El nombre de Daniela Muñoz comenzó a ser tendencia en redes sociales, luego de que diera a conocer el testimonio de su despido de la Universidad La Salle, el cual califica de injustificado y plagado de actos de discriminación.
De acuerdo con la docente, la historia comienza hace aproximadamente cinco años, cuando ingresó en la planta docente como Daniel, cuando aún tenía la imagen y la identidad de hombre. Cuenta que en ese momento contaba con una amplia cantidad de grupos asignados a su clase, pero que eso cambiaría dos años después.
Cuando decidió transicionar, comenzó a vivir las primeras experiencias de discriminación que no cesarían en adelante. Relata que en una ocasión la detuvieron en los torniquetes de la universidad para decir que “esa no era la imagen de un doctor”, refiriendose a la apariencia inicial de su transición.
Al comentario contestó que solamente ella decidía quién era, cómo verse y quién ser. Entonces comenzó a haber reprimendas por su identidad:
A partir de ese pequeño encuentro que tuve con el hermano, empezaron a quitarme grupos, empezaron a quitarme alumnos y, finalmente, un semestre ya no me dieron gurpos. No me dijeron que me habían despedido y no me dieron mi liquidación
Tras este decisión de la universidad, Muñóz Jimenez comenzó a reunir pruebas que demostraban a las autoridades de la institución que su actuar era “un hecho franco de discriminación” hacia la docente.
Asistió también al área de Capital Humano en la universidad, donde, después de charlar con ella, le aseguraron que ya contaba nuevamente con grupos asignados y le pedían que “tomara esto como un malentendido y que olvidara lo de la discriminación”.
Aunque accedió, a partir de entonces siguió sufriendo actos discriminativos por parte de la universidad. Una de las medidas más fuertes en su contra fue que solo tenía un grupo con pocos alumnos “con el fin de ocultarme e invisibilizarme por ordenes directas del rector, según entiendo por lo que me comentaron mis jefas directas”.
Decidió acercarse a ellas y preguntar a que se debían los constantes actos de discriminación hacia su persona.
Me dijeron que teníamos que ir poco a poco, que no podíamos mostrar mi imagen tan rápido, que no era lo indicado
Momentos después, ambas le confesaron que se encontraban amenazadas con que si no invisibilizaban a Daniela, serían despedidas. Ellas por miedo a perder su empleo siguieron las instrucciones.
El acto que detonó la denuncia pública de Muñoz Jiménez fue el repentino despido el pasado 30 de junio vía WhatsApp, pese a que la universidad emitió un comunicado durante la emergencia sanitaria en el que aseguraba que ningún docente sería despedido durante la pandemia por coronavirus en México.
La profesora pide que la universidad compruebe significativa y objetivamente que la disminución de la matrícula es suficiente para hacer despidos de la planta docente. Además de justificar la cantidad de despidos y las razones por las que son despedidos las y los profesores.
La razón que me dieron a mí de haberme elegido fue que nada más tenía una clase y que por tener nada más una clase decidían eliminar a los maestros, literalmente, que menos clases tenían
Solicita que se justifique su despido y el de otros profesores, en caso de haberlos, pues la calificación que recibe de parte del alumnado es buena. Además de que no cuenta con una falta administrativa.
Concluye su denuncia diciendo “las voces nos escuchamos porque existimos realidades y resistimos” y aseguró que su lucha continúa sin dudar que un día vencerán todos esos actos de discriminación.
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