La atención de la justicia de EEUU está actualmente dirigida al caso de Genero García Luna, máximo jefe de la policía mexicana y señor de la guerra contra las drogas durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012).
El pasado viernes, la Fiscalía para el Distrito Este de Nueva York entregó a la defensa de García Luna un paquete de pruebas —60,000 páginas de evidencia — que usará para el eventual juicio contra el ex secretario de Seguridad Pública, quien presuntamente colaboró con el Cártel de Sinaloa durante los años de la guerra contra el narcotráfico.
Éstas evidencias incluyen 43.8 kilos de cocaína decomisada en Brooklyn (Estados Unidos), el 24 de mayo de 2002, cuando García Luna se encontraba al frente de la Coordinación General de la Agencia Federal de investigación de la entonces PGR.
También 20 kilos de cocaína asegurados en el Buque Gatun, cerca de la costa de Panamá, en marzo de 2007. La droga fue parte de un operativo contra el narcotráfico, que se llevó a cabo unos días después de que el gobierno mexicano encontrara USD 25 millones en efectivo en la casa de Zhenli Ye Gon, en Lomas de Chapultepec (Ciudad de México).
De acuerdo con el periodista Keegan Hamilton, quien ha seguido de cerca el caso, es el mismo ex jefe de policía quien revisa los documentos, que incluyen transcripciones de llamadas, y declaraciones sobre los sobornos del Cártel de Sinaloa, desde una computadora portátil que tiene en su celda de la cárcel de Brooklyn, Estados Unidos.
Los recientes documentos del Departamento de Justicia de EEUU, no dan indicios de que García Luna este negociando un arreglo con las autoridades estadounidenses. A principios de 2020, se especuló de un posible acuerdo entre el ex funcionario y el gobierno estadounidense para evitar un juicio.
Las negociaciones iniciaron el pasado 3 de enero, cuando García Luna se declaró “no culpable” de los cargos que se le imputan.
Detenido hace ocho meses por las autoridades estadounidenses, acusado de hasta cuatro cargos por corrupción y crimen organizado, la falta de acuerdos con el gobierno abre la puerta a un inminente juicio de alto voltaje por los nombres de pesos pesados que pueda sacar a la palestra el ex secretario de Seguridad (2006-2012).
El juicio de se avecina, la próxima vista es el 7 de octubre, quizá no vaya a ser tan mediático como el de Joaquín “El Chapo” Guzmán, pero puede arrojar nueva luz a la corrupción política de México y escribir una nueva narrativa sobre los años de plomo en el país.
Después de haber sido el arquitecto de la controvertida “Guerra contra el narco”, y uno de los mayores hombres de confianza del ex presidente Felipe Calderón, García Luna confesó haber movido más de USD 50 millones en sobornos a través de 11 paraísos fiscales diferentes en todo el mundo.
De acuerdo con los informes, el dinero provenía de “sobornos entregados por grupos del crimen organizado”, cuando García Luna se desempeñó como secretario de Seguridad Pública de México, de 2006 a 2012. En diciembre de 2019, las autoridades estadounidenses lo arrestaron por cargos de narcotráfico, y por supuestamente aceptar sobornos multimillonarios y permitir que el Cártel de Sinaloa operara con hegemonía e inmunidad de facto.
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