Ovidio Guzmán López pasó de ser el hijo menor de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera a forjar una carrera en el mundo criminal del Cártel de Sinaloa, donde con sus hermanos controla Culiacán, una de las plazas más importantes para la organización criminal.
También conocido como el “El Ratón” y “Ratón Nuevo”, a finales de octubre de 2019 fue catalogado por los medios de comunicación mexicanos como “El Rey del Fentanilo”, luego que el secretario de la Defensa Nacional de México, Luis Cresencio Sandoval lo etiquetó como “uno de los principales” traficantes de drogas a Estados Unidos, en especial metanfetaminas y fentanilo, un analgésico opioide de origen sintético “que actualmente está causando mayores daños a la sociedad en todo el mundo, 100 veces más potente que la morfina y 50 más que la heroína, desarrollado por la industria farmacéutica desde 1959 y el cual provoca intoxicación con el simple contacto de la piel. Un kilo de esta droga cuesta USD 400,000 a precios del año pasado.
Ovidio junto con su hermano Iván Archivaldo, conocido como “El Rey de la Cocaína”, es dueño de los grandes laboratorios de fentanilo en Culiacán, Sinaloa, uno de los centros de operaciones del narco en el país.
Ovidio Guzmán es hijo de Joaquín Guzmán Loera y Griselda López Pérez, su segunda esposa, con quien “El Chapo” también procreó a Joaquín, Édgar y Griselda Guadalupe.
Griselda ayudó, en varias ocasiones, a que “El Chapo” escapara de la justicia. Ovidio fue señalado en 2012 por el gobierno de Estados Unidos como parte de la organización criminal de su padre. Sin embargo, en los últimos años ha logrado mantener un perfil más bajo que sus hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo.
Ovidio se dedicaría al negocio de su padre desde la adolescencia y está en el radar de EEUU desde que tenía 18 años.
Estados Unidos incluyó a Ovidio, junto con su medio hermano Iván Archivaldo Guzmán Salazar, alias “Alejandro Cárdenas Salazar”, “El Chapito”, “César”, “Jorge”, o “Luis”, en la lista de narcotraficantes más buscados. También su otro hermanastro Joaquín Guzmán López, alias “El Güero”, “Moreno”, o “Güero Moreno” de 34 años, ambos fueron acusados de conspiración para traficar cocaína, metanfetaminas y marihuana de México a otros países y a Estados Unidos entre 2008 y 2018.
La operación para capturar a Ovidio Guzmán el 17 de octubre de 2019 que derivó en el llamado Culiacanazo desató balaceras e incendios en Culiacán. También dejó ver una serie de inconsistencias en las estrategias del gabinete de seguridad mexicano luego de que en conferencias de prensa explicaran de forma diferente cómo se había realizado el operativo.
Ante la respuesta violenta del Cártel de Sinaloa, el gobierno optó por liberar al más joven de los chapitos, según justificó el presidente Andrés Manuel López Obrador, para evitar un mayor derramamiento de sangre.
Desde entonces, el más joven de los chapitos y el Cártel de Sinaloa se ha convertido en uno de los principales dolores de cabeza del gobierno de López Obrador, pues continuamente se pone en tela de juicio su decisión de liberarlo.
El intento de detención de Guzmán se debió a una orden de extradición emitida por el gobierno estadounidense.
Los papeles fueron emitidos por un gran jurado del Distrito de Columbia. En ellos se acusa a Ovidio Guzmán López y a su hermano Joaquín de traficar droga a Estados Unidos desde abril del 2008.
“A sabiendas, intencional y deliberadamente, combinaron, conspiraron, confederaron y acordaron distribuir: cinco kilos o más de una mezcla o sustancia que contiene cantidades de cocaína (...), 500 gramos o más de una mezcla o sustancia que contiene cantidades de metanfetaminas, (...) y mil kilos o más de una mezcla o sustancia que contiene cantidades de marihuana”, dice uno de los documentos emitido en abril del 2017.
La información sobre la intención de aprehender a los hermanos, presuntos miembros del Cartel de Sinaloa, se mantuvo en secreto. “La divulgación pública de dicha información podría poner en peligro la investigación y pone a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, sus fuentes de información y sus familias en riesgo”, dictó el Departamento de Justicia.
Sin embargo, en diciembre del año pasado fue solicitado que se desclasificara el caso para pedir la extradición de Ovidio Guzmán. Él además aparece en la lista de lavadores de dinero del Departamento del Tesoro estadounidense, pero no Joaquín, su hermano.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: