El analista político Jesús Silva-Herzog Márquez refirió que el desastre previsto para el encuentro entre Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump pudo evitarse gracias al desagradable entendimiento de los mandatarios, porque ambos mostraron autocontención y así preservaron una relación bilateral.
El ensayista también reconoció que el trato amable entre los presidentes es un punto favorable para México, pues significa una señal de certidumbre en un ámbito donde estos signos no abundan.
“Ambos son conocidos por su mecha corta, por la naturalidad con la que convierten el micrófono en instrumento de combate. Pero, lejos de haber entrado en pleito, se han entregado al cortejo y se llaman amigos”, escribió el profesor en la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey en su entrega semanal al periódico Reforma.
A su vez, Silva-Herzog Márquez agregó que si bien esta visita no era adecuada en el marco de la campaña que Trump sostiene para buscar la reeleción en noviembre próximo, los costos y beneficios podrán evaluarse tras los comicios.
“La ceremonia de cordialidad que contemplamos tiene, por lo pronto, consecuencias benéficas. Las tiene, sobre todo, si consideramos el viaje como el emblema de una relación que, a pesar de todo, se preserva y se cuida.”, abundó el maestro en Ciencia Política por la Universidad de Columbia.
El columnista mencionó que no es convicente la justificación del viaje y menos, el hecho de darle gracias a Trump por un supuesto respeto detectado por AMLO, lo cual resulta incogruente ante las múltiples expresiones del estadounidense contra mexicanos y migrantes, a quiénes ha llamado delincuentes y violadores.
“¿En verdad debemos agradecer que el presidente Trump no nos dé trato de colonia?”, cuestionó el académico.
Sin embargo, llamó a calibrar la crítica e imaginar escenarios fatalistas donde el presidente mexicano y su homólogo norteamericano se encontraran en una abierta confrontación.
“¿Dónde estaríamos si al caldo de los gravísimos problemas que tenemos, le agregáramos en estos momentos tensiones en el frente bilateral?”; “¿Qué clima se respiraría en el país si la furia de los tuits trumpianos cayera en un presidente mexicano que lo rebate constantemente? ¿Qué efectos tendría el escuchar al presidente de México ejercitando el resentimiento nacionalista en contra de los yanquis de hoy y no en contra de los conquistadores españoles de hace quinientos años?”; “¿Cuál sería la perspectiva económica de México si, a todos los contratiempos, agregáramos ahora la muerte del acuerdo comercial con los vecinos del norte?”, lanzó el columnista en tono hipotético.
En consecuencia, las proyecciones del analista convergen en que Trump, por su parte, podría dar por cumplida su promesa en campaña de terminar con el tratado de comercio que había acusado era perjudicial a Estados Unidos.
“Aquí lo tienen, diría mientras tira a la basura un gordo volumen con las letras ‘NAFTA’”.
A su vez, Andrés Manuel López Obrador celebraría la muerte del acuerdo como último vestigio del neoliberalismo en el país.
Por ese motivo, el politólogo concluye que el encuentro deja bien favorecido a México, pues se limaron asperezas que el mismo AMLO refirió en la Casa Blanca como un escenario negativo de sus opositores.
“Algunos pensaban que nuestras diferencias ideológicas habrían de llevaros al enfrentamiento, afortunadamente ese mal augurio no se cumplió”, pronunció en su discurso el mandatario mexicano en el Jardín de las rosas el miércoles 8 de julio pasado.
“En el enjambre de tormentas, hay un terreno razonablemente despejado para México. Lo abre una prudente hipocresía diplomática: el desagradable entendimiento entre Trump y López Obrador”, sentenció Jesús Silva-Herzog Márquez en su columna de este lunes.
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