El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo, afirmó que no hay grupo criminal alguno con capacidad para desafiar exitosamente a las fuerzas federales de seguridad.
Así respondió a través de su cuenta en tuiter a la difusión de un nuevo video en el que aparecen decenas de presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) fuertemente armados y con vehículos artillados con un desafío al gobierno mexicano.
Señaló que el video propagandístico que se atribuye a una banda criminal está siendo analizado a fin de confirmar su eventual autenticidad y temporalidad, pero lo calificó de evidente montaje.
Sin embargo, el 17 de octubre de 2019 ha pasado a la historia como el día en que el cártel de Sinaloa humilló al Estado mexicano, y es conocido como el culiacanazo.
Como se recordará, la tarde de ese día fuerzas federales detuvieron a Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, acción que desató una guerra provocando pánico entre los habitantes de Culiacán, Sinaloa.
A las 14:30 horas, los elementos de la Guardia Nacional y de la Defensa Nacional rodearon la casa donde se encontraba Ovidio y 20 minutos después se reportaron las primeras balaceras en contra de los policías y los soldados. Ovidio salió al estacionamiento del inmueble, donde elementos de las Fuerzas Armadas lo detienen y lo invitan a persuadir a sus hermanos para detener las agresiones debido a que se estaba poniendo en riesgo a la población.
Así lo hizo Ovidio por medio de una llamada telefónica, “ya paren todo, ya me entregué” pero de nada sirvió. Los hombres del cártel de Sinaloa convirtieron las calles de Culiacán en un infierno, incendiando barricadas y manteniendo el fuego a discreción.
Con armas de alto poder, decenas de sicarios tomaron varios puntos de la ciudad, la paralizaron. Vehículos que llevaban artillería pesada, rodearon el cuartel militar de la zona en la que familiares de los efectivos estaban a merced de los pistoleros. En la revuelta, 55 presos fueron liberados del penal de Aguaruto, de los cuales, 49 siguen prófugos.
Tres horas después de iniciados los disparos, el silencio comenzó a regresar a la urbe, pero no por acción del gobierno, sino por la voluntad de los hombres de Guzmán López, luego de que confirmaron que su jefe había sido liberado.
El fallido operativo dejó un saldo oficial de 8 muertos, 16 heridos, 49 reos evadidos y múltiples críticas de especialistas a nivel nacional e internacional que consideraron el hecho como la derrota del Estado mexicano ante el crimen organizado.
Ovidio enfrenta cargos en Estados Unidos por conspiración para traficar drogas entre 2008 y 2018. Aunque el gobierno norteamericano no reconoce a los “Chapitos” como cabezas del cártel de Sinaloa, los tiene en la mira por su papel en el control del narcomenudeo en la zona.
El secretario Alfonso Durazo señaló la noche de ese día a la agencia Reuters que la decisión de liberar a Ovidio Guzmán se tomó para “proteger vidas”.
Los comentarios de Durazo siguieron a otra declaración suya que no aclaraba completamente si Ovidio Guzmán, acusado de narcotráfico, aún estaba bajo custodia, luego de horas de intensos enfrentamientos armados entre sicarios del cártel y fuerzas federales.
El día de hoy a las 15:30 horas una patrulla integrada por 30 elementos de la Guardia Nacional y SEDENA (Secretaría de la Defensa Nacional) se encontraba realizando un patrullaje de rutina en el fraccionamiento Tres Ríos de la ciudad de Culiacán, Sinaloa, cuando fueron agredidos desde una vivienda.
El personal de la patrulla repelió la agresión y tomó control de la vivienda localizando en su interior a cuatro ocupantes. Durante dicha acción se identificó a uno de ellos como Ovidio Guzmán López, lo anterior generó que varios grupos de la delincuencia organizada rodearan la vivienda con una fuerza mayor a la de la patrulla, asimismo otros grupos realizaron acciones violentas en contra de la ciudadanía en diversos puntos de la ciudad, generando una situación de pánico”, argumentó Durazo entonces.
Las declaraciones del funcionario fueron retomadas primero como una confirmación de la detención de Guzmán López, sin embargo, posteriormente, tras analizarse detenidamente el mensaje, continuó la duda que previamente había sido alimentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador quien al ser cuestionado sobre el tema solamente respondió con evasivas.
Audios de supuestos sicarios del cártel de Sinaloa hacían referencia a la liberación del “patrón” y advertían a sus compañeros que “ya no tiren bala”.
Dentro y fuera del país se consideró que el cártel de Sinaloa dobló al gobierno de López Obrador. Le torcieron la mano a él y a las fuerzas que comanda. Lo superaron en despliegue, táctica y armamento.
Poco después, López Obrador reconoció que fue él quien ordenó liberar a Ovidio Guzmán, durante el culiacanazo.
Yo ordené que se detuviera ese operativo y se dejara en libertad a ese presunto delincuente
Durante su conferencia mañanera el 19 de junio insistió que la liberación de Ovidio, alias El Ratón o Ratón Nuevo fue para que no se pusiera en riesgo a la población.
Cuando se decidió para no poner en riesgo a la población, para que no se afectara a civiles porque iban a perder la vida si no suspendíamos el operativo más de 200 personas inocentes en Culiacán, Sinaloa
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