Ya pasaron 123 días desde que en México las calles están vacías, los comercios cerrados y las personas al interior de sus hogares. El 23 de marzo pasado, el gobierno federal dio inicio a la Jornada Nacional de Sana Distancia, estrategia para mitigar la propagación del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad de coronavirus.
Hoy, después de que se han registrado 362,274 casos positivos acumulados y 41,190 muertes por COVID-19 en el país, ya se oye ruido en las avenidas de la Ciudad de México; sin embargo, son sirenas de ambulancia las que irrumpen el silencio de la metrópoli.
Un reportaje del medio Al Jazeera dio seguimiento al trabajo de dos paramédicos durante la contingencia sanitaria que posiciona a México como el cuarto país con más decesos por la enfermedad de coronavirus, incluso por encima de países europeos (España, Italia e Inglaterra) que se encontraban en la cima de esta lista.
“Llevo 20 años de carrera, en los que nunca había visto algo como esto, pensé que lo máximo que podía yo llegar a ver es el sismo del 19 de septiembre, pero nada como esto, no es nada comparado a esto”, expresó una mujer parte del personal médico de la unidad de cuidados intensivos de un hospital público de la Ciudad de México.
Las tareas de estos trabajadores sanitarios, los cuales se encuentran en la primera línea de batalla contra el COVID-19, se basan en visitar a los pacientes infectados en sus casas con el propósito de determinar si su estado de salud requiere hospitalización. “Necesitas atención médica, necesitas ir a un hospital. No te vas a morir, solo es para que te atiendas, ahorita estás a tiempo”, le dijo la paramédica a José Luis, un repartidor de paquetería para la empresa DHL contagiado de coronavirus.
Y es que, de acuerdo a dicho medio, “uno de cada cinco habitantes vive en la capital, una colmena perfecta para cualquier virus que busque propagarse. A pesar de eso, muchos cuestionan si su ascenso aquí fue tan inevitable, o si el segundo país más poblado de la región (América Latina) simplemente se equivocó”.
Al llegar al hospital Juárez, un nosocomio que fue fundado para atender a los soldados y heridos durante la invasión estadounidense a México en 1847, Al Jazeera preguntó a parte del personal médico cuáles son los principales retos a los que se enfrentan durante la epidemia por COVID-19, a lo que uno de los trabajadores contestó:
Lo más difícil es la situación mental porque ves que le echas ganas, que esmeras con el trabajo pero los pacientes no salen. Han sido pocos los que yo he visto en mi turno que se han ido por mejoría
Además del riesgo constante al que se expone el personal médico que atiende a pacientes infectados con el virus SARS-CoV-2, están también los insultos que reciben por parte de la población, al ser considerados fuentes importantes de contagio.
“En el hospital tratas de ayudar, pero en tu casa eres un peligro y el precio que pagas, pues ojalá la gente entendiera”, le dijo el médico Osvaldo a su esposa, a quien no ha visto desde hace tres meses debido al riesgo que supone para las mujeres embarazadas contagiarse con COVID-19.
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud (SSa), la enfermedad de coronavirus es la principal causa de muerte materna en México, pues el 19% de los decesos en el periodo de embarazo y puerperio han sido por dicho padecimiento.
Sin embargo, en México, la enfermedad de COVID-19 no es la única emergencia sanitaria a la que se enfrenta el personal de salud del país. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018, a nivel nacional, el porcentaje de adultos de 20 años y más con sobrepeso y obesidad es de 75.2%, 39.1 y 36.1%, respectivamente. Ángeles Cruz, enfermera en jefe del Hospital Juárez en la Ciudad de México, sostiene este argumento:
Por qué cree que se da esto, por el descuido que tenemos los mexicanos, obesidad, hay veces que hay enfermedades agregadas como la hipertensión, la diabetes
Pero “vamos bien”, es lo que responde el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cuando lo cuestionan sobre el avance de la enfermedad en el país.
Vamos bien, en comparación con lo que está pasando en otros países del mundo, precisamente porque estamos haciendo caso a los especialistas, a los médicos, a los científicos
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