En noviembre de 2019, medios en México confirmaron la liberación de una mujer a la que se le encontró cocaína en su ropa y quien supuestamente era la novia de Ovidio Guzmán López, hijo del cabecilla del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán Loera.
De acuerdo con fuentes de seguridad nacional consultadas por La Silla Rota, la mujer, cuyo nombre se desconoce, fue detenida por el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Policía Federal cuando trataba de viajar a través de la terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) una semana después del “Culiacanazo”.
Las fuentes declararon que el contacto ocurrió después de que autoridades realizaran una revisión a la mujer, quien procedía de un vuelo de Sudamérica y con destino a la ciudad de Culiacán, la cuna del Cártel de Sinaloa.
Impregnada a su ropa, se encontraron dos kilos de cocaína después de hacer una inspección a través de escáneres, por lo cual supuestamente hizo la petición de realizar una llamada para contactar a Ovidio Guzmán.
La mujer pidió hacer la llamada y el personal accedió a conectar el enlace. No se especificó si se utilizó un teléfono celular, de ella o de los elementos, o del personal de la zona de revisión. Sin embargo, la mujer se comunicó con una persona, quien pidió hablar con el encargado en turno.
El hijo del capo más famoso de México pidió comunicarse con uno de los elementos de seguridad del AICM. Se identificó como Ovidio Guzmán Loera, El Ratón, hijo de El Chapo Guzmán, y ordenó que se le dejara libre porque era su novia. Minutos después se coordinó la liberación inmediata de la mujer.
Las autoridades del país, hasta el momento, no se han pronunciado para desmentir o aclarar la situación. Las fuentes consultadas tampoco detallaron cómo fue que se llevó a cabo la absolución. El personal del AICM declaró que estuvieron involucrados elementos del INM, la Policía Federal, la Fiscalía General de la República (FGR), y la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol, por sus siglas en inglés).
En octubre del año pasado, los sicarios del Cártel de Sinaloa humillaron al gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Le doblaron la mano a él y a las fuerzas que comanda. Lo superaron en despliegue, táctica y armamento.
Ovidio Guzmán fue retenido el 17 de octubre por las fuerzas de seguridad del estado y de la administración central. Y allí se desató la guerra: los mercenarios de la organización delictiva lograron liberar al joven de 29 años tras lanzar una guerra abierta en todo Culiacán, Sinaloa.
Una fuente enterada del proceso de investigación declaró a Univisión que un equipo de seguridad de la Guardia Nacional detectó comunicaciones y trianguló la ubicación de su novia. Las autoridades detectaron el lugar del arresto como el domicilio de ella.
El presidente López Obrador reconoció este junio que fue él quien ordenó liberar a Ovidio Guzmán durante el fallido operativo militar.
“Yo ordené que se detuviera ese operativo y se dejara en libertad a ese presunto delincuente”, dijo. Durante su conferencia mañanera insistió que la liberación de Ovidio fue para que no se pusiera en riesgo a la población.
“Cuando se decidió para no poner en riesgo a la población, para que no se afectara a civiles porque iban a perder la vida si no suspendíamos el operativo más de 200 personas inocentes en Culiacán, Sinaloa”, aseveró.
Alias El Ratón o Ratón Nuevo, Ovidio es hijo de Guzmán Loera y Griselda López Pérez, su segunda esposa, con quien también procreó a Joaquín, Édgar y Griselda Guadalupe. Griselda ayudó, en varias ocasiones, al narcotraficante a escapar de la justicia.
Ovidio fue señalado en 2012 por el gobierno de los Estados Unidos como parte de la organización criminal de su padre. Sin embargo, en los últimos años ha logrado mantener un perfil más bajo que sus hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo.
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