La conexión rusa del caso Lozoya - Pemex: ruptura y venganza al interior del primer círculo de Peña Nieto

El entonces director de Pemex buscaba que la empresa rusa Lukoil, fuera la primera firma extranjera en trabajar junto con Petróleos Mexicanos en la exploración y producción de crudo

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Imagen de archivo.  (Foto:
Imagen de archivo. (Foto: Henry Romero. Reuters)

Hace casi seis meses -el pasado 12 de febrero-, Emilio Lozoya Austin fue detenido en un complejo residencial en un club de golf llamado La Zagaleta, cerca de Marbella, España. Era la casa de un empresario ruso, y de acuerdo con el diario El País, al momento de su arresto, Lozoya Austin llevaba un diccionario ruso y copias de lecturas en el mismo idioma.

El periodista Raymundo Riva Palacio destacó en su columna de El Financiero, que aunque en la prensa mexicana se había publicado que la mafia rusa lo había ayudado a refugiarse, aunque nunca se demostró. 

Destacó que la relación entre Lozoya Austin y los rusos data de septiembre de 2013, cuando el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, acompañado por el director de Pemex, Emilo Lozoya, recibió a Vagit Alekperov, quien después de haber llegado a ser subsecretario de Energía para asuntos petroleros en la desaparecida Unión Soviética, fundó Lukoil en 1991, actualmente la empresa petrolera más grande en Rusia.

Cuatro meses después, Pemex y Lukoil firmaron un acuerdo de cooperación para trabajar conjuntamente en la exploración y producción de crudo, lo que la convertiría en la primera empresa extranjera que participaría en el sector, tras aprobarse las leyes secundarias de la reforma energética.

Foto: Ben STANSALL / AFP
Foto: Ben STANSALL / AFP

Riva Palacio destacó que en esos momentos se daba la parte más intensa de las negociaciones de la reforma energética. 

En la mesa de negociación, encabezada por Pedro Joaquín Codwell, participaba la subsecretaria de Hidrocarburos, Lourdes Melgar, y el subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda, Miguel Messmacher.

Por parte del Legislativo, los más activos eran los senadores David Penchyna, del PRI, que presidía la comisión de Energía, los senadores panistas Salvador Vega Casillas, Jorge Luis Lavalle, Francisco Domínguez y Francisco García Cabeza de Vaca, así como los diputados de ese partido, Juan Bueno Torio y Rubén Camarillo Ortega, que representaban al grupo encabezado por el presidente del PAN, Gustavo Madero.

Aunque Lozoya no formaba parte de la mesa técnica -destacó el periodista- quienes participaron en ella recuerdan que el entonces director de Pemex hacía un trabajo de cabildeo intenso con los legisladores para garantizar el margen de maniobra que tendría en la reforma, pero que dependería de cómo quedaban las leyes secundarias. 

Riva Palacio señala que de acuerdo con personas que fueron parte del proceso, la posición de Lozoya chocaba frecuentemente con las secretarías de Energía y Hacienda, que buscaban un balance entre la mayor autonomía de Pemex que tendría, con nuevos controles financieros y operativos.

“La relación se fue volviendo cada vez más tensa, especialmente por la liberalidad con la que Emilio Lozoya contactaba a los legisladores, intentando convencerlos de sus puntos de vista, por encima de la mesa técnica”. 

“Estas diferencias ocurrieron en mayor o menor medida en todos los temas mencionados, pero la mayor confrontación ocurrió en torno al tema de los farmouts (asociaciones). Las posiciones en el tema de los farmouts eran irreconciliables”, señaló la fuente a Riva Palacio.

Los farmouts abrían la posibilidad de que Pemex pudiera explotar campos petroleros en asociación con empresas privadas, mexicanas o extranjeras, como quedó planteado en el acuerdo que firmó Pemex con Lukoil, en 2014.

Foto: EFE/José Méndez
Foto: EFE/José Méndez

El comunicador destaca que la Secretaría de Energía y Hacienda proponían que en el caso de los farmouts se siguiera el mismo procedimiento de licitación que en las llamadas rondas petroleras, las cuales eran rechazadas por Lozoya, a las que llamaba una “aberración” por su proceso burocrático, complejo e impráctico. Quería asociarse sin licitación de por medio, y que Pemex pudiera tener la libertad de hacer negocio con quien lo considerara pertinente, sin licitar contratos de asociación. 

Riva Palacio señala que el cabildeo de Lozoya provocó reacciones negativas en el PRI y el PAN. Incluso, los diputados Bueno y Camarillo advirtieron que si prevalecía la postura de Lozoya, votarían en contra de la reforma.

Fue entonces que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, habló con Lozoya en el cumpleaños del presidente Enrique Peña Nieto, en julio de 2014, en una discusión que se recuerda como acalorada. Pedro Joaquín y Videgaray se lo plantearon al presidente, quien ya había sido informado por Lozoya –que le dijo que contaba con los votos en ambas cámaras–, por lo que rechazó la posición del director de Pemex.

El columnista destaca que Lozoya tomó muy mal la derrota dentro del gabinete, que frustró el plan con Alekperov. Enfrentado desde entonces con Videgaray, no dejó de quejarse del mecanismo y lo saboteó hasta su salida de Pemex, en febrero de 2016. 

En ese tiempo chocó no sólo con el secretario de Hacienda, con quien se enemistó profundamente, sino con la subsecretaria Melgar, quien le reclamó varias veces su negativa a realizar los farmouts. 

El periodista recordó que la ley secundaria no pudo ser aplicada hasta que llegó José Antonio González Anaya a Pemex, quien logró la asociación con la empresa británico-australiana BHP Billiton para explotar el campo petrolero Trión, con una inversión de más de mil millones de dólares.

Riva Palacio destaca que aunque el acuerdo con los rusos fracasó, la relación se mantuvo más allá del ámbito profesional.

Lozoya no podía esconder su molestia con Videgaray y Peña Nieto después de su salida de Pemex. La Procuraduría General de la República (PGR, hoy FGR) empezó a investigarlo en septiembre de 2017 por el tema Odebrecht, y en aquél tiempo comentaba con dientes apretados, “si yo empezara a hablar”.

Raymundo Riva Palacio concluye su columna asegurando que ahora, Lozoya Austin encontró el momento para salvarse de ir a la cárcel por presunta corrupción, apegándose al criterio de oportunidad y declarando contra aquellos contra los que se enfrentó, particularmente Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray. El cobro de facturas viene, pero sus dichos tendrá que demostrarlos”, concluyó.

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