La noche del 2 de julio de 2012, después de que el entonces Instituto Federal Electoral (IFE) informó que Enrique Peña Nieto había ganado las elecciones presidenciales, el entonces candidato del PRI emitió su primer mensaje, tras un proceso sumamente cuestionado por las denuncias de rebases de topes de campaña, de intervención de personajes extranjeros en la vida política del país y de presunto financiamiento ilegal.
En su mensaje agradeció a todos y cada uno de los que participaron en la campaña y de quienes la apoyaron.
Voy a ejercer una presidencia honesta, abierta a la crítica, responsable, moderna, dispuesta a escuchar y a tomar en cuenta a todos
Dijo que era momento de ver hacia adelante en plena normalidad democrática y festejó que los mexicanos le hayan dado a una nueva oportunidad a su partido para regresar al poder.
A construir una democracia de resultados, eficaz, honesto transparente y que rinda cuentas, que respeta y hace respetar la ley
Anunció que aprovecharía los meses de la transición “para preparar las reformas a las que me he comprometido”.
Y es justamente una de esas reformas, la energética, a la que a la que habría apostado la empresa brasileña Odebrecht, que pagó la campaña del priista, según declaró Emilio Lozoya, ex director de Pemex.
Según lo informado este viernes por Reforma, antes de que Lozoya aceptara su extradición de España a México, confesó al gobierno federal que Odebrecht pagó USD 4 millones en 2012, dinero dirigido a la campaña de Peña Nieto.
Luis Videgaray, coordinador de dicha campaña, destinó ese dinero para pagar asesorías electorales de consultores extranjeros, de acuerdo a lo declarado por Lozoya.
Cuando Peña Nieto subió al poder, Odebrecht pagó USD 6 millones a su gobierno para beneficiar contratos y sobornar a legisladores, esto con el fin de aprobar la polémica reforma energética del año 2014.
Lozoya, quien enfrenta cargos por lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho, brindó esta información en un documento, donde reconoció haber recibido dinero de la empresa brasileña.
Lo anterior, para tener posibilidad de un “criterio de oportunidad” para poder sortear las acusaciones en su contra, describiendo incluso detalles de los momentos donde se recibió el dinero.
Por ejemplo, una cita a la que acudió por órdenes de Videgaray con Luis Alberto Meneses Weyll, ex director de Odebrecht en México, ocurrida en la panadería El Globo, de Prado Sur, en las Lomas de Chapultepec.
En esa reunión, Meneses se comprometió a pagar USD 4 millones (de los cuales, sólo depositó 3 millones 150 mil) a una cuenta relacionada con Lozoya y el caso Odebrecht: la off shore Latin America Asia Capital Holding LTD.
Tanto Videgaray como Peña Nieto fueron informados de este movimiento, declaró el ex director de Pemex. La instrucción era gestionar recursos económicos para cubrir diversos pagos a consultores en materia electoral, principalmente en el extranjero”, redactó Lozoya.
También estuvo enterado de la entrega de USD 6 millones de la empresa brasileña, para la construcción de obras en una refinería de Tula, Hidalgo, recibidos por Fabiola Tapia Vargas, administradora de Construcciones Industriales Tapia, empresa asociada con Odebrecht.
Tapia, fallecida en 2014, entregó a Lozoya la tarjeta de una cuenta con esa suma de dinero, para “ponerlos a disposición del gobierno de Peña Nieto”. Parte del dinero de esa cuenta se utilizó para sobornar a legisladores, precisó Lozoya.
En 2017, La Fiscalía Especializada en Delitos Electorales determinó que las acusaciones en contra de Odebrecht por supuestamente financiar la campaña presidencial de Peña Nieto en 2012, ya no son válidas, porque los delitos prescribieron.
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