En los últimos meses se han dado varios asombrosos avistamientos en las playas de Acapulco, Guerrero, un icónico destino turístico del Pacífico mexicano, pero esta semana usuarios de Twitter compartieron las decenas de mantarrayas y peces nadando muy cerca de la orilla del mar.
El músico Jorge D’Alessio fue quien compartió las imágenes en redes sociales.
Estas increíbles escenas parecen indicar que se recupera el ecosistema natural de Acapulco, luego de los tres meses que las playas de Guerrero permanecieron cerradas como medida sanitaria para reducir los contagios de COVID-19.
Ante la casi total ausencia de turistas, la arena de playas ya no se encuentra sucia. El agua se ve de nuevo cristalina y la fauna marina ha vuelto a ocupar las bahías que antes estuvieran repletas de bañistas, por ser uno de los destinos turísticos favoritos en México.
En fechas anteriores se han visto ballenas nadando por las bahías, bastante cerca de la orilla, o incluso jugando fuera del agua en un espectáculo que se observó desde los balcones de las casas residenciales que se ubican en las laderas que rodean la playa y usuarios de redes lograron captarlas.
Otro espectáculo natural que se ha podido observar recientemente es la bioluminiscencia, un fenómeno que se ha visto algunas noches en el que una brillante luz turquesa ilumina el romper de las olas en la playa de Puerto Marqués.
Según informa el Fideicomiso de Promoción Turística (Fidetur) de Acapulco, la bioluminiscencia se produce cuando diminutos organismos vivos producen luz como resultado de una reacción bioquímica, en la que por lo general interviene una enzima llamada luciferasa.
Este fenómeno es generalmente provocada con el movimiento y la agitación del agua en que se encuentran los microorganismo bioluminiscentes como las microalgas o el plancton luminoso.
En los primeros días del mes de abril, el gobierno del estado de Guerrero anunció el cierre de todas sus playas en seguimiento a las recomendaciones del Dr. Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, ante la emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19.
Además del cierre de playas se implementaron también otras medidas de precaución como la cancelación de vuelos, cruceros, y el cierre de hoteles y centros de convivencia.
Por otra parte, las restricciones portuarias impuestas por la crisis epidemiológica favorecieron también la recuperación del ecosistema natural, pues se redujo al mínimo el tráfico de embarcaciones, cuyo constante tránsito puede afectar gravemente al ecosistema marino y cambiar considerablemente los comportamientos de la vida silvestre.
En este mes de julio, después de tres meses cerradas las playas, hoteles y restaurantes de Acapulco han vuelto a recibir a los turistas, luego de que cambió a color naranja el semáforo epidemiológico que regula la reapertura. Aunque se mantienen cerrados bares, discotecas, cines, casinos, cervecerías, museos y salones de fiestas.
Sin embargo, se han establecido varias medidas sanitarias que deberán seguir todos los visitantes de las playas de Acapulco. El horario de acceso será de 7 de la mañana a 7 de la tarde, hora local, y se deberá utilizar cubrebocas.
“Nos corresponde también a nosotros mismos ver que esto no vuelva a ser un rebrote y volver a cerrar. Ahorita el turismo se va a sentir un poco raro con la nueva forma de trabajar, pero la gente tiene que entenderlo para evitar contagios”, dijo a EFE el presidente de los Restauranteros de Caleta y Caletilla, José Luis Laredo Vargas.
Además, solo se permiten actividades individuales como caminar, correr o nadar, y reuniones de un máximo de tres personas, guardando la distancia.
Algunos turistas se han quejado de las normas que tienen que acatar para poder permanecer en las playas, aunque para otros, poder estar de regreso en este popular destino turístico es ya un privilegio, sea como sea.
En su primer día de reapertura, Acapulco amaneció con un 1.5% de ocupación hotelera, y en los últimos días ha alcanzado ya el 17.9% de ocupación. Se espera que se reactiven también las actividades de venta informal en playas bajo la regulación y control de las autoridades.
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