No hubo pastel que se le fuera de las manos, ni festejos ostentosos, ni grandes declaraciones de admiración y respeto. No hubo risas ni regreso triunfal a sus redes sociales, donde aparece cada vez de manera más esporádica. El ex presidente Enrique Peña Nieto pasó su cumpleaños de manera silenciosa este lunes, bajo la sombra de ex colaboradores que podrían ponerlo en riesgo.
Su festejo ha sido efectivamente de un perfil muy bajo. Ni el presidente ni sus hijos han publicado en sus redes sociales alguna imagen, mensaje o parecidos sobre el onomástico del ex mandatario, que cumplió este lunes 54 años.
Peña Nieto publicó sus últimos tuits a principios y mediados de abril: dos mensajes de condolencias para un ex colaborador (el fallecimiento del ex secretario de Comunicaciones y Transportes Gerardo Ruiz Esparza) y otro tras la muerte de un líder del PRI (Partido Revolucionario Institucional), que llevó al del mexiquense al poder en 2012.
Sus hijos tampoco tocaron el tema, aunque se mantuvieron activos en redes sociales. Paulina Peña Pretelini se mantuvo tan entusiasta como siempre en su cuenta de Instagram, donde publicó una imagen genérica para desearle un feliz inicio de semana a sus seguidores, y también varias historias donde anunció distintos artículos de belleza. Nada sobre su padre hasta ahora.
Los únicos que se manifestaron en redes sociales fueron un puñado de líderes y políticos del PRI. El primero fue Alejandro “Alito” Moreno, presidente nacional de la organización. “Envío una afectuosa felicitación a mi amigo el expresidente de México EPN. Reciba un abrazo fuerte hoy en su cumpleaños”, indicó en Twitter, a donde también subió una imagen en compañía del mandatario.
Otro de los que enviaron un mensaje de felicitación fue Aurelio Nuño, uno de los colaboradores más estrechos de Peña Nieto. El ex secretario de Educación Pública en su mandato le envió una “afectuosa felicitación” al ex presidente. “Un fuerte abrazo con respeto y admiración”, añadió el también ex jefe de la Oficina de Presidencia.
El resto de felicitaciones, las cuales se pueden contar con los dedos de una mano, provinieron del Congreso mexicano. El actual senador Jorge Carlos Marín, ex presidente de la Cámara de Diputados e integrante del gabinete peñanietista lo califico como su “estimado prócer”. “Muchas felicidades, que cumpla muchos años más. ¡Un abrazo!”, escribió.
La diputada María Sara Rocha Medina, por su parte, le mandó un fuerte abrazo a Peña Nieto. “Muchas felicidades y que sea un día para disfrutar con su familia”, dijo. Pero, más allá de estos comentarios, sumados a los de su novia, la modelo Tania Ruiz, el presidente no recibió otras felicitaciones hasta ahora.
Y es que Peña Nieto se encuentra en un momento difícil. El ex mandatario no ha sido acusado de nada, pero su posición está más frágil que nunca. Apenas la semana pasada, fue extraditado a México Emilio Lozoya, presidente de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante la administración del mexiquense.
Lozoya está señalado por la compra de Agro Nitrogenados, por parte de Pemex, a precio sobrevaluado de acuerdo con los expertos, a Altos Hornos de México (AHMSA), por parte de la empresa productiva del estado mexicano, una de las más endeudadas a nivel global, y por supuestos sobornos recibidos de Odebrecht.
Sin embargo, se espera que el ex funcionario coopere con las autoridades mexicanas, donde podría señalar a figuras aún más importantes en aquel momento que pudieron estar involucradas en estos casos de corrupción, incluidos Peña Nieto y el ex presidente Felipe Calderón.
“Hay que cuidar al señor porque según información que se tiene ya hizo una primer declaración, que presentó formalmente a la Fiscalía, en donde ya empieza a mencionar a personalidades, a políticos y del manejo del dinero”, indicó este lunes el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Vale la pena todo lo que (Lozoya) va a decir porque ayudar a purificar la vida pública, a limpiar la corrupción en México, a desterrar la corrupción en México
Además, Peña Nieto también tiene que mirar hacia otros frentes. Rosario Robles, que ocupó la titularidad de dos secretarías de estado durante aquel sexenio, se encuentra en prisión preventiva acusada de ejercicio indebido del servicio público, por “actos y omisiones en perjuicio de los intereses públicos” durante el ejercicio de sus funciones, en el caso llamado “Estafa maestra”, donde se habrían desviado millones de pesos.
Robles, como lo es Lozoya por el caso Odebrecht, son los únicos detenidos por sus respectivas participaciones en esquemas de corrupción, pero podrían cercar al ex presidente mexicano, a quien podrían entregar a cambio de aligerar sus propias sentencias.
Y es que Peña Nieto no tendrá a su abogado de confianza si llega el momento en que sea acusado. Juan Collado, famoso por su cercanía con el mundo de la política, principalmente con integrantes del PRI, también fue detenido, y se encuentra en prisión desde 2019, por su probable responsabilidad en la comisión de los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
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