Porfirio Díaz murió desterrado en París, Francia, hace 105 años, un 2 de julio de 1915, alrededor de las 18:30 horas, a sus 84 años; su salud había empezado a deteriorarse a finales de 1914. El ex presidente, quien duró más de tres décadas en el poder, falleció cuatro años después de abandonar México a bordo del Yripanga, un vapor alemán que lo trasladó hacia Europa.
El 29 de junio de 1915, tres días antes de perecer, el general José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, como era su nombre completo, recibió la extremaunción, aquel sacramento de la iglesia católica que concede una gracia especial para preparar al convalaciente ante la muerte.
Conocido por unos como un tirano y dictador (gobernó con mano dura por 34 años, desde 1877), y por otros, que lo ubican como el mejor presidente por impulsar el desarrollo económico del país, a Porfirio Díaz le llegó la muerte en compañía de Carmen Romero Rubio, su esposa, y su hijo Porfirio.
Su últimos meses de vida ya no podía hacer sus recorridos habituales por la capital francesa y pasaba las tardes recordando a su madre, Petrona Mori, así como cuándo podría regresar a México, en especial a su estado natal, Oaxaca.
Junto con su esposa, Porfirio Díaz se instaló en un departamento parisino ubicado en el número 26 de la avenida Foch, cerca del bosque de Boulogne y el Arco del Triunfo, de acuerdo con la Gaceta UNAM.
Sus restos fueron sepultados en la iglesia de Saint Honoré l’Eylau, debido a que sus familiares querían repatriar al ex presidente; pero las autoridades mexicanas se negaron y en 1921 resolvieron exhumarlo y trasladar los restos al cementerio de Montparnasse, lugar donde igual descansan personalidades como el filósofo Jean-Paul Sartre, la feminista Simone de Beauvoir y los escritores Julio Cortázar y Carlos Fuentes.
Durante su estancia por Europa tuvo oportunidad de viajar con su esposa y visitó España, Alemania, Italia y Egipto. Incluso, el rey Alfonso XIII de España lo recibió, así como el káiser Guillermo II de Alemania. Duarnte invierno solía acudir a Biarritz y San Juan de la Luz, en la costa de Francia.
El 25 de mayo de 1911, presionado por el movimiento revolucionario que lideraba Francisco I. Madero, el general Díaz envió su renuncia a la Cámara de Diputados y ésta se la aceptó. Luego de ello, viajaría de la capital mexicana a Veracruz, de donde partió la tarde del 31 de mayo, pues la Hamburg America Line le había informado que estarían deseosos de tenerlo como invitado especial y le ofrecían una cortesía para viajar sin costo abordo del Ypiranga, de acuerdo con una carta resguardada en la Colección de Porfirio Díaz de la Biblioteca Francisco Xavier Clavijero de la Universidad Iberoamericana, misma que donaron los herederos del ex presidente oaxaqueño, según reportó Milenio.
Como “banquete de despedida”, el buque Ypiranga le sirvió caviar en helado, sopa de cola de buey inglesa, caldo a la Orleans; filete de hipogloso a la Orly, filete de buey a la jardinera, espárragos con mantequilla derretida, helado queso, frutas y café.
Pasados 105 años de su muerte, el gobernador de Oaxaca emitió un tuit para recordar a Porfirio Díaz, quien ahora se encuentra entre las 42,000 tumbas de Montparnasse, justo al lado del pintor bielorruso Chaim Soutine y frente al sociólogo francés Emile Durkheim.
Hace diez años, el novelista Pedro J. Fernández, abrió la cuenta en Twitter de @DonPorfirioDiaz, mismo que registra unos 228,000 seguidores. Por esa vía, el autor de “Yo, Díaz”, divulga episodios históricos del general y una que otra publicación relacionada con la política del presente.
“¿Ya puedo volver a México?”, tuiteó Porfirio Díaz Mori a las 13:02 horas de este 2 de julio.
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