A las afueras del Senado de la República hay entre 500 y 700 plantas de marihuana, poco más de la mitad en “María Sabina”, huerto plantado hace cinco meses; la meta es llegar a 3,000 matas en el espacio ocupado por el plantón 420, el cual es impulsado por Movimiento Cannábico Mexicano (MCM), grupo de activistas que buscan la legalización de esta planta y que así los usuarios puedan consumir sin que los consideren delincuentes.
La plaza Louis Pasteur, área verde adjunta a la Cámara alta, ya registra en Google Maps la dirección del plantón, mismo que podría convertirse, según activistas del MCM, en un centro cultural y educativo del cannabis, pues no solo se trata de ir a fumar, sino informarse. Por lo pronto, es el inicio de una reforestación verde.
Jesús, miembro de MCM, señaló la ocupación del pequeño parque es única en su tipo, es decir, una protesta simbólica de siembra que lo mismo atrae a consumidores que a curiosos o medios de comunicación. Los “pachecos”, como los nombró Enrique, pueden entrar a fumar libremente al lugar delimitado por vallas rojas. La totalidad del parque ya pertenece al movimiento.
Ubicado entre Insurgentes Sur, Paseo de la Reforma y calzada Manuel Villalongín en la Ciudad de México, el plantón 420 fue ganando terreno desde 2019. Ahora, si alguien quiere entrar, debe cuidar su sana distancia (por la pandemia del COVID-19), registrarse con el código postal y portar una tarjeta enmicada al cuello.
“No podemos estar más de 10 personas”, comenta Enrique, quien pertenece al MCM, guía a los usuarios, e indica a los visitantes que no pasen a los campamentos improvisados donde duermen los activistas.
“Desde la primera persona que vino a fumar, se vino a organizar, se vino a juntar, con varios pachecos se liberó este espacio. Empezamos a liberar el espacio viniendo martes y jueves, viniendo a consumir, viniendo a fumar. Después viene la movilización del plantón (el 2 de febrero pasado), ello significa una liberación total del espacio como zona de consumo responsable, fuera de los crímenes, fuera de la estigmatización, o de lo que sucede diario con la seguridad, quienes nos extorsionan y piensan que somos delincuentes”, define Enrique, comisionado de la estructura organizativa del plantón.
Desde agosto de 2019, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) pidió al Congreso de la Unión reglamentar la práctica medicinal de la marihuana, luego de que la familia de un menor afectado con epilepsia, solicitara el consumo del producto canábico como parte del tratamiento.
En el Senado, la discusión se ha pospuesto en dos ocasiones, mientras que la SCJN amplió el periodo y el tema deberá solucionarse antes de que sea cumplido el plazo el 9 de septiembre próximo, según calculó la Secretaría de Salud hace dos semanas.
Mónica Fernández, presidenta de la Cámara alta, comentó a Reforma que la responsabilidad del jardín de marihuana corresponde a las autoridades de la Alcaldía Cuauhtémoc, dado que las plantas están sobre un corralito, en la vía pública.
Para Armando, vecino de la colonia Tabacalera donde está el plantón, se enteró por las noticias que había marihuana afuera del Senado y fue a tomarse fotos con las plantas de fondo. Este ciudadano opina que cada quien es libre de consumir lo que quiera y, contraria a la alteración del alcohol, los efectos del cannabis son relejantes y “es más natural”.
Jorge, quien trabaja cerca del Paseo de la Reforma pero reside en el Estado de México, acudió a fumar al plantón 420 acompañado de Charli y Lorena, sus compañeros de labor, quienes lo esperaban del otro lado de las vallas puestas por autoridades de la alcaldía Cuauhtémoc. La amiga de Jorge comentó que no es válida una apropiación del espacio público, además, se sustituían plantas de marihuana por las de ornato. Charli dijo que con más espacios como el plantón se evitaría tanto narcomenudeo.
Al respecto, Eduardo, quien es activista del MCM, refirió que no se trataba de arrancar plantas, sino de una reubicación. El objetivo es sembrar en las cinco jardineras disponibles de la plaza, pero las flores y palmas que estaban, serían replantadas en macetas para conservarlas.
La resistencia del MCM sigue pese a los incontables intentos de las autoridades para quitarlos, ya sea por supuestos reportes vecinales o porque los acusan de drogarse en la vía pública. Este 15 de julio recibieron la segunda intimidación de la semana, pues acusaron que miembros de la Guardia Nacional llegaron a amedrentarlos bajo pretexto de daño al parque, pero no retiraron el plantón porque su movimiento es pacífico. En abril pasado, un simpatizante del movimiento fue detenido, pero, por temor a represalias, decidió no denunciar.
“Día con día vivimos hostigamiento de la policía, pero nosotros no estamos rompiendo las reglas y seguimos todas las medidas de contingencia”, explicó Enrique.
Aunque no están designadas para consumo, las plantas de marihuana del plantón 420 son una llamada de atención al congreso para que éste apresure las reformas que permitan su uso lúdico. Igual que otras protestas en que los consumidores fuman afuera del recinto legislativo, pues si no los ven, al menos los huelen.
En marzo pasado, las comisiones de Justicia, Salud y de Estudios Legislativos del Senado de la República sumaron 26 votos a favor, siete en contra y seis abstenciones después de discutir la Ley para la regulación del cannabis y la reforma que adiciona diversas disposiciones de la Ley General de Salud y del Código Penal Federal. Pero está pendiente su revisión en lo particular y después turnar la propuesta a la Cámara de Diputados.
De las 32 plantas sembradas el 2 de febrero pasado, la mayoría sobrevivió a efectos climáticos y el huerto vacío de aquel entonces, se muestra ahora como un pequeño bosque verdoso donde ondea la bandera mexicana a escasos cuatro metros de la puerta 1 del Senado. Alrededor es común observar que alguien forja su “porro” y un miembro del MCM explica a visitantes sobre las propiedades y cuidados de la planta.
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