La crisis económica derivada de la pandemia del nuevo coronavirus afectó a nueve de cada 10 empresas de los sectores de la industria, el comercio y los servicios. A pesar de las afectaciones, tan sólo el 7.8% recibió algún tipo de apoyo, mientras que el resto se quedó a la deriva.
Estos datos son producto de la Encuesta sobre el Impacto Económico generado por COVID-19, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la cual también reveló que los principales efectos negativos se vieron en la disminución de los ingresos (91.3%), seguido de la baja demanda para las compañías (72.6%), y al final estuvo la escasez de insumos de productos (33.9%).
De acuerdo con una estimación derivada del estudio, de 1,873,564 empresas que existen a lo largo del país, tan sólo 146,782 recibieron algún apoyo para solventar la emergencia económica y sanitaria ocasionadas por el nuevo coronavirus. La mayor parte de estos recursos (88.8%) provinieron de los gobiernos federal, estatal o municipal.
Aunque la crisis representó perdidas de ingresos para las microempresas (92%), las medianas y pequeñas (87.8%) y las grandes empresas (35.9%), la mayoría de ellas decidieron no despedir a su personal y, más bien, determinaron la reducción de las remuneraciones y prestaciones a nivel nacional.
Fue por ello que de las empresas consultadas para la encuesta, poco más de la mitad, 59.6%, llevaron a cabo paros técnicos o cierres temporales como medida de prevención ante los contagios de la enfermedad.
El estudio también reveló que la principal causa por la cual no se recibieron los apoyos fue el desconocimiento de su existencia, con un 37.4%, seguido de las complicaciones para obtenerlos, con el 18.2%, mientras que las últimas razones fueron no cumplir con los requisitos o no necesitar la ayuda, con 12% para ambas.
Las ayudas que recibieron las grandes empresas fueron apoyos fiscales y subsidios a la nómina (52.7%), aplazamiento de pagos a créditos (20.4%), así como la prórroga de pagos por servicios (11.8%).
En el caso de las medianas y pequeñas se vieron beneficiadas por transferencias en efectivo (32.2%), por el aplazamiento de pagos a créditos (27%) y por los apoyos fiscales y subsidios a la nómina (25%).
Las microempresas recibieron transferencias de efectivo (57.3%), les postergaron créditos (10.2%), accedieron a nuevos créditos (9.1%) y también obtuvieron préstamos con tasas de interés subsidiadas (9.1%).
De cara al futuro, 46.9% de las empresas consultadas, es decir, 879,636, esperan una reducción en sus ingresos para los próximos seis meses, aunque un 20.5% tiene la esperanza de percibir un aumento en los mismos. Por otra parte, el 32.6% se mostró escéptica a cambios.
Andrea Cuétara, analista de México Cómo Vamos, explicó al diario El Financiero que las cifras no son sorpresivas, debido a la Jornada de Sana Distancia que se instauró en el país para mitigar los contagios de COVID-19.
No obstante, apuntó que son datos relevantes para tomar medidas y proteger a las empresas sin importar su tamaño, pues se mostró que los apoyos anunciados no fueron suficientes y ni siquiera atractivos para las empresas. “Al final de cuentas, repercute en los empleos y afectan la vida diaria de la gente”, concluyó.
Cabe recordar que tan sólo en el primer mes de la crisis generada por la pandemia, los ingresos de 16.7 millones de hogares en México fueron afectados, debido a que en tres cada 10 viviendas al menos un integrante de la familia perdió su empleo o tuvo reducciones salariales, según el Inegi.
Edgar Vielma, director de Estadísticas Sociodemográficas del organismo, detalló que la pérdida de ingresos en esos millones de hogares –que representan 65% de los que hay en el país– se tradujo también en que 37.4%, es decir, 6.2 millones de personas que se vieron en esa situación vendieron sus bienes, pidieron prestado o gastaron sus ahorros.
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