A pesar de que las pruebas para detectar el COVID-19 son fundamentales para rastrear y aplicar buenas estrategias contra la enfermedad, México sigue restringiendo su aplicación.
La Oficina en México del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advirtió en su Informe “Desarrollo Humano y COVID-19 en México: Desafíos para una recuperación sostenible”, que en México sólo se aplican 65 pruebas por cada millón de habitantes (lo que significa un aumento respecto a las realizadas en los primeros meses), mientras que la media en América Latina y el Caribe es de 305 y de 769 en un conjunto de 89 países.
“La posición de México nos indica que el número de casos confirmados es alto en relación con el alcance de las pruebas”, señala el informe.
Los análisis difundidos por la Universidad de Oxford sugieren, señala el PNUD, que no se realizan suficientes pruebas para controlar adecuadamente el brote y se agrega que, en países que presentan esta característica, el número real de infecciones puede ser mucho mayor que el número de casos confirmados.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo advirtió que, en el caso de México, podría existir un subregistro de casos positivos más importante que en otros países, lo que puede dar información equivocada para la evaluación de riesgos entre la población..
Señala que esto puede generar una falsa impresión de seguridad y en consecuencia disminuyendo la aversión de los habitantes a relajar las medidas de protección y/o de distanciamiento social.
El documento destacó el estudio realizado por Mario Romero y Lauriannne Despeghel publicado en la Revista Nexos, en donde revelan una tasa de sobremortalidad con un número de decesos 3.5 veces mayor al número de fallecidos contabilizados por la Secretaría de Salud a causa de la pandemia.
“Con un corte al 30 de junio, los investigadores reportaron una tasa de sobremortalidad con un número de decesos 3.5 veces mayor al número de fallecidos contabilizados por la SSA a causa de la COVID-19”, expresó el texto.
“La tasa de mortalidad resulta 126% superior al promedio observado en los últimos cuatro años, con un máximo de 219 por ciento en la semana del 18 al 24 de mayo. Este exceso supera en términos absolutos los reportados en Londres o Madrid, y en términos relativos (porcentaje de variación contra años anteriores) los reportados en Londres, Santiago de Chile y la región de París”.
En el reporte se alerta que si bien el aumento de sobremortalidad puede estar ocultando un subreporte de los casos de Covid-19, también puede resultar indicativo de una crisis del Sector Salud en la atención a otros padecimientos o condiciones preexistentes entre la población que, a su vez, magnifican la vulnerabilidad ante esta enfermedad.
El organismo de la ONU advirtió que, debido a las medidas tomadas por el Gobierno de México para la reapertura económica y a las tasas de contagio de la pandemia, podrían sugerir que la ola epidémica se mantendrá durante 2020 y 2021.
“Para prevenir nuevos brotes y tener mejor capacidad de respuesta en el futuro, se recomienda encarecidamente realizar investigación serológica con el fin de conocer la prevalencia real de la COVID-19, así como los factores relacionados con la infección en lo referente al entorno socioeconómico y la posibilidad de aspectos genéticos que inciden en la transmisión y en la severidad de la infección”, señala el estudio.
MÁS DE ESTE TEMA: