Después de la masacre ocurrida este miércoles 1 de julio, donde autoridades del municipio de Irapuato, Guanajuato, reportaron un tiroteo dentro de un centro de rehabilitación clandestino cuyo saldo preliminar es de 24 muertos y 7 heridos, testigos describieron el ambiente como denso y abrumador.
Los primeros datos ofrecidos por Pedro Alberto Cortés Zavala, secretario de Seguridad, explican que un grupo de civiles armados ingresó al inmueble ubicado en la calle de Lerdo, col. Jardines de Arandas, amagaron a las personas que estaban dentro, las formaron en línea y finalmente procedieron a ejecutarlas con armas de grueso calibre.
Alejandro Gibrán Chichipan, reportero de Televisa Irapuato, señaló a Infobae México que el ataque ocurrió “poco antes de las seis de la tarde”. Éste es el tercer centro de rehabilitación clandestina que sufre un atentado similar en lo que va del 2020. Los primeros reportes afirmaron que un grupo armado de más de 15 personas ingresaron al lugar y presuntamente dispararon, después de formarlos, “una ráfaga de al menos 80 disparos a los cuerpos tirados”.
El domicilio, utilizado como anexo, se encontraba en un camino de terracería. Para poder llegar al lugar se tiene que atravesar un camino lleno de lodo. “La escena fue bastante abrumadora cuando abrieron las puertas”, dijo el periodista, quien pudo ver los cuerpos apilados sobre colchonetas en cuartos de color rosa, en una casa donde aparentemente había vivido una familia.
Cada uno con un disparo en la cabeza: gente que parecía que estaba durmiendo y que habían acomodado boca abajo para poder dispararles, describió Gibrán Chichipan.
Por respeto a los deudos, Infobae México no mostrará las imágenes de los cuerpos apilados de las víctimas dentro del inmueble en Guanajuato.
El lugar del ataque fue en una vivienda adaptada a un centro de rehabilitación. De manera extra oficial se señaló que “los pasillos estaban apenas en ambiente para poder ubicar a las personas como si fuera un anexo, pero estaba sobrepoblado”. Existía un total de 31 personas cohabitando en esta vivienda simulada como anexo. “Lamentablemente no estaba en condiciones ni tenía los permisos por parte de las autoridades para fungir como un anexo o centro de rehabilitación”, dijo el periodista.
En uno de los tres cuartos habilitados para residir, dentro del inmueble, se podían observar las colchonetas y los cuerpos apilados.
“El ambiente se empezó a sentir bastante denso”, declaró Gibrán Chichipan, debido a que familiares de todos los anexados empezaron a llegar al lugar y exigir ver los cuerpos de los asesinados, además de cuestionar sobre la situación individual de los pacientes. El anexo era exclusivo para hombres, por lo cual se presume que no existen víctimas mujeres. El rango de edades, según el periodista, va desde los 17 hasta los aproximadamente 50 años de edad.
Paramédicos de Protección Civil y la Cruz Roja de municipios como Silao, León, Salamanca, y Celaya, llegaron al lugar para auxiliar a los heridos y además corroboraron, según Gibrán Chichipan, que 24 personas ya no tenían signos vitales y que siete más fueron trasladados a un hospital de la ciudad de Irapuato.
Sin embargo, en automóviles particulares, que pertenecían a familiares y allegados de las víctimas, fueron trasladadas tres personas en calidad grave de salud. Hasta el momento no se ha contabilizado el número exacto de muertes: podrían ser hasta 31 personas fallecidas en la masacre.
El periodista señaló que de forma extra oficial se informó que los lesionados fallecieron, sin embargo, “será la autoridad correspondiente la que informe el saldo final del ataque histórico en ese municipio”. Declaró que de los presuntos culpables solamente se describió que viajaban en un vehículo color rojo y otras unidades, entre ellas motocicletas, y que hasta el momento no hay personas detenidas. Ningún grupo de crimen organizado que se ha adjudicado la masacre.
A la escena del crimen llegaron elementos de la policía estatal y la Guardia Nacional (GN), así como el Ejército Mexicano y elementos de la Fiscalía General del Estado para establecer un perímetro e iniciar una carpeta de investigación y un operativo de búsqueda que dé con los responsables de las ejecuciones y determinar el motivo de la matanza, además de un cronograma de los hechos y las identidades de las víctimas.
También arribaron ambulancias para atender a los heridos y trasladarlos a centros de salud para recibir la atención médica correspondiente, mientras que elementos del Servicio Médico Forense (Semefo) transportaron los cadáveres para realizar las autopsias y determinar las causas de muerte.
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