menos el 25% de los 48,713 escuelas privadas que hay en el país estarían en números rojos.
Por lo que al menos 12,178 planteles podrían no regresar a clases, algunos de los cuales ya se han declarado en bancarrota.
Alfredo Villar Jiménez, presidente de la ANFE-ANEP, explicó para el periódico El Financiero, que aún no es una cifra exacta, ya que ésta será definitiva cuando arranque el ciclo escolar 2020-2021.
Las escuelas privadas prevén que además, los padres de familia cambiarán a sus pequeños hijos a una institución pública, ya que la falta de empleo y la crisis económica del país desencadenada por la pandemia de COVID-19 no permite a las familias mantener el ritmo de vida que llevaban.
“Entre los padres que no pueden pagar más las escuelas que están cerrando, se está abriendo una corriente de estudiantes cuyos padres quieren cambiarlos a escuelas públicas”, explicó Yoloxóchitl Bustamante, secretaria de Educación de Guanajuato y exdirectora del Instituto Politécnico Nacional, durante su participación en el Foro EF Meet Point que realizó El Financiero Bloomberg.
De acuerdo con Alfredo Villar, la situación no es ajena a los dueños de los planteles educativos, pues pronostica una caída de hasta 50% en su matrícula y cierre de centros educativos.
Por ejemplo, en zonas como Iztapalapa, donde las escuelas tienen estudiantes con los ingresos más bajos y con pocos alumnos, la deserción será una realidad.
En la capital del país, tan sólo en educación básica, laboran al menos 3, 774 escuelas particulares con una matrícula de poco más de 333,000 alumnos.
Padres de familia consultados por el medio La Jornada recalcaron que es imposible pagar entre 3,500 y 9,900 pesos al mes por la educación de sus hijos, lo que representa entre el 30 y 40% de los ingresos familiares.
“El padre de familia sí está obligado a pagar la colegiatura porque no fue la escuela la que suspendió los servicios, fue el gobierno por una emergencia sanitaria, además de que las clases continúan en el sistema en línea”, recalcó Villar Jiménez.
En ese sentido, Villar Jiménez informó que decenas de escuelas pactaron con los padres de familia, con el objetivo de que éstos pudieran desembolsar el pago de la colegiatura a plazos o incluso, les ofrecieron descuentos.
Pese a ello, las rebajas fueron entre el 10 y 15% del costo, pese a que las clases no fueron presenciales.
Por su parte, advirtió que los tutores no podrán recibir ningún descuento de cara al inicio del siguiente ciclo escolar y pese a que se implementará un sistema híbrido.
El modelo híbrido, en donde esté presente tanto la educación a distancia como la educación presencial.
Además, las escuelas se niegan a devolver el pago de inscripción realizado en febrero por parte de los padres.
Sin embargo, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) reveló recientemente que, si los padres de familia deciden cambiar de escuela a los menores, las instituciones privadas deberán regresar el monto correspondiente a la reinscripción o de lo contrario serán acreedores a una multa.
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