“Me enamoré de alguien y eso no me hizo nada bien”: Amy Winehouse

A 9 años de la partida de Amy Winehouse hablemos un poco de los dos hombres que la hicieron tocar fondo y hundirse en él

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Amy Winehouse ganó 6 Grammy, incluyendo uno póstumo; y un Brit Award a la Mejor Cantante Solista Femenina, entre otros muchos premios.
Amy Winehouse ganó 6 Grammy, incluyendo uno póstumo; y un Brit Award a la Mejor Cantante Solista Femenina, entre otros muchos premios.

Como todas, la historia de Amy Winehouse es la historia de un amor mal pagado y un trágico final empañado por la indiferencia de su familia para ayudarla a rehabilitarse. Dudas sobre su importancia y legado musical no hay una sola. Dudas sobre si ayudarla a tiempo hubiera cambiado la historia y hoy tendríamos a la mejor exponente de su generación, hay todas. Pues su inestable carácter habría sido un tema mucho tiempo más, muy por encima de sus agudas creaciones que revivieron el jazz, el soul y el R&B por ahí del 2003 cuando irrumpió el “Frank” en la escena musical y todos los oídos se centraron en esta chica de origen judío criada en un suburbio al norte de Londres que fue nominada al Mercury Music Prize.

Dos hombres fueron sus verdugos, quienes lejos de impulsar su talento la dejaron hundirse en las arenas movedizas de las adicciones. En 2009, Amy Winehouse solicitó el divorcio de Blake Fielder con una declaración brutal a la prensa: “Me enamoré de alguien y eso no me hizo nada bien”. Lo teníamos claro, de aquella mujer atractiva y talentosa quedaba poco rastro, se desdibujaba entre el consumo de drogas, escándalos en la prensa, bulimia y pocas propuestas nuevas en el horizonte.

Sin duda, su mayor creación fue el “Back to Black (2006)”, un disco completamente dedicado a Blake Fielder y su breve romance en 2005; la marcó de por vida y la inició en las drogas, para después de una breve separación consumarse en el altar. Alguna vez Amy dijo: “El modo en el que nos tratábamos me hacía sentir mal, pero nos separamos y nos dimos cuenta de lo mucho que nos amábamos”. Una codependencia emocional que se sellaba con un dato periodístico alarmante, la pareja consumía hasta 7 mil euros en estupefacientes a la semana.

Mitch Winehouse se benefició personalmente de la fama de Amy. Llegó a regalar la ropa de la cantante a los fans sin su autorización.
Mitch Winehouse se benefició personalmente de la fama de Amy. Llegó a regalar la ropa de la cantante a los fans sin su autorización.

Estamos acostumbrados a escuchar historias de intervenciones parentales para ayudar a los hijos a sobrepasar un momento difícil, pero no fue el caso de Mitch Winehouse, el padre de Amy, quien no movió un dedo por salvar a su hija e incluso llegó a un centro de rehabilitación en el caribe para interrumpir un tratamiento de rehabilitación, sacar a la cantante y filmar el documental “Saving Amy”. El dinero parecía estar muy por encima del bienestar de su hija, tanto que le sugería postergar su recuperación para cumplir con los conciertos pactados.

Amy Winehouse no logró sobreponerse al desamor, a la bulimia ni a las adicciones, pero fueron tres botellas de vodka la mortal última estocada que recibió la cantante, quien el 23 de julio de 2011 amaneció sin vida en su casa de Camden Town. Una noche antes había cantado, bebido y tocado la batería. Un fallo respiratorio a causa del coma etílico le quitó la vida a los 27 años.

Al mundo sólo nos queda el consuelo de encontrar en sus primeras dos obras inéditas a la genuina artista, que dio vida a los más profundos dolores para conectar con millones de personas que tampoco sabemos cómo se cura el desamor, ni cómo pesan menos las ausencias y por ello reproducimos sus canciones cada día como un mantra para convencernos que algún día, todo estará bien.

Amy Winehouse será siempre una leyenda y la prueba más evidente del abandono e indiferencia por la vida misma, a pesar de su excesivo talento y prometedor futuro. La voz más privilegiada de su generación, a la que nunca le importó nada, ni el qué dirán, ni el cómo despedirse.

*Periodista de entretenimiento.

Lo aquí publicado es responsabilidad del autor y no representa la postura editorial de este medio.

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