Los ladrones especializados en “huachicoleo” -forma cómo se le conoce en México al robo de combustible- encontraron un nuevo método para eludir a las fuerzas de seguridad: entierran mangueras para transportar el producto robado.
Hace unas semanas, las fuerzas de seguridad identificaron al menos cinco mangueras enterradas en los estados de Guanajuato, Hidalgo, Nuevo León y Puebla, informó el periódico Milenio el 30 de junio.
El 1 de julio el Ejército mexicano descubrió y aseguró un túnel de unos 180 metros de largo que era utilizado en el robo de hidrocarburos en el central estado de Puebla. El túnel fue localizado en la región del municipio de San Martín Texmelucan y en el mismo se encontraron cuatro tomas clandestinas que facilitaban el robo del hidrocarburo de una tubería de la empresa estatal Petroleos Mexicanos (Pemex).
El gerente de Seguridad Física de Pemex, Nezahualcóyotl Albarrán Mendoza, destacó que este es el primer túnel de este tipo que se descubre en esta zona del país, que ha sido uno de los puntos más críticos del robo de combustibles en el país. “Tenemos un sistema de medición que monitorea constantemente los ductos y nos damos cuenta de que se empieza a dar una sustracción ilegal de hidrocarburo”, dijo Albarrán.
Los expertos calcularon que de las cuatro tomas ilegales se extraían alrededor de mil barriles diarios de hidrocarburo, lo que suponía un daño diario calculado en 1,8 millones de pesos.
Los grupos criminales han protagonizado una competencia feroz por el control de la industria ilícita, mientras que las autoridades se han empeñado en combatirlos. Aunque el Cártel de Santa Rosa de Lima, cuyo cuartel general es el central estado de Guanajuato, se había hecho al control casi total del negocio, otros comenzaron a disputarlo. Un choque especialmente sangriento, que se extendió por cinco días en octubre de 2018, por ejemplo, dejó más de 50 muertos como saldo de los enfrentamientos con el poderoso Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) por el control.
Los “huachicoleros” dependen fuertemente del conocimiento técnico que les brindan funcionarios corruptos de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y de los gobiernos locales para ordeñar los oleoductos.
El Gobierno puso en marcha en diciembre de 2018 una plan para combatir el robo de combustibles, pues provocaba pérdidas de 65 mil millones de pesos anuales en todo el país.
En los últimos meses, el Cartel de Santa Rosa de Lima, liderado por José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”, se ha visto debilitado, lo que acabó con su control sobre las operaciones de huachicoleo en Guanajuato y otros estados vecinos claves, como Querétaro e Hidalgo.
En enero pasado, las autoridades informaron de una reducción de 91% en ese delito y por consiguiente un ahorro de 56 mil millones de pesos.
Sin embargo, la reciente diversificación de esas operaciones sugiere que, pese a los importantes progresos, aún no se ha puesto coto al huachicoleo.
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