El casi olvidado avión presidencial “José María Morelos y Pavón”, que “no lo tenía ni Obama”, volverá a México tras pasar 2 años en una bodega en Estados Unidos para finalmente ver a su nuevo dueño, quien se comprometió a pagar USD 120 millones que son 2,697 millones de pesos, en efectivo y con equipo médico.
De tal modo, tras varios años, el presidente Andrés Manuel López Obrador logrará su cometido y venderá la aeronave que tanto criticó durante su última candidatura, por ser altamente lujoso y costoso, cuando había miles de pobres en México.
“Érase una vez un gobierno faraónico en que sus monarcas se trasladaban en aviones de lujo (…) uno de ellos, por agraciar a otro, a su sucesor en el trono, decidió dejarle de regalo el mejor avión (un Boeing 787-8) que había en ese entonces (2012) en el mundo, que no lo tenía ni (Barack) Obama”, fue una de las críticas más recordadas en torno al avión que lanzó el tabasqueño.
Fue en julio de 2012 cuando el avión presidencial TP-01 fue adquirido por Felipe Calderón, en USD 218 millones, justificando que el Boeing 757 había cumplido un ciclo de vida funcional, tras 19 años de servicio.
Dicha aeronave llegó por primera vez a tierras mexicanas en 2016 y fue Enrique Peña Nieto quien lo usó por dos años. El primer vuelo fue el 10 de febrero del 2016 a Hermosillo, Sonora.
El ex presidente inmediato, lo usó para viajar a 98 destinos nacionales y 33 internacionales. En promedio, en cada viaje nacional se gastaron 130,000 pesos de turbosina, y todas las visitas del avión al extranjero representaron un gasto total de 63.7 millones de pesos, entre combustible y pago de impuestos aeroportuarios.
De acuerdo con el Estado Mayor Presidencial, en su mantenimiento y conservación se habían gastado, de febrero del 2016 a julio de 2018, 32.8 millones de pesos, es decir, unos USD 700 anuales.
Los lujos excesivos
Aunque la aeronave fue bautizada con el nombre “José María Morelos y Pavón”, uno de los líderes de la Independencia de México, quien propuso que se “obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia”, esta resultó ser todo lo contrario a la moderación.
Cuando Calderón hizo la compra de la aeronave, pidió que se le hicieran modificaciones para hacerla más lujosa. Uno de los cambios fue adaptarla a atender solo 80 personas, aunque su capacidad era para 280.
Además fue adecuada con servicio de telefonía satelital, una oficina de alta categoría, con una sala de juntas, una recámara con cama king-size y cada asiento contaba con una pantalla digital personal, todo esto más, el equipamiento de cabina y certificaciones le costó a México USD 81 millones.
Ese mismo 2012, cuándo fue la compra, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reportó que las personas en condición de pobreza habían aumentado en el país.
De pasar a 52.8 millones de pobres en 2010, en el año de la compra del avión presidencial, se registraron 53.3 millones de mexicanos en la pobreza y pobreza extrema.
No obstante, más tarde Peña Nieto dijo que la aeronave era “de todos los mexicanos”. Argumentaban que el gasto para las las aeronaves de la Presidencia tenían el objeto de guardar la seguridad del mandatario y sus secretarios.
Entre los sexenios de Calderón y Peña, se habrían gastado cerca de 100,000 millones de pesos entre aviones y helicópteros (algunos para la Fuerza Aérea), y uno de ellos, según López Obrador fue para Murillo Karam, entonces secretario de la Defensa.
Entre los “gustos” que se daba el ex mandatario en sus giras políticas era el consumo de botellas de alcohol.
De 2012 a 2015, se registró que consumieron 746 botellas, es decir, en promedio tomaban 11 en viajes que duraban una hora. Dicho de otro modo, se tomaron 522 litros de alcohol con un valor aproximado de 271,014 pesos.
En uno de esos vuelos, Peña Nieto viajó con una comitiva de 60 personas de la capital a Nuevo León, en ese trayecto, ordenaron seis botellas de vino tinto Monte Xanic, tres de Maestro Tequilero Reposado, una de whisky Chivas Regal 12 años y una de licor Baileys.
Polémicos invitados
Como lo dice su nombre, el avión presidencial estaba destinado a transportar al mandatario federal, pero en más de una ocasión este sirvió para llevar a personajes que no tenían ninguna relación con la política.
Tal fue el caso del actor Eduardo Verástegui, a bordo de la aeronave oficial. Dichas fotografías se habrían filtrado y llegado a todos los medios de comunicación.
Se presume que esto ocurrió en febrero del 2016, cuando el avión presidencial realizó un viaje a Ciudad Juárez, Chihuahua para despedir al Papa Francisco. Habría estado abordo Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera, Paulina Peña Pretelini, Alejandro Peña Pretelini, Nicole Peña Pretelini, Fernanda Castro Rivera y el actor Eduardo Verástegui.
También se había dado a conocer que algunos familiares y amigos de Peña Nieto viajaron a su lado durante las giras presidenciales internacionales.
En 2016, Aristegui Noticias dio a conocer que al menos 12 familiares y amigos de Peña Nieto viajaron en giras presidenciales sin tener ninguna función oficial, según información obtenida por la Ley de transparencia en México.
Las esposa del mandatario, Angélica Rivera, viajó con él 17 veces, mientras que los 6 hijos del matrimonio lo hicieron en 9 giras presidenciales que pasaron por Italia, Rusia, Turquía, Suiza, Portugal, el Vaticano, España, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Kuwait y Qatar.
La hermana de Rivera se subió 7 veces al Boeing 787 con matrícula TP01 de la presidencia mexicana. Otras de sus hermanas viajó dos veces.
En uno de los viajes realizados en el 2103 “partieron de Hong Kong a la Provincia de Hainan. En ese vuelo viajaron los empresarios Alonso Ancira Elizondo, presidente del Consejo de Administración de Altos Hornos de México (actualmente relacionado a casos de corrupción), y Félix Cantú Ayala, de CCC Fabricaciones y Construcciones”.
En el viaje de Portugal-Vaticano-Madrid de 2014. Hubo una primera parada en Lisboa, Portugal, de donde partieron hacia Roma. “Allí permanecieron dos días y después volaron hacia Madrid, España. En ese vuelo de casi tres horas viajó un amigo de la preparatoria de Paulina Peña, el joven Juan Collado”.
Cabe recordar que el pasado mes de febrero López Obrador dijo que cuando el avión presidencial regresara a México, llevaría a alumnos de escuelas públicas para que pudieran subirse en él y conocerlo.
Dijo que buscaría que no volviera a comprarse otro avión de lujo como este, ya que “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”.
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