Los restos de 250 mexicanos que fallecieron por COVID-19 en Nueva York, Estados Unidos, fueron despedidos con una ceremonia llevada a cabo en la Catedral de San Patricio, en Manhattan.
La misa fue celebrada antes de que los restos fueran trasladados a México en un avión de la Fuerza Armada en la que se supone es la repatriación más numerosa en la historia del país.
Jorge Islas López, cónsul mexicano en Nueva York, y quien viajó con las urnas, declaró que “gracias a estos 250 héroes, que son conocidos como frontliners (trabajadores en primera línea), esta ciudad continuó funcionando”.
Fueron trabajadores que estuvieron en primer línea de defensa [...], ya sea preparando alimentos en las cocinas de los restaurantes, trabajando en la construcción, limpiando los hospitales... Fueron héroes invisibles y anónimos que permitieron que todos los neoyorquinos se pudieran quedar en casa, y eso nos costó mucho, nos costó vidas
Al sepelio, oficiado en español por el cardenal de la Arquidiócesis de Nueva York, Timothy Dolan, asistieron un centenar de familiares, quienes entristecidos y utilizando máscaras y guantes, rezaban frente a las urnas que contenían las cenizas de las víctimas de la pandemia. La mayoría de los repatriados eran hombres mayores de 60 años y con enfermedades preexistentes.
En la ceremonia, un grupo de mariachis interpretó canciones tradicionales del país como “México Lindo y Querido” y “La Golondrina”. Sin embargo, fue notorio el bajo número de familiares en la catedral: debido a las medidas implementadas para evitar la propagación del virus, solamente se le permitió la entrada a un familiar por cada fallecido.
Durante la ceremonia, Dolan enfatizó en la importancia que tiene la comunidad mexicana en Nueva York y “el ejemplo de fe que han dado”, además de dar su pésame a los familiares y amigos que recibirán los restos.
“Les envío nuestro amor y simpatía. Esta buena gente se ha convertido en parte de nuestro hogar y nuestra familia, pero nunca los olvidaron en México”, declaró Dolan ante todos los presentes.
El cónsul mexicano subrayó la “responsabilidad” que representa a la población mexicana: “los mexicanos somos gente entregada al trabajo, somos gente productiva, somos gente honesta y nos la rifamos, como decimos popularmente. Y ahí están los que se la rifaron para que esta ciudad siguiera funcionando”, afirmó en declaraciones a los medios de comunicación.
Una de las urnas pertenecía a Amelia Méndez Vivar. De 65 años, falleció debido a un ataque al corazón ocasionado por el COVID-19 el pasado 12 de abril. Pasó más de dos semanas hospitalizada.
Méndez Vivar vivió durante 25 años en Nueva York, y trabajaba como limpiadora en un hogar de la ciudad.
“Fue el 28 de marzo que mi mamá se puso mala en la casa, se la llevó la ambulancia, no me permitieron ir con ella. ¿Usted sabe lo doloroso que es ver partir a su mamá y no verla más? Nunca me imaginé que iba a ser la última vez que yo la iba a mirar”, explicó Lina Méndez, hija de Amelia, a EFE antes de ingresar a la Catedral de San Patricio.
Lina, vestida de negro, declaró que, desde que empezó a escuchar sobre el virus en China, nunca pensó que llegaría de una manera tan rápida a los Estados Unidos. Pidió a todos sus compatriotas que escucharan a las autoridades e hicieran caso de las medidas implementadas para evitar los contagios.
“Ella llevaba más de 20 años aquí. Tenía la ilusión de llegar a México, pero no así, no en ceniza. Ella no quería ser cremada, quería ser enterrada”, dijo entre lágrimas. “Perdí a mi pilar, a mi madre. Era mi todo”.
Las 250 urnas partieron este sábado de Nueva York a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Mexicana custodiadas por el cónsul mexicano, y su equipo. La dependencia confirmó que es la repatriación más numerosa en la historia de México.
“Hoy mismo se entregan para que a partir de mañana domingo y lunes se empiecen a entregar y enviar a los respectivos estados y municipios para que tengan un descanso final”, señaló Islas López.
Estados Unidos, según datos de la Universidad John Hopkins, es el país más afectado en el mundo por COVID-19: tiene más de 3.1 millones de casos confirmados y aproximadamente 133,000 muertes.
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