Con la entrada en vigor del nuevo tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, T-MEC, uno de los sectores que más amenazas enfrentará es el agroalimentario, a causa de varias presiones laborales como el tema de trabajo forzoso e infantil.
Así lo advirtió el presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Bosco de la Vega, durante el Foro Virtual Hemisférico Agroempresarial, evento en línea organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
“México no permite trabajar hasta los 18 años, por lo que estamos gestionando que se permita trabajar desde los 15 a los 18 años en trabajos no peligrosos, existe un proceso que estamos llevando a cabo (para conseguir esto) porque en el campo a esa edad, ya se están casando”, indicó de la Vega.
En distintas ocasiones, especialistas han coincidido en que realmente la edad mínima para trabajar en México no es de 15 sino de 18 años si se toman en cuenta todos los requisitos señalados en el Artículo 123 de la Constitución, es decir, con una lectura exhaustiva de dicha ley se puede concluir que en términos prácticos los mexicanos tienen permitido trabajar hasta que son mayores de edad.
Y en el T-MEC se hace énfasis en que se debe eliminar el trabajo infantil y brindar protección laboral a menores de edad, lo que implica que se incluyan guarderías en sitios donde los jornaleros trabajan.
Además, según el diario El Financiero, Bosco de la Vega añadió que para aprovechar el T-MEC y reactivar la economía nacional tras la pandemia del COVID-19, los sectores público y privado deberán trabajar en equipo.
“El sector agroalimentario no volverá a ser el mismo después del COVID-19, por lo que definimos tres acciones en conjunto con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) para salir adelante. Estas son proteger la salud de los trabajadores, garantizar el funcionamiento de las empresas del sector en el abasto de alimentos en toda la cadena de suministro y sentar las bases para la reactivación económica”, detalló Bosco de la Vega.
En la reunión virtual también se encontraba, Roberto Rodrigues, exministro de Agricultura de Brasil, quien se pronunció en mismo sentido que de la Vega respecto a la nueva cooperación que tendrá que darse entre los sectores público y privado, ya que destacó la necesidad de crear ese fuerte alianza a fin de mejorar la producción y el abasto de alimentos, además de fomentar un acercamiento con los parlamentos latinoamericanos para cambiar leyes en favor del sector agroalimentario.
“Será esencial que los productores y los gobiernos nacionales actúen de manera integrada para evitar la injusticia o la discriminación, especialmente por parte de los países ricos contra los países exportadores, y hacer un esfuerzo negociado entre los diferentes gobiernos para que las posibles normas proteccionistas no causen desastres para los productores rurales, especialmente los pequeños”, indicó.
Otro participante del foro virtual fue el director general del IICA, Manuel Otero, quien subrayó que la crisis por la pandemia llevó al sector agroalimentario a una posición estratégica respecto a la reactivación económica. Además, reportó dicho medio, dijo que se trata de una nueva oportunidad para construir distintas visiones de desarrollo.
Por su parte, el subsecretario de Agricultura, Miguel García Winder, señaló que la pandemia de nuevo coronavirus dejó en evidencia las debilidades de los sistemas agrícolas de la región, aunque también dio la oportunidad de repensar los roles y las acciones que se desarrollan en el sector público y privado.
Entre esas oportunidades, recalcó que está la posibilidad de reestructurar los sistemas alimentarios y redireccionarlos hacia el bienestar de la sociedad, además de que el sector agroempresarial redefina sus esquemas operativos y la prestación de servicios a los consumidores.
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