El cubrebocas puede pasar de ser un elemento de protección a uno de riesgo. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) alertó que el mal manejo de las mascarillas usadas representa un alto riesgo para trabajadores de limpieza.
A través de un comunicado, Héctor Castillo-Berthier, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, advirtió que si se tira una gran cantidad de cubrebocas y a ello se suma la manera de recolectarlos, no hay un modo de salvaguardar la salud de quienes recolectan y procesan estos desechos.
Castillo-Berthier dijo que en teoría los desechos de insumos como los tapabocas deberían ser incinerados; en el caso de la ciudadanía, debería depositarlos en una bolsa señalada.
Cabe destacar que Héctor es autor del trabajo académico “La sociedad de la basura”, para el cual se desempeñó hace años como barrendero, machetero en un camión recolector y pepenador en un tiradero.
Explicó que hace 42 años, cuando se hicieron las primeras investigaciones sobre la basura, existían unas bolsas verdes que aparecían en todos los tiraderos.
“Eran características de desechos hospitalarios, y a partir de ahí se inició la separación para darle una designación final, pero esto no se ha hecho al 100% y los camiones de basura siguen recolectándolos, y a veces llegan a los mercados informales”, apuntó.
A través de la Secretaría de Salud, el pasado 14 de abril el gobierno de México en colaboración con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), hizo pública la “Cartilla de Mejores Prácticas para la Prevención del COVID-19 en el Manejo de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU)”, donde se señala que se debe proveer de equipo de protección personal (EPP) a los trabajadores de la recolección, formales e informales.
Héctor Castillo-Berthier, invitó a los ciudadanos a aplicar en residuos la solución anti-COVID-19, que puede prepararse con un tercio de taza de cloro por cuatro litros de agua.
Por su parte, Rocío Valdez, académica de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO), quien quien obtuvo el premio “Enfermera Isabel Cendala y Gómez” 2013, que otorga la Secretaría de Salud a la Mejor Enfermera del Año, insistió que el solo uso de la mascarilla no exime de la posibilidad de contagio y menos si se usa de manera inadecuada.
“Debe cubrir nariz y boca, y nunca se debe tocar la parte externa. Cuando se sienta húmeda debe retirarse por las cintas y desecharla en una bolsa dentro de un bote de basura, para que no tenga contacto con otras personas, como quienes recolectan y procesan los desechos”, explicó la académica.
El pasado 17 de junio, la diputada Abril Alcalá Padilla, del PRD, presentó un punto de acuerdo para exhortar a los 31 gobernadores de las entidades federativas y a la jefa de gobierno capitalina, garantizar la salud de las y los trabajadores de limpia, barrenderos y recolectores de basura o residuos, sin importar nivel o dependencia, durante el combate de la pandemia de COVID-19, así como dotarlos con EPP.
“Estos trabajadores son quienes mantienen limpias nuestras calles, los edificios municipales, las oficinas de altos representantes de cada Estado, se les debe otorgar el EPP, dado que tienen una exposición directa con la enfermedad e interactúan con la población durante su rutina diaria”, expuso en la solicitud.
Advirtió que de no hacerlo, se afectaría de manera directa a la población, complicaría la gestión de la emergencia sanitaria e incluso, podría colapsar el sistema de salud.
El punto de acuerdo fue turnado para sus análisis a la Segunda Comisión de la Permanente del Congreso.
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