Temor a contagios, caída en las ventas, encarecimiento de servicios públicos (energía eléctrica y gasolinas); falta de capital de trabajo, plazos reducidos para pago a proveedores, inseguridad (asalto a mano armada y robo hormiga), rentas y salarios, han propinado un devastador golpe a las tienditas de la esquina, 150,000 de las cuales han quebrado y bajado las cortinas en lo que va de la pandemia de coronavirus.
Así lo informó la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) que señaló que en los cuatro meses que lleva la emergencia sanitaria generada por el virus SARS-CoV-2 (COVID-19) confirma que la crisis ha afectado más a las personas de bajos recursos y a las empresas más pequeñas del país.
Cuauhtémoc Rivera, presidente del organismo, explicó que la principal razón por la que han cerrado estas pequeñas tiendas es debido a las bajas ventas que han reportado como consecuencia del confinamiento social y de los menores ingresos de las personas debido a la crisis económica.
Hemos estado padeciendo los estragos de esta amenaza invisible, que ha dañado de manera severa a la actividad económica del país
De acuerdo con Rivera, la pandemia ha provocado que las ventas de las tienditas de la esquina se hayan desplomado entre un 25 y 50% de manera anual, lo que se suma a la falta de apoyos financieros por parte del gobierno federal y local.
Aunque el gobierno ha impulsado un par de programas de microcréditos, el presidente de la Anpec enfatizó en que han sido insuficientes, pues alrededor de 89 por ciento de sus agremiados no han recibido apoyos suficientes, lo que los ha dejado sin recursos para afrontar gastos básicos como la energía eléctrica.
Rivera dijo que 78% de los afectados se opone al aumento de impuestos y a que se aumente el IEPS a los productos de alta demanda, porque quienes terminan pagando este incremento son los consumidores, ya de por sí, con una situación económica empobrecida, esta medida generaría más pobreza y un alza generalizada de precios.
Los mexicanos demandamos unidad de mando, altura de miras y resultados. Estos no son momentos para estar divididos, se requiere de una alta sensibilidad social para entender que no hay condiciones para aumentar ningún tipo de impuestos; no podemos seguir horadando los bolsillos de los consumidores, la gente no lo resiste más. Tiempos de guardar y de corresponsabilidad social. El método es simple, siempre ponerse en los zapatos del otro
Por otro lado, un estudio de la consultora Bain & Company, realizado en mayo, prevé que entre 50,000 a 70,000 puntos de venta adicionales podrían cerrar para finales de julio. Además de que, debido al impacto potencial de la desaceleración económica, se pronostica que otras 400,000 tienditas caerán en alto riesgo de cierre.
“En este contexto, si se quiere apoyar al canal tradicional, la industria de productos de consumo debe de actuar en conjunto para impulsar iniciativas efectivas que minimicen el riesgo que el canal enfrenta y así reducir la probabilidad de cierre de estas microempresas”, señaló el estudio.
“El canal tradicional es de máxima importancia para la economía de México, ya que, genera alrededor del 35% de las ventas del comercio minorista, es decir, representa el 50% de la venta de productos de consumo, generando más de 2.5 millones de empleos”, señaló la consultora.
La economía mexicana atraviesa por un momento inédito y adverso: desempleo (12 millones de empleos temporalmente suspendidos), caída del ingreso de los mexicanos (15.2 millones), Inflación (+3.84%), alza en la carestía de la vida (hasta un 80% en los precios de productos de consumo obligado), caída del consumo hasta un 25% y, decrecimiento recesivo de -9% en 2020.
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