Luis Videgaray es uno de los nombres que, desde su salida del poder, se ha visto señalado junto a otros por su labor durante el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018). El ex titular de dos secretarías de estado durante aquella administración y su cercanía al ex mandatario lo ponen en un sitio particularmente complicado de cara al futuro.
Y es que, de acuerdo con diversos reportes, la detención en España de Emilio Lozoya, director de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante la administración de Peña Nieto, y su visto bueno a ser extraditado a México, indican una posible cooperación del ex funcionario con las autoridades para entregar a figuras más importantes de aquel gobierno para conseguir una condena menos dura.
Uno de ellos podría ser Videgaray, quizá el más cercano a Peña Nieto, quien encabezó la poderosa Secretaría de Hacienda (2012-2016) y la Cancillería (2016-2018) en el gabinete y fue considerado por los expertos un “vicepresidente” de aquella administración.
Así lo adelantó el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, que aseguró que “el regreso de este señor Lozoya va a significar también un acto de justicia, porque se van a esclarecer muchas cosas”. El mandatario explicó, que “independiente del castigo”, que se divulgue cuál era el modus operandi con el que se realizaban actos de corrupción servirá para que no se repitan.
Videgaray es, debido a su cercanía con Peña Nieto y su protagonismo en aquella administración, uno de los blancos más obvios. Entre los varios escándalos en los que ha estado involucrado el también llamado “supersecretario” se encuentra la polémica visita de Donald Trump a México cuando apenas era candidato, en un gesto que fue considerado como “traición a la patria” por sus críticos, y que ayudó a darle reputación a la campaña del millonario neoyorkino en un momento en que más lo necesitaba.
Fue una de las más escandalosas de un sexenio ya de por sí lleno de escándalos: la revelación en 2015 del diario The Wall Street Journal sobre la casa que Videgaray había adquirido a un contratista cercano al gobierno de Peña Nieto.
La millonaria propiedad se encuentra en Malinalco, ubicada en el Estado de México, donde Peña Nieto y Videgaray vieron nacer y crecer sus carreras políticas, que después convergieron primero en el gobierno local y luego en la política nacional, caló hondo en la opinión pública.
Esta revelación del diario estadounidense se dio unos meses después de la revelación de que el mismo Peña Nieto, junto a su esposa Angélica Rivera, habían adquirido también una casa a una compañía de uno de sus principales contratistas: Grupo Higa.
La llamada “casa blanca” de Peña Nieto provocó duras críticas por conflicto de interés, al igual que pasaría con Videgaray. El entonces secretario de Hacienda negó las acusaciones, que llegaron a ser tan importantes que incluso se le señaló por posible tráfico de influencias.
El ex canciller argumentó que había comprado la lujosa propiedad (de más de medio millón de dólares) meses antes de que su jefe asumiera como mandatario de la República. Sin embargo, se señalaron contradicciones relacionadas con la transacción, como la hipoteca que solicitó precisamente a Grupo Higa, con tasas de interés más bajas que las bancarias, que no especificó en sus declaraciones públicas.
Los escándalos desataron una crisis en el gobierno de Peña Nieto, que fue exonerado por su propio secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade. Videgaray no sería retirado de su cargo y se mantendría en el gabinete durante todo el sexenio. Sin embargo, las investigaciones derivaron en la cancelación de la construcción del tren de alta velocidad México-Querétaro, cuya licitación se había firmado precisamente con una de las empresas del Grupo Higa.
Ahora, con la extradición de Lozoya, aquellos escándalos podrían volver a ubicarse en el foco de la discusión pública en el país. Así está ocurriendo con otros funcionarios de la administración peñanietista en casos como el de Ayotzinapa.
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