La irrupción de un nuevo virus como el SARS-CoV-2 (COVID-19) ha traído consigo una serie de interrogantes que la comunidad científica aún sigue analizando.
Sin embargo, dentro de toda la información surgida alrededor de la pandemia, las fake news también han estado presentes, amplificándose gracias al uso de las redes sociales.
En México, por ejemplo, tomó gran fuerza una inverosímil historia según la cual se estaban llevando a gente de los hospitales para “robarles el líquido de la rodilla”, que sería más caro que el oro, con el que los médicos hacían un “gran negocio” para, al final, decir que eran pacientes con COVID-19.
Incluso se decía que el líquido de la rodilla derecha era mucho más caro y que, en general, se cotizaba en unos USD 10.000.
Por supuesto, no hubo una sola fuente que confirmara dicha información mostrando fotografías o testimonios. Así que a final de cuentas el asunto se convirtió en objeto de memes.
Pero no es la única fake news.
La pandemia aumentó el uso de los termómetros infrarrojos, que pueden medir la temperatura corporal sin necesidad de contacto físico, lo cual es clave para evitar la propagación del virus.
Sin embargo, el aparato también fue objeto de sospechas, pues en WhatsApp se difundió un video en el que un supuesto médico aseguraba que la luz del termómetro dañaba el cerebro.
“Todas las personas que están en los supermercados y en las tiendas no les dan información de lo que hace esa pistolita. No se siente, como cuando vas con el médico y te hacen unos rayos X, no se siente, pero se está almacenando”, decía el supuesto doctor.
“Ahora, yo me pregunto, cuántas veces en la semana vas al súper y te están radiando precisamente en la cabeza, te están matando. Hoy te matan mil neuronas, mañana otras mil, pasado mañana otras mil y eso a la larga trae un sinnúmero de alteraciones en tu sistema nervioso central que controla tus automatismos, y nunca vas a saber que fue con esa lamparita”, añadió en el alarmante mensaje.
Sin embargo, ya el doctor Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, descartó que el aparato genere algún daño al sistema nervioso.
“Sobre esta preocupante idea de que pudieran matar neuronas, contundentemente puedo decir que no es el caso. Este tipo de termometría ha sido estudiada por mucho tiempo y no hay evidencia alguna que sugiera un daño a las neuronas”.
Por su parte, la empresa Ternium de Monterrey, fabricante de los temómetros, aclaró cómo es que funcionan esos aparatos.
“Los termómetros sin contacto funcionan con un sensor infrarrojo pasivo que toma la temperatura corporal en menos de un segundo. Funciona con un lector óptico que mide las radiaciones infrarrojas que emite el cuerpo, por lo que no existe evidencia que causen daño en las personas, además de estar certificados por organismos internacionales para su uso de forma segura”.
Los remedios caseros
A principios del pasado junio el actor Alejandro Tommasi dijo tener la cura contra el coronavirus.“Jengibre, ajo y limón, té verde, subir el sistema inmunológico”.
Al igual que Tommasi, en redes circularon supuestas recetas con esos ingredientes que servirían contra el virus, pero las autoridades ya se han pronunciado al respecto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que si bien el ajo es “un alimento saludable que puede tener algunas propiedades antimicrobianas”, no existe aún evidencia científica que compruebe que su consumo proteja del COVID-19.
Michael Ryan, director ejecutivo del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, dijo que el jengibre no es un tratamiento probado contra el COVID-19.
“Debemos tener cuidado con lo que consideraríamos los remedios tradicionales que las personas usan para sentirse mejor. Durante un resfriado común o gripe o cualquier enfermedad a algunos nos gusta tomar un trago con miel, a otros les gusta tomar jengibre, otros tomamos tés de hierbas especiales”, explicó.
Y a través de su página web el organismo negó que la vitamina C o el limón sirvan para tratar el nuevo coronavirus.
Contra Bill Gates
El nombre del empresario fundador de Microsoft también ha circulado en medio de la pandemia.
El cantante español Miguel Bosé escribió un hilo donde señaló: “La farmacéutica GAVI, para quien no lo sepa, es propiedad de la fundación BILL & MELINDA GATES, los especialistas en vacunas fallidas que tantas víctimas han causado alrededor del mundo. India les ha expulsado y denunciado. África aún acarrea sus consecuencias. Kenia ha destapado sus atrocidades”.
Según el intérprete español, Gates tiene en mente un plan para someter a la humanidad.
“BILL GATES, el eugenésico, se olvida de la existencia de la maldita hemeroteca, y en el pasado habló reiteradamente de más, sobre su proyecto de vacunas que portasen micro chips o nano bots, para obtener todo tipo de información de la población mundial con el solo fin de controlarla”, detalló.
Sin embargo, la Alianza Mundial para la Inmunización y la Vacunación (GAVI, por sus siglas en inglés) no es una farmacéutica, sino una asociación cuyo objetivo es proporcionar vacunas contra las enfermedades infecciosas que aquejan a los niños, sobre todo en países en desarrollo.
En dicha agrupación colaboran organismos como Unicef, la OMS, el Banco Mundial y la fundación de Bill Gates.
El magnate también fue involucrado en otras fake news, según las cuales habría dicho que la vacuna del coronavirus causará 700,000 muertes, pero en realidad se refería a los efectos secundarios.
“Necesitamos una vacuna que funcione en las mayores franjas de edad, porque es donde la gente corre el mayor riesgo, y para que las personas mayores no sufran efectos secundarios. Una de cada 10 000 personas sufre efectos secundarios, y eso implica que más de 700 000 personas lo sufrirían”, fue lo que dijo, calculando que se produjera una dosis para cada habitante del planeta.
Además fue involucrado en otra teoría según la cual predijo el coronavirus, pues en una charla TED de 2015 señaló: “Hoy, el mayor riesgo de una catástrofe mundial no se parece a una bomba nuclear, se parece más a esto”, mientras mostraba una imagen del virus de la gripe.
“Si algo mata a decenas de millones de personas en las próximas décadas, será un virus muy infeccioso, más que una guerra. Parte de la razón de esto es que se ha invertido una gran cantidad en disuasión nuclear y muy poco en sistemas para detener una epidemia. No estamos listos para la próxima epidemia”.
Pero recientemente precisó su declaración.
“Quería decir que no estamos listos para la próxima pandemia, pero que había avances en la ciencia y que si poníamos recursos podíamos estar preparados ... pero apenas hemos hecho nada y ahora tenemos un virus respiratorio que, lamentablemente, está cumpliendo con mis peores pronósticos”.
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